×0: El poder de ser nadie.

1.13 – ¿Quieres venir conmigo?

El resto del día transcurre en una extraña calma. O más bien, en un silencio cargado de susurros y miradas furtivas. Apenas logré concentrarme en las clases; cada lección me pasó como un parpadeo, como si el tiempo hubiera decidido saltarse horas enteras para dejarme atrapada en la misma escena una y otra vez: el enfrentamiento en la cafetería.

Después de aquello, la Academia no volvió a sonar igual. El ruido seguía allí, claro, pero bajo la superficie: susurros, miradas, rumores que crecían como incendios apagados a medias.

Ramser desapareció de la vista, arrastrando su furia como una sombra azul. Neikker, en cambio, volvió a su rutina de asistente como si nada hubiera pasado… pero el recuerdo de su Don seguía flotando en mi mente.

Mientras camino por los pasillos de la academia, no escucho palabras completas. Solo fragmentos.

—¿De verdad no tiene Don Estelar?
—No se movió.
—Desapareció… como si no existiera.
—No puede ser verdad. Algo así es imposible.
—No reaccionó, ni se inmutó… como si no le afectara nada.
—¿Acaso es más poderoso que Ramser?
—¿Qué clase de Don Estelar tiene?

Cada palabra sobre Cero me recordaba lo que dijeron de mí unas horas antes. La diferencia era cruel: a él lo rodeaban teorías y miedo… y a mí, solo decepción.

Los rumores crecen rápido. Cada versión del evento se distorsiona un poco más con cada nueva repetición. Algunos dicen que Cero posee un Don Estelar único y aterrador. Otros aseguran que usó tecnología prohibida. Pero todos coinciden en una cosa: el chico inexpresivo y sin talento… podría ser algo mucho más grande de lo que parece.

Pero yo estuve allí. Y no importa cuántas versiones se inventen, sé que él no levantó un solo dedo. Fue como si el universo dudara ante él. Como si, al intentar golpearlo, el poder mismo recordara que no tenía permiso.

Las palabras flotan en el aire, repitiéndose en mi cabeza como un eco persistente. Es fascinación y duda a la vez. Me han derrotado antes, he sido humillada, pero nunca he presenciado algo como lo que hizo Cero. No esquivó. No contraatacó. Ni siquiera se defendió. Y, sin embargo, los ataques de Ramser simplemente… desaparecieron.

Al principio, yo misma creía que Cero no tenía un Don Estelar, igual que yo. Pero después de lo que vi… ya no estoy tan segura. No tener un Don y anular ataques no son lo mismo.

Además, si pienso en lo que pasó antes, durante el almuerzo, hay cosas que no puedo ignorar. Devoró su comida en un parpadeo, dejando la bandeja limpia antes de que yo pudiera dar mi segundo bocado. No era una simple rareza: parecía un destello de un Don Estelar peculiar, aunque nadie lo haya visto demostrarlo oficialmente.

Y ahora, después de presenciar cómo se desvanecieron los ataques de Ramser al tocarlo… no puedo sacudirme la idea de que Cero es mucho más que un chico extraño y silencioso.

Empiezo a compararlo con mi hermano, Neikker. Su Don Estelar, Negador de Virtudes, puede suprimir temporalmente la mayor fortaleza de sus oponentes. La inteligencia, la súper fuerza, la velocidad… todas cuentan como virtudes, pero lo común es que la mayor virtud de un exteriano sea su Don Estelar. Neikker puede apagar eso, pero solo de forma específica: escoge una virtud, una por individuo, y la niega.

Cero fue distinto. No debilitó a Ramser ni anuló su Don. Fue como si la energía estelar simplemente dejara de existir al tocarlo. Como si el mismo universo se negara a interactuar con él. Tal vez sí tiene un Don Estelar… pero uno que nadie entiende.

Neikker neutraliza. Cero… borra.
Mi hermano apaga la luz.
Cero hace que la lámpara no exista.

¿Un Don Estelar de invulnerabilidad? ¿Un escudo invisible? ¡Pero ni siquiera se movió! Lo que vi no fue defensa. Fue como si negara la realidad misma.

Y entonces me golpea otra idea: no es solo la cafetería. Ya había visto cosas antes. En la entrada del salón círculo, apareció detrás de mí sin que notara sus pasos, como si se hubiese teletransportado. Y durante el almuerzo, devoró toda su bandeja en un parpadeo. ¿Acaso también es rápido? ¿O el tiempo le responde distinto?

Si eso también forma parte de su Don… ¿qué clase de poder puede mezclar tantas cosas al mismo tiempo? No se parece a nada de lo que conozco. Y, comparado con Neikker, la diferencia es abismal. Mi hermano solo puede negar una virtud por persona. Cero parece ignorar las reglas, como si las virtudes y los Dones no se aplicaran a él.

Tengo que sacarme la duda.
Y hay una manera de hacerlo.

Lo invitaré a mi casa. Primero, como agradecimiento. Y segundo… para conocerlo mejor.

No porque lo considere ya mi amigo. Ni siquiera estoy segura de que entienda lo que es la amistad. Lo hago por curiosidad. Porque quiero entender qué es exactamente lo que vi.

Cuando la jornada finalmente termina, camino sin rumbo por los pasillos, tratando de ordenar mis pensamientos.

Mi mente vuelve una y otra vez a la escena en la cafetería, a la forma en que Ramser perdió el control, a la mirada inmutable de Cero.

Y, más que nada, al hecho de que él intervino por mí.

Al cabo de un rato, lo encuentro en uno de los jardines exteriores. Está sentado en el suelo, contemplando algo pequeño en su mano. Me acerco en silencio, hasta notar lo que observa: una roca grisácea, rugosa y redonda.



#2399 en Fantasía
#1079 en Personajes sobrenaturales
#2976 en Otros
#299 en Aventura

En el texto hay: humor, identidad, vida escolar.

Editado: 24.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.