Nuevo Capítulo de Dulce Pasión.
La cena fue demasiado incomoda, yo quería salir corriendo, Rosaura no dejaba de verme como si yo fuera su enemiga, Gabriel miraba a su padre y a mi claro sabe la diferencia de edad que tenemos, nadie decía nada, después de cenar Pablo sugirió ir al recibidor a conversar, todos e hicimos caso, claro se veía que esa casa se hacía lo que él quería y nada más.
—Ya que llegaste con tu esposa quiero ser bien claro, no cubriré gastos, vivirás aquí, pero ayudaras con os gasto Gabriel.
—¿Por qué?, soy el dueño de esta casa y no voy a pagar nada.
—Lo harás si no te largas.
—Mi madre me dejo dinero suficiente el mismo que no me has dado.
—No te lo he dado porque no sabes ni que hacer con tu vida, eres un inmaduro.
—No debes hablarme así delante de desconocidos.
—¿Cuáles desconocidos?, esa que esta a tu lado es tu esposa.
—Rosaura no, esa que ni siquiera no has presentado. —Esa que le pasa a ese idiota, abro la boca con molestia iba a hablar, pero Pablo me interrumpió.
—Se llama Melissa y es mi esposa, así que la respetas.
—Podría ser mi hermana, es hasta menor que yo creo.
—Y eso que te importa, tengo derecho de rehacer mi vida.
—Pero papa, no con una chica que podría ser tu hija.
—No te estoy pidiendo opiniones, solo lo hice y ya, no quiero pelear, a ella la respetas y punto.
Los dos se levantaron y se fueron a la habitación que les habían alistado los empleados, Pablo me miro y se levantó, camine detrás de él, ya era muy tarde me daba sueño así que me iría a dormir, al llegar a la puerta de su habitación se queda parado ahí, me mira se que es lo que quiere pero no tengo confianza para dar la iniciativa, me estira su mano para que yo la tome y lo hago, me acerca hacia el y me besa, muerde mis labios es tan lindo y grosero a la vez, siento una irada sobre nosotros, es Gabriel lo vemos al separarnos, solo mueve la cabeza y cierra la puerta de su cuarto.
—Vamos, anoche fue en la tuya, ahora será en la mía. —No me deja decir nada, me carga en sus brazos y me lleva hacia dentro, me recuesta en la cama y se empieza a desnudar, yo solo me detengo a observarlo, ya desnudo me levanta y me ayuda a desvestirme. —Vamos a la ducha, quiero hacerlo ahí.
Me lleva a la ducha, el agua estaba bien rica, nos besamos mientras el agua cae por nuestros cuerpos, sus manos traviesas hacen su trabajo.......
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