Ardiendo en altamar F R A G M E N T O
FRAGMENTO:
—¿Has hecho un pastel alguna vez? —cuestiono una vez que tenemos los ingredientes en el mesón.
—No, siempre los hizo nuestra nana… ¿Recuerdas? —se ríe y y yo asiento—. Siempre tomabas pedazos que decías que eran para ti y realmente eran para mí.
—Sí y luego cuando te dolía la panza porque habías comido mucho me sentía culpable y llegaba a pensar en las miles de escenas fatales que podrían ocurrir —ambos reímos y ella se acerca para robarme la receta, no sin antes dejar un dulce beso en mi mejilla que impregna mi olfato de su olor a fresas.
Como me encanta.
La observo leer con atención y la detallo con la luz natural en todo su esplendor. Sus largas pestañas rubias la hacen ver hermosa. Su piel blanca y naturalmente sonrojada le da la apariencia de un ángel mismo.
Me acerco preso de mis impulsos y dejo un beso en su frente, uno que la hace desviar su atención de los pasos de preparación para apoyar el costado de su rostro entre mi pecho para seguir leyendo.
0 comentarios
Es necesario iniciar la sesión en su cuenta para poder dejar un comentario
IngresarEliminar comentario
¿Está seguro de que desea eliminar el comentario?
Eliminar CancelarEl comentario se eliminará de forma permanente.
Bloqueo de comentarios
¿Realmente quiere prohibir a comentar?
Prohibir Cancelar