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0.50

El caminaba descalzo por los pasillos como si ya conociera cada rincon. Ella lo obcerbava desde la puerta, pensando que tal vez asi se veia la tranquilidad, alguen moviendose dentro de un lugar compartido.

Los dias se acomodaron solos.

Las visitas de las familias. Las risas largas. Las discuciones pequeñas que siempre terminan en silencio y reconciliacion. Todo iba bien.

Demaciaso bien como para detenerce a mirar con atencion.

Por las noches soñaba siempre el mismo sueño: La iglesia. La luz. El sonido

Luego la caida. No brusca, lenta como si el suelo no tuviera prisa.

Al despertar, el cuerpo le pesaba un poco mas.

Nada alarmante.

Nada que no pudiere ignorarse.

Se acostumbro.

Los sueños se volvieron parte de la rutina, como lavar los platos o apagar las luces antes de dormir. Aveces despertaba con el corazon acelerado, otras con una triteza que no sabia eplicar.

Nunca dijo nada.

No queria convertir lo cotidiano en problema.

Pasaron los años, llego una hija. Pequeña, con esa sensacion llena de calidez, aferrada a su dedo como si temiera caer.



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En el texto hay: sentimientos

Editado: 30.12.2025

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