Antes de la escritura, la lectura.
Aunque este post es reflejo de mi vivencia personal como escritor y de los talleres y cursos que he dado y he seguido sobre la narratología. La lectura es un paso que ningún escritor debería atreverse a saltar. Si el hábito de la escritura es cuerpo del escritor, la lectura es el alma. La pregunta es, ¿Qué debe leer el escritor?
Julio Cortazar opinó sobre aquello en la entrevista que le realizó Sara Castro-Klaren:
«Creo que el novelista que sólo vive en un campo de novelas, o el poeta que sólo vive en un campo de poesía, tal vez no sean grandes novelistas ni grandes poetas. Creo en la necesidad de la apertura más amplia».
Si el lector desea leer la entrevista completa, puede acceder a través del siguiente link: http://www.geocities.ws/juliocortazar_arg/jclector.
La necesidad de la lectura para el escritor es un hábito tan grande que si no se lo menciona como "hábito", sino como "necesidad", es porque siempre se debería estar leyendo. El ¿qué lee un escritor?, vuelve a ser la interrogante. Comparto mi visión de Cortázar de que un escritor de ficción o poesía no puede encerrarse en el círculo de la ficción y la poesía, sino de aperturar sus conocimientos a ramas que lo extraigan de su mundillo literario. Esa es otra manera de cosechar perspectivas diferentes que pueden ayudar a la configuración de nuevas historias para su obra.
Parafraseando a Borges, la lectura es una extensión del pensamiento. Como tal imprescindible en la evolución de las sociedades humanas y de los mejores escritores; pero también es una necesidad que debería atravesar del canal de la humildad, de saberse ignorante cada vez que se aprende algo, de saber que cada libro que se lee no es un libro más sino un libro menos, porque el mundo es tan vasto y fuimos arrojados a un siglo donde se ha descubierto muchísimo y que todo ese amplio conocimiento es una angustia que duele porque se sabe que al morir, uno no habrá podido conocerlo todo, que eso es imposible, pero que se pretende de manera infantil, utópica, aunque sea tratar de rasguñar ese bagaje de conocimiento.
¿Qué debe leer un escritor?
Al día, el escritor tiene a su alcance todos los textos necesarios para su formación. Debería de darse el lujo de leerse los libros más importantes de la narratología para entender el proceso de creación de historias.
Por ejemplo, libros de primordiales en mi biblioteca son Escribir ficción de The Gotham Writers. Los libros rojos de escritura de Jean Larser sobre planificación y estructura de novelas y creación de personajes. Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía de Orson Scott Card, cuyo método MIPA y sus métodos de generación de ideas aclaran muchos puntos muertos a la hora de enfrentarse a una novela o historia. Gramática de la fantasía de Gianni Rodari, entre muchos otros títulos que se encuentran en Kindle, Amazon, o en librerías tradicionales.
Fuera del ámbito de la narratología, pienso que el escritor debe leer y saber algo de filosofía, ciencias puras, antropología, historia, psicología, música y poesía. Como lo dicho antes. El escritor ahora puede enterarse de todo en el ámbito del conocimiento. Y no es que yo sea una persona que comprende la filosofía pura y se ha sentado a desentrañar los entresijos más profundos de la dialéctica hegeliana, a veces me siento torpe leyendo sus textos puros; pero hay grandes cursos de filosofía que ayudan a comprenderlos. Eso sí, leyendo a la par de esos cursos en Youtube como los de José Feimann con Filosofía aquí y ahora, Darío Starzjraijber con Mentira la verdad, o La fonda filosófica de Darin McNabb, entre muchos otros y en distintas materias que ayudarán al futuro escritor a comprender la complejidad de las sociedades humanas y del mismo ser humano.
Así. el escritor se forma a través de la necesidad de respirar, comer, amar y leer, creando el hábito de la escritura y aprendiendo a leer a otros autores como otros autores lo leerían a él. Cuando se aborda a la ficción y a la poesía, muchos talleres de literatura recomiendan que la primera lectura de una obra sea por placer, y la segunda lectura de esa obra se la realice con la mirada del escritor; esto es, tratando de descubrir en los grandes escritores y en los escritores nóveles qué técnicas se utilizó, cuán arduo o mediocre trabajó sus palabras.
En conclusión, el escritor se forma a sí mismo a través de la lectura, aprendiendo las técnicas propias de su oficio a través de libros técnicos; pero también aprendiendo de otros escritores, deconstruyendo sus obras cuando lee como lo hacen los escritores y aprendiendo distintas ramas de las ciencias para tratar de entender la complejidad humana. Por tanto, la lectura no se trata de un hábito, sino de una necesidad que forja la mente del escritor, sacándolo de su nicho y ofreciéndole una mirada más amplia y las herramientas necesarias para enfrentarse al proceso de la escritura.
Si no leíste el post sobre la escritura como hábito puedes hacerlo a través del siguiente link: http://christoherrera.blogspot.com/2018/09/el-habito-de-la-escritura.html
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