Extracto Las Guerras Boreales: Lucha de hermanos
El ejército se detuvo a unos 300 metros de la fortaleza. Era una tarde sombría, el cielo encapotado anunciaba un inminente aguacero. Las tropas rebeldes ordenadamente copaban la plaza, lado a lado unos 5 mil soldados ahora en absoluto silencio observaban las almenas copadas por los arqueros. La Princesa, escoltada por Verdal y Durst se encontraba sobre la terraza que coronaba el arco de la entrada. Lucía una pulida armadura dorada que junto a su largo cabello revuelto por el viento le daba un aspecto imponente.
Yldor se encontraba a la cabeza de sus hombres sobre un robusto pura sangre blanco que también estaba ataviado con una armadura ligera. Los tambores se acallaron, parecía como si el tiempo se hubiera detenido, nadie movía sus piezas y se limitaban a observarse mutuamente. Pasaron segundos, minutos, de pronto el silencio se rompió con el golpeteo de la lluvia sobre las armaduras y un trueno que resonó a lo lejos.
1 comentario
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IngresarAw me encanta tu libro. Soy tu fan ^_^
Es que escribes genial, te felicito
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