03:15 Am

04:15 AM

Katherine-

—¡Lo siento tanto! Te juro que no fue mi intención.

—Katherine, deja ya de disculparte —repite.

—Me siento mal por lo que hice. Me excedí y te pido perdón —me sincero.

—Hace más de 30 minutos que acepte tu disculpa, no tienes porque repetirlo. Además no puedo molestarme porque fue mi culpa, sobrepase el límite que habías establecido y esta es la consecuencia —sonríe —Aunque esperaba un empujón, o quizás una bofetada de tu parte, jamás creí que pudieras darme un puñetazo. Tienes un buen gancho derecho.

—¡No te burles de mi que estoy arrepentida! Te aseguro que pensé en darte una bofetada pero mi puño tocó tu rostro antes de que me diera cuenta —digo arrepentida.

Es cierto lo que dije, no calculé que mi supuesta bofetada se convertiría en un puñetazo. Cuando me di cuenta ya era muy tarde. Nunca imaginé que golpearía a Jared alguna vez en mi vida, ese pensar era imposible, pero la vida da muchas vueltas y cambia constantemente. Convirtiéndonos en conocidos a pesar de conocer cada parte de nosotros a la perfección.

Quizás me excedí un poco con el sistema de auto -defensa.

—Como dije, no tienes que seguir pidiendo disculpas. Mejor veamos una película.

¡Estupenda idea! Así dejaré de sentirme culpable, o al menos tendré alguna distracción de ese pensamiento.

Enciendo el televisor.

Es extraño estar así con él, hace algunas horas creía que no volvería a verlo, al comienzo de la noche tenía la esperanza de no volver a separarnos, sin embargo, en este instante no se qué creer.

Me he repetido que no tenemos ninguna esperanza después de esta noche, que está sería la última oportunidad de estar juntos. Cómo dije, lo más probable es que me vaya luego de unos meses, he estado huyendo de todo lo que me recuerde a él desde hace años.

No me gusta, me hace sentir como una cobarde, pero es la única manera que conseguí para que los recuerdos dejarán de doler. Y si esa es la única forma de que mi corazón se mantenga intacto ¿Por qué no hacerlo?.

Ya que cada minuto que pasa, nuestra separación se vuelve inminente.

—¿A qué hora tienes que tomar tu vuelo de mañana?.

—A las 7 de la mañana tendría que estar en camino —contesta. 

Qué bien. Así podría continuar mi vida normalmente, y fingir que no duele e intentar creerlo.

—No crees que deberías dormir, aunque sea un poco —digo sin despegar la vista del televisor. Sintiendo como las lágrimas quieren salir —. Mañana será un día ajetreado para ti, lo mejor sería que descanses para reponer energías.

—No me siento cansado, pero tienes un buen punto. ¿No te molesta si duermo aquí?.

—Obvio no. Yo me quedaré despierta un rato viendo cualquier cosa. 

Y así poner de mi parte para no llorar como una niña pequeña a la que me quitaron su juguete favorito. 

Un sentimiento contradictorio me invade. Una parte de mi quiere quedarse hablar y reír con él, pero la otra quiere que se duerma rápidamente para poder llorar un poco y luego hacer lo mismo, para que su partida llegue lo más pronto posible.

Y así no alargar este sufrimiento.

—¿Encontraste algo que ver? —comienza acomodarse.

—El sorprendente hombre araña —imito voz de un conductor de televisión para que no noté las ganas que tengo de llorar. Respiro ondo —Adoro esa película, aunque la segunda no mucho. Gwen muere, y él sufre la mayor parte del final. Debe de ser desgarrador saber que no volverás a ver, a oír, ni sentir a la persona que amas de nuevo. Es algo que no podría soportar, gracias al cielo que no se lo que se siente —miento.

—Ni yo.

—¿Quieres que baje el volumen o así está bien? —cambio rápidamente el tema.

—Estoy bien, tú sigue disfrutando tu película —me da la espalda.

—Espera —me levanto de la cama y abro el clóset. Saco una cobija y se la aviento —Toma. No soy tan cruel como para dejar que pases frío.

—Yo no dije nada al respecto —comenta.

Me acomodo de nuevo en mi lugar.

—Si no te gusta el final de esa película, ¿Por qué la ves?.

—Porque es realista, supongo. Por mucho que creamos que nada malo puede suceder, la vida cambia en un instante —digo dolida.

—Como en el Titanic. Por mucho que el espectador diga que Jack y Rose entraban en la tabla, cosa que es cierto, su destino no era tener una vida juntos, solo compartir un instante.

—Si, podría compararse —mi corazón dolió un poco al escucharlo decir eso —¿No piensas dormirte? —insisto.

—Estoy intentando conciliar el sueño. Es que no me siento para nada cansado.

—Eso es mentira. Viniste hasta aquí conduciendo, discutimos y eso es agotador. Así que cierra los ojos y duerme —exijo.

—Esta bien, lo intentaré —comenta.

Ojalá sea verdad, porque no creo que pueda aguantar más tiempo en esta absurda historia. Quiero que llegue a su fin, de una vez.

Continuó viendo la televisión. La película va justo por la parte en que ambos protagonistas se dan cuenta de lo que sienten. Que envidia.

Quisiera tener su suerte en el amor, y también poder lanzarme de edificios como si nada. Debe ser una sensación liberadora.

Aunque una vez me dijeron que algo así es enamorarse, es como lanzarse desde la punta más alta de un edificio, la misma sensación de adrenalina y miedo.

Es irónico, comparar algo tan hermoso como el amor, con una acción suicida. 

Observó la espalda de Jared. Su respiración calmada hace que me den ganas de tocarlo, pero me contengo.

No lo veré después de hoy ¿Por que contenerme?. Acarició su cabello.

Siempre soñé con estar así algún día, dormir y amanecer juntos por el resto de nuestras vidas. Sueños adolescentes que quería con todas mis fuerzas que se hicieran realidad, pero que sólo podré experimentar está noche. 

Para luego ver cómo pone kilómetros de distancia entre nosotros. 



#4678 en Novela romántica
#1796 en Otros
#474 en Humor

En el texto hay: novelajuvenil, novelacorta, reencuentro

Editado: 22.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.