Las dos caras de la moneda

Nunca había pensado que el tener un trastorno, podría ser el arma mortal para otro, y que sin conciencia llegarías a lastimar a muchos para después darte cuenta que el culpable no fue más que tuya misma.
Había aceptado que por más de tres años había sido manipulada, que por más de tres años me había buscado a mi misma y al encontrarme sentir que era mi destino, que ya no necesitaba de alguien más para seguir siendo yo, que la segunda hida no había cambiado en nada y que si lanzaba de nuevo la moneda esta volveria a caer con la misma cara, que aún que quisiera cambiarla, seria trampa y sólo me mentiría pero ella, ella seguiría ahí luchando por querer salir.
Nuestra mente juega con todos, sin embargo, siempre la moneda elegirá que cara mostrar.