03:15 Am

09:40 AM

Katherine-

—¡Eres un maldito mentiroso! —lanzo la carta a la cama —. "No te dejaré ir" es una maldita mentira, todo lo que dice esa estúpida carta es una mentira.

Vuelvo a tomarla y la leo por quinta vez.

Querida Kat —trato de imitar su voz —. Se que no merezco siquiera que leas esta carta, o no sé si en algún momento tendré el valor de enviarla. En fin, quiero que sepas que lo siento, me arrepiento de todo lo que hice, dije y deje de decir, tienes que saber que no quería irme pero tenía que hacerlo. Me arrepiento cada maldito segundo de no haberme ido contigo, en serio lo siento, no fue mi intención dejarte con el corazón roto y sin ninguna explicación, soy un idiota, esa es la única razón que puedo darte. Pero quiero que sepas que te amo, que no he dejado de amarte ni un segundo, y te aseguro, o mejor dicho, te prometo que la próxima vez que estés junto a mí no te dejaré ir —suelto un bufido.

Vuelvo arrojarla con más irá que la vez anterior.

—¡Me volviste a dejar idiota! ¡Está estúpida carta dice que no me ibas a dejar ir! —me arrodilló en el suelo llorando —. Me dejaste ir ¿Por qué me dejaste ir? —sollozo —. Lo prometiste, está escrito en esa maldita carta y aún así te fuiste. 

Seco mis lágrimas agresivamente. Me siento tan patética. Justo después que se fue me quedé observando la puerta unos minutos, por causa de la ansiedad devore una caja entera de Oreo's abarcando la ligera, en realidad enorme, esperanza de que volviera a cruzar esa puerta totalmente arrepentido, diciendo que fue un error dejarme las dos veces anteriores pero que no volvería hacerlo una tercera, le respondería con algunos insultos, después íbamos a besarnos y ser felices por siempre.

¡Pero él idiota no volvió! Eso fue lo único que no tenía previsto.

—¡Jared idiota! —exclamó como si pudiera oírme —¡No quiero volver a verte en toda mi vida! ¡Estúpido infeliz!.

Voy a empacar mis cosas por si vuelve, va encontrarse con un departamento vacío ¿Creyó que era mentira eso de que me iría? ¡Pues no lo es! Voy a desaparece de su radar, iré a vivir Australia, muy pero muy lejos de su estúpida cara.

Y no volverá a verme nunca más. 

Me levanto del suelo con esa idea en mente.

¿Será una buena idea? Por supuesto que sí ¿Soy cobarde por querer esconderme de él? Absolutamente, pero esa es mi manera de hacerlo sufrir.

Ya no soy esa enamorada tonta, la que quería que volviera, la que tenía fe tener una historia juntos, esa versión de mi murió hace 2 minutos, y no regresará eso es seguro.

Ahora soy una nueva y renovada Katherine que no necesita a Jared en su vida, porque ya lo supere, quizás no lo amaba tanto como creía.

Escucho que tocan la puerta y me quedó inmóvil. Estoy segura que tuvo que ser mi imaginación, desde que vivo aquí nadie a tocado mi puerta además de la señora Clint, y dudo mucho que sea ella.

Si, estoy segura que es mi imaginación.

Vuelvo a juntar mi ropa cuando escucho que tocan la puerta nuevamente.

Alguien está tocando mi puerta... ¡Están tocando mi puerta!.

—¡Jared! —salgo corriendo de la habitación con una sonrisa en los labios y abro la puerta.

—¡Qué bien que estás aquí! Creí que no estabas, cómo estuve tocando la puerta un par de veces antes que abrieras y espero que no te importe pero quise venir a pasar un rato contigo ¿No te importa? —Rose me mira expectante.

Qué vergüenza y yo emocionada creyendo que era el imbécil de Jared.

—No, está bien, de todas maneras estoy sola y no me vendría mal un poco de compañía —cierro la puerta.

Quizás así mi mente aleje esos pensamientos estúpidos.

—Me alegra porque no quería ser inoportuna, pero mi abuela salió a trabajar y me iba a quedar sola, así que le conté que nos conocimos en la parada ayer y le encantó que nos lleváramos bien —caminamos hacia la cocina —, entonces me dejó venir —me sonríe —. Traje algo de comer para pasar un rato más agradable —dice entusiasmada.

Su esencia positiva y entusiasta me hacen sonreír. Justo lo que necesitaba.

Saco los platos del estante colocándolos en la mesa.

—¿Puedo preguntarte algo? —dice con cautela —, no quiero parecer entrometida pero me dio mucha curiosidad.

—Adelante, pregúntame lo que quieras —le doy un mordisco a mí waffle.

—¿Quién es Jared? —me atragantó —¿Estás bien? —me da palmadas en la espalda.

Bebo agua antes de decir: —¿Cómo sabes de Jared?.

—Gritaste su nombre antes de abrir la puerta, y tu rostro desbordaba emoción, pero cuando me viste tu semblante cambio.

—¿Hice una mala cara? —ella niega con la cabeza.

—No, fue más como cuando aguantas las ganas de orinar y luego puedes ir al baño. De paz o alivio —compara haciéndome reír.

—¿No se te ocurrió una mejor analogía? —pregunto aún riendo.

—Fue lo que pensé en ese momento —ríe también.

Me siento mucho mejor ahora, desde hacía tiempo que no compartía un momento tan íntimo con alguien. Me había vuelto un poco retraída y a la única persona que podía llamar "amiga" era a la señora Clint. Un poco patético, pero conversar con ella me transmite una calma que no puedo describir.

Parece que es algo de familia porque Rose me da la misma sensación.

—Disculpa por volver a tocar el tema, pero me dio curiosidad quién es él.

—Es mi ex -novio, vino a visitarme ayer por ironías de la vida —respondo un poco desanimada.

—Supongo que las cosas no salieron bien —asiento.

—No quiero ser quién te diga que las relaciones no son un cuento de hadas. Estás en la edad en que los chicos te parecen un príncipe, o te parecen tan increíbles y sexys cómo un integrante de One Direction —ríe —. Pero si, hay veces en que ni siquiera el amor es suficiente.

—¿Cómo el amor no puede ser suficiente? Sonará un poco ingenuo pero, yo creo que mientras haya amor de verdad las cosas imposibles se vuelven posibles.



#4653 en Novela romántica
#1785 en Otros
#472 en Humor

En el texto hay: novelajuvenil, novelacorta, reencuentro

Editado: 22.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.