Entre sus ojos y el abismo 18+

Tiene una forma de mirar que incomoda.
De hablar en voz baja, como si cada palabra fuera un secreto solo para ella.
No toca. No fuerza. No pide.
Solo está.

Y su sola presencia desordena todo.

Ella sabía que debía alejarse.
Que había líneas que no se cruzan.
Que hay silencios que no se interpretan.
Pero entonces lo vio. Y él la vio a ella.
Y desde ese momento, empezó a desear lo que no debía.
Y a imaginar lo que no debía sentir.

Él no dice mucho. No necesita hacerlo.
Conoce cada gesto, cada duda, cada punto débil.
Sabe cómo entrar sin pedir permiso.
Y lo peor es que ella lo permite.

No porque quiera.
Sino porque ya no puede detenerlo.

Porque cuando él está cerca, todo se vuelve ruido.
Y cuando se aleja, el vacío arde.

Está atrapada en esa tensión invisible que quema.