Recomendaciones literarias buenísimas
Veo la forma en la que camina, como se pasea por su oficina con elegancia y un porte envidiable, expone los argumentos que tiene con un poderío que me convence y debo esforzarme para concentrarme en sus palabras. Nunca antes había sentido esto, no suelo reaccionar ante las figuras de poder, pero el señor Veritti es un caso diferente. —¿Estás prestando atención? — me pregunta después de unos minutos. —Lo estoy. — miento con descaro. Veo como se acerca a mí con su galante paso, se detiene en mi escritorio y se agacha hasta que está a mi altura. —Estoy bastante seguro de que estás mintiendo. — sujeta mi rostro para que no corra mi mirada. — Creí que de verdad querías esto. No tengo tiempo para perder. — no me suelta. —Le prometo que quiero esto. — de verdad que lo hago. —Será mejor que lo demuestres, no te veo concentrada. — me suelta y se aleja de mí. — De lo contrario, tendrás que regresar por donde viniste. — no le tiembla la voz para amenazarme. Nunca nadie me había tratado así, siempre he sido considerada la mejor en todo, y ahora llega este señor con actitudes de dios todopoderoso a querer controlarme, le demostraré de lo que soy capaz. De lo buena que puedo ser. —No tendrá que repetirlo, señor. — prometo.
El no creía en el amor hasta que ella llegó y todo su mundo cambió
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