Detrás de la sonrisa 18+

Nací el 06 de noviembre con el nombre de Alejandra, pero para mi madre fue un día inolvidable. Estaba sola en la sala de partos, con el corazón agitado por el miedo y la fuerza de traerme al mundo. Mi padre no estuvo allí. No fue porque no pudiera, sino porque simplemente no estuvo. Desde ese primer instante, su ausencia se convirtió en una sombra silenciosa que me acompañaría en cada etapa de mi vida.
Crecí entre los brazos de mi madre, que supo ser abrigo, guía y escudo. Con ella aprendí a caminar, a hablar, a reír… y también a mirar con distancia a un padre que aparecía solo cuando le quedaba tiempo, como si la paternidad fuera una cita que podía agendar o cancelar.
Durante años, me acostumbré a no esperar demasiado. Aprendí a sonreír aunque por dentro tuviera preguntas sin respuesta.