Lena Almena

Marne Williams está rota. Huyendo de un pasado que la persigue en pesadillas, fingiendo frente al mundo y refugiándose en su arte como artista plástica. Creando "bellas piezas rotas", como ella; y siendo en secreto la musa de un artista reconocido. El único, además de ella, capaz de ver la oscuridad atrapante que esconde. O el único, hasta que lo conoce a él. Deram Kennedy es joven, atractivo y exitoso. Director de su propio imperio publicitario, Kennedy & Partners, acostumbrado a conseguir lo que quiere; y cuando sus ojos se posan en la musa de su viejo amigo, lo sabe: la quiere a ella. A cualquier costo. Aunque el precio a pagar por ello, pueda ser demasiado alto para ambos.

Como asistente personal de uno de los hombres más importantes del país, es importante tener establecidas ciertas reglas para ser eficiente en tu trabajo. Mis reglas son un poco…inusuales, pero son necesarias. Son vitales. Desafortunadamente, mi regla más importante es la primera que rompí: no te enamores de tu jefe. Por suerte, creé otras que me ayudan a sobrellevar el haber roto esa; y no es como si importara porque Kieran Hendrick está totalmente fuera de mi alcance, ¿verdad? El señor Hendrick nunca me ha notado, más allá de los límites de una relación estrictamente profesional, claro. Y estoy bien con eso, en serio. Kieran Hendrick nunca me ha notado… Hasta que un día, lo hace. Es importante tener reglas, pero es aún más importante no romperlas.

Coven Hills sólo tiene una carretera principal, una escuela secundaria y más secretos que habitantes. A pesar de todo esto, es el destino perfecto para que Maine Warlock escape del oscuro "incidente" que le atormenta. Aprendiendo a convivir con una hermana mayor demasiado inteligente -y ocupada- para prestarle atención, Maine descubre todo un mundo de cosas que creía imposible viviendo en su nuevo hogar. Más bien en la casa de al lado, ejem. Pero lidiar con sus nuevos -y ardientes- vecinos sobrenaturales será la última de sus preocupaciones cuando alguien comience a amenazarla, exigiendo que se vaya. Coven Hills tiene todo esto. Pero no tiene Starbucks. Increíble.