La relación con el arte es el resultado de una herida profunda en el alma. Una herida que finge sanar y que, repentinamente, empieza a escocer hasta sentir la sangre recorrer todo tu ser. Una herida que cada cierto tiempo te guía hasta las puertas del abismo y te hace coquetear con la muerte. Una herida que está ahí, arrojada, como la fiel compañera que es, con la que se vive; en la que se confía.
El arte, invasivo, se convierte en ese asistente mecánico que ayuda a respirar, a liberarse, a vivir. El arte es el soporte vital de las almas rotas.
Mi soporte vital son las letras, pues escribo para decirme lo que no me sé decir.
?Filósofa.
?Escritora.
Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.