Entre la espada y la pared

Maggie y Peter llevan un tiempo viviendo juntos.
Bueno, juntos, pero no revueltos.
Son como el perro y el gato. A veces uno ladra y la otra araña. Y viceversa.
Y puede y solo puede que a Peter se le dé tremendamente bien hacer rabiar a Maggie y a Maggie incomodarlo con lo que calla en sus silencios.
Y en esa vorágine de tareas compartidas, fregaderos hasta arriba, lavadoras ocupadas y música a deshoras, Maggie tendrá que descubrir donde están sus límites y desprenderse de los miedos que obstaculizan sus intenciones mientras Peter tendrá que luchar contra sus monstruos del pasado que insistirán sin tregua para formar parte de su presente.