Jenebel

Algunas personas nacen malvadas y destruyen todo y a todos, durante su existencia. Otras personas, son víctimas de la maldad y llevadas al límite de su resistencia, aflorando sus instintos más perversos. También hay, pocas personas, que nacen para que los demás paguen sus pecados y enfrenten sus demonios. El mal no siempre es el mismo y algunas veces, va de generación en generación. La pasión, la perversidad y la obsesión muchas veces se entrelazan. Las almas vienen a éste mundo conectadas entre si. Éstas almas se encuentran para odiarse o amarse, para ayudarse o destruirse, para conseguir justicia o venganza y para redimirse. Y muy pocas veces, la maldad une a las almas gemelas. Y cuándo un alma encuentra a su gemela, surge el amor, la pasión, el arrepentimiento y el perdón.

Cosecharás lo que sembrasté y al amor que des, regresará a tí. El amor es como un exquísito vino, ninguno es más intenso y delicioso, que el amor prohibido por Dios y por los hombres. El amor verdadero puede aumentar con el paso del tiempo, del mismo modo que el vino gana cuerpo y sabor con los años.