Jack la soltó pero su delicada mano aún cerrada sobre su gabardina lo detuvo con fuerza antes de que pudiera marcharse.
Los labios de Catrina emitieron un quejido y él se acercó con cierta curiosidad.
-Voy a... encontrarte -susurró ella, jaló aire adolorida y continuó- y voy a matarte.
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...
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Sí, quiero