Importante... Muy importante
Hello mis amores bellos les cuento que actualice a Blue y Liam vayan a darle amor también me dirijo a ustedes para decirles que les traigo una recomendación especial de una compañera autora.
El libro se titula "Eres mi destino"
Se había, sentado en su mesa a degustar una copa de whiskey y hablaba con algunas personas que acababa de conocer, cuando la visión de una diosa apareció ante él. Una hermosa mujer rubia, que lucía vestida de un precioso vestido amarillo, de mangas algo voluminosas y con una tela que fluida en caída con cada movimiento que ella hacía. Pero lo que había provocado que su atención se enfocara en ella, era la hermosa sonrisa que lucía, era como un ser etéreo, que desprendía luz a su paso e iluminaba cada rincón plagado de oscuridad.
Esa mujer era como una aparición divina.
Ella caminaba del otro lado de la pista que ahora estaba un poco vacía. Lo hacía con elegancia nata, clásica y sencilla; jamás lo había notado en otra mujer. Era aquella que no necesitaba de mucho para destacar y que le hacía brillar por sí sola, como las estrellas, que no necesitan del sol porque su luz inunda todos los rincones inimaginables.
Decidió a sacar su lado romántico, esta noche. Se le ocurrió que con la siguiente canción que Michael Bublé cantará, le pediría a aquella bonita rubia bailar y con suerte, aceptaría. Se acercó al escenario, espero a que el cantante dejara de cantar y se acercó. Estar en el medio le facilito todo y Michael, accedió a cantar la canción que James pidió.
Había observado que la mujer rubia había bailado con quien parecía su padre, y se quedó anonadado al admirar la que juraba, era la sonrisa más hermosa que había visto. Espero pacientemente su oportunidad. Observo cada movimiento que la rubia daba, cada paso y a donde se dirigía, tanto que sorpresivamente se olvidó de lo que ocurría a su alrededor
La rubia se puso de pie y fue a la barra, por un trago.
Le entregaron su trago, lo tomo y lo termino, así que se devolvía a su lugar. Pensó que era el momento de abordarle, cuando de la manera más extraña posible tras un pequeño traspiés, estaba a punto de caer al suelo. Y entre los miles de probabilidades de lo que pudo suceder en ese instante, le sostuvo de su cintura antes de que cayera. Cuando sus pieles entraron en contacto, ambos sintieron un chispazo que los hizo temblar y ninguno de los dos, paso por alto tal acontecimiento.
El delicioso aroma que ella desprendía, lo dejo absorto.
Notas cítricas refrescantes y florales, eran el coctel de aromas que evocaban tranquilidad, como la mujer que sostenía muy cerca de él. Ella, tenía sus ojos cerrados y una mueca aterrorizada por el pequeño incidente y al darse cuenta de que nada había pasado, los volvió a abrir y se encontró con el azul de un par de ojos que la miraban anhelantes.
James Hamilton, no entendía que le sucedía porque no tenía palabras, estaba paralizado y aún no la soltaba.
— ¿Cómo te encuentras?— Susurro muy cerca de su rostro, mientras recorría lentamente sus facciones memorizándolas— me preguntaba ¿si quisieras bailar conmigo, la próxima pieza?
Ella solo lo miraba.
A James no se le escapaba, que los ojos verdes de la mujer en sus brazos se le hacían tan familiares que su mente buscaba el momento, ese instante en que los había visto, sin éxito.
No encontraba en su memoria ese recuerdo.
—Pues vaya manera de invitarme a bailar. —susurro la mujer, las que serían las primeras palabras que le dirigía. — Si me ayudas a volver a estar de pie, estaré más cómoda para responder—A punto, haciéndole caer en cuenta de la posición en la que se encontraban.
Tocar su piel había sido alucinante. Sentía un extraño cosquilleo, que no quería dejar de percibir.
Le ayudo a regresar a su posición normal, a lo que Kate se recompuso examinando si no tenía problema alguno, mientras James sostenía su mano y ella miraba sus tacones de diez centímetros.
—Al parecer solo tropecé con el suelo, debió ser eso. —menciono Kate, mientras se recomponía.
—Debió ser, menos mal que solo fue un pequeño susto.
—Y estabas para sostenerme. —completo la rubia, que sonrió de nuevo y una vez más James quedaba hipnotizado. —Gracias por eso, me has salvado de pasar un mal rato.
Sus palabras lo sacaron de su ensoñación.
—Fue un placer. Mucho gusto, soy James Hamilton.
Ella sonrió divertida.
—Así parece, a menos que seas el imitador. — musito graciosa riendo, lo que le permitió a James escuchar el mágico sonido de su risa por primera vez. —Un placer, James. Soy Kate, y respondiendo a tu primera pregunta, si quiero bailar contigo.
Así que ya saben mis amores Pulsen y lean aqui espero les guste.
Se despide su escritora soñadora.
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