¡Hola, me presento!
¡Hola! Antes que nada, quiero agradecerles mucho mucho mucho, porque gracias a que empezaron a seguirme junté (¡y pasé!) los veinte suscriptores necesarios para abrir mi blog.
Si bien en la pestaña Acerca de mi cuento unas cuantas cosas, lo hice respetando un riguroso modelo académico que aprendí en la Facultad de Artes, para aplicar a becas, concursos y demases... Pero en este espacio eso tiene menos onda que pelo lacio... Así que prefiero contarles la versión no-académica, que además de ser más amena por su tono tragicómico (que se prolonga hasta la actualidad) es mucho más interesante.
Empecé a escribir a escribir de muy pequeña. Baste con decir que a los doce años escribí mi primera novela (Llamaradas de Recuerdos, pero en su primera versión). El perfil bajo nunca fue lo mío cuando de mis libros de trataba: yo escribía para que me leyeran... y sí, mucha gente la leyó (hoy día les erguiría un altar de agradecimiento, porque como todo primer libro (especialmente a una edad tan temprana) estaba plagado de errores de toda índole, era totalmente inverosímil, con personajes chatos y estúpidos; lo único que tengo para decir a su favor es que le había puesto mucha onda... y se notaba). Pero a mi no me conformaba que algunas personas de mi entorno la leyeran: yo quería editar.
En esa época la única opción era en papel y era tan costoso como en la actualidad; sólo podían hacerlo los escritores muy premiados o super ventas, o los que pudieran juntar el dinero para pagarlo. Ninguna de las opciones era la mía.
De modo que continué escribiendo, hice otras novelas, participé de algunos concursos, luego corregí por primera vez esta novela y hasta me atreví a hacer artesanalmente una tirada de 40 ejemplares, cuya presentación organicé en un centro cultural de mi ciudad, Resistencia. Seguí escribiendo. Unos años después empezaron a masificarse las PC de escritorio y apareció Internet. ¡Eso me cambió la vida! O más o menos... En detalle voy a ir contando esto en el blog que tengo en mi página web (si les interesa y si Litnet lo permite, les iré pasando los enlaces, y si no, se los cuento directamente por aquí); lo interesante es que a partir de entonces se abrieron mil oportunidades... pero así como se abrieron ante mi, se abrieron para todo el mundo; estoy segura de que a ustedes les pasa lo mismo. Entretanto, además de seguir escribiendo (tengo más producción de la que subí por ahora a Litnet) pude ver finalmente esa primera novela (con otro par de correcciones encima) impresa en papel, en los talleres gráficos de la Universidad Nacional del Nordeste. Cómo logré eso merecería un capítulo aparte: baste por ahora con agradecer por millonésima vez a tres personas: la escritora Margot Pérez Solari, que me honró con su amistad y me hizo el regalazo de enseñarme algunos trucos para manejar el suspenso, el escritor José del Carmen Nieto, cuya generosidad desinteresada lo llevó a leer con detenimiento mis escritos desde aquella primera versión de mi primera novela, tomarse el trabajo de marcar y corregir un montón de cosas, la paciencia de sentarse a mi lado y explicarme las correcciones... así, hasta que en 2000, 2001, 2002 (no recuerdo exactamente) me felicitó y me dijo que la novela ya estaba en condiciones de ser publicada. También me dijo que con el libro listo, la oportunidad aparecería. ¡Y apareció! Aquí va mi agradecimiento a Coco Barreda, que fue quien propuso que mi libro se imprimiera en los talleres de la Universidad, ¡y lo logró! Me pone un poco triste porque los tres fallecieron y me hubiera gustado verlos ahora, con todo lo que soy y logré, en gran medida gracias a ellos.
Había dicho que la aparición de Internet abrió muchas puertas, y así fue. Pero jamás apareció nadie diciéndome "¡Qué buen libro, lo quiero editar!" Lo más lejos que llegué fue que sí, me dijeran eso, pero al costo tenía que pagarlo yo. Y seguía siendo carísimo.
Luego de varios años terminé dándome cuenta de que eso no pasaría nunca, especialmente porque en Argentina en general y en Resistencia en particular, no existen los agentes literarios. De modo que decidí ser mi propia agente y empecé el camino arduo de la autodifusión. Vengo estudiando desde hace más de diez años, y es una locura, porque cuando creo haber encontrado EL MODO aparece algo mejor y todo lo que hice hasta entonces (que me llevó meses, a veces años concretar) no sirve más y hay que empezar todo desde cero... Pero aun así, prefiero toda la vida esto, y no la frustración de hace veinte años, que si no era a través de una editorial convencional y una tirada en papel, no había libro.
Así llegué a Litnet, a través de un coach para escritores español, que lo proponía entre otras estrategias.
Mis desventuras con los coachs merecen un capítulo aparte; baste decir por ahora que yo seguía siendo frustrante para mí misma, porque gracias a ellos descubrió por qué no estoy (ni estaré jamás) dentro del mercado editorial, y por qué jamás ninguna editorial ni ningún agente en sus sanos juicios trabajarán jamás conmigo (y se los digo para no dejarlos con la intriga): yo no escribo pensando en un lector puntual; lo que yo hago es crear historias que se sostengan, que cierren, que conmuevan... Investigo para el contexto, siempre termino con una psicoterapeuta para terminar de formar los personajes; mis historias son como cebollas, con capas: sin simples, cualquiera las puede entender y disfrutar, pero una persona con más conocimientos irá descubriendo otras cosas que están sin ser nombradas. Y cumplo a rajatablas un trato que hice conmigo misma a eso de los 20 años: que todas serian diferentes entre sí. Lo que implica, sí, que es muy posible que cada una tenga sus propios lectores. A los que incluso hoy sigo sin conocer (más allá de los que sí conocí personalmente, por supuesto, pero los libros tienden a caminar por su cuenta y hacer su propio camino, y hasta ahí llegué...)
Creí que aquí conocería finalmente a mis lectores y podría hacer una estadística, pero resulta que no puedo ver quiénes miraron el libro ni quiénes lo tienen en sus bibliotecas, así que muero de la risa, ¡sigo en las mismas!
Pero no importa, realmente no me importa; rescato de Litnet que mis libros empezaron a tener visibilidad de inmediato y si bien no hay mucha interacción con mis lectores, no han parado de crecer.
Tengo el defecto de carecer por completo de poder de síntesis, así que creo conveniente cerrar por ahora. Estoy abierta a los comentarios que me quieran hacer, si tienen ganas de escuchar más aventuras marinísticas, si los puedo orientar con respecto a algo pregúntenme, lo haré con mucho gusto... Y por supuesto, iré publicando carteles de estos dos libros que están en Litnet: una completa y la otra casi: actualizo a diario o día por medio. Tengo una tercera novela de la que les hablaré otro día, sino esto se hará interminable...
¡Abrazo grande a todos y que pasen un hermoso fin de semana!
2 comentarios
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IngresarMuchas felicidades.espero seguir leyendo más de tus bellas historias.
Wendy Tòrrez, ¡Me encantaría! :) Te cuento que cuando complete Bufeos empezará a subir la primera parte de una saga que estoy escribiendo. Cuando lo haga lo anunciaré por aquí, ahora que tengo mi blog :D
Bienvenida a Litnet! El mundo merece conocer una gran escritora como vos!
Te abrazo en mis letras,
Ara.
Ara Gonz, ¡Muchas gracias, Ara! Te mando otro abrazo enorme. :)
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