1, 2, 3 Llegó el amor

Capítulo 14 De ahora en adelante este será nuestro secreto.

Leon :

<<Necesito hablar contigo>>

Le escribo en un papel a Dária que está a mi lado en nuestro salón de clases, esta vez lleva su cabello morado hecho una trenza un poco desordenada pero aún hací no puedo evitar mirarla, es tan bella tan ( Dária ) y no aguanto mas, soy capaz de pedir perdón aunque no estoy seguro que sea yo el que debe disculparse. De inmediato sin mirarme escribe una respuesta y me lo da por debajo de la mesa. Sin querer tocamos nuestras manos logrando que mi corazón empiece a bombear sangre mas rápido de lo normal. 

<<Yo también quiero hablar contigo, nos veamos en la hora del almuerzo en la piscina, ahí estaremos solos.>>

Mi corazón se acelera aún mas y por un segundo tengo miedo de que alguien lo perciba.

Mientras damos una larga clase de historia con un profesor que es capaz de dormir a cualquiera. Observo el reloj que esta encima de la pizarra con esperanza de que pase el tiempo rápido pero esto solo logra que sienta que cada minuto sea eterno .

  Media hora después
Salimos para el laboratorio a dar química y esta vez es Juan quien me aborda.

—Oye todos vimos el juego que tenían Dária y tú con los papelitos, ¿hay reconciliación o no?. —me pregunta entusiasmado, Juan y yo últimamente hemos estado conversando mucho y esta enterado de todo lo que ha ocurrido con Dária.

—Por ahora no, pero quedamos de vernos al medio día en el área de natación. 

Sube y baja las cejas anunciando que algo bueno está por suceder. —¿al fin no?, me alegro, por ti y por Dária que si regresan tienen tiempo aún de ganar el premio de la pareja del año. —me volteo y lo miro dudando de si es cierto o no lo que acaba de decir.

—Si, cada año lo celebramos, el año pasado ganaron Diana y Pablo pero la verdad es que esa pareja era puro alarde, ninguno se quería de verdad.

Pongo los ojos en blanco —por dios, de verdad que no tienen nada bueno que hacer en esta escuela. —le digo mientras entramos al laboratorio y nos sentamos.

Dária se sienta esta vez en la primera mesa y Juan y yo al fondo.

—Juan —le susurro para que no nos escuche nadie y mientras se arregla las gafas me hace un gesto con la cara y los hombros que da a entender un — ¿qué?.

—Necesito que me ayudes en una idea que tengo para darle una sorpresa a Dária, ¿puedo ir a tu casa esta tarde?

—Cuando quieras, siempre estoy en casa con mi ordenador.

Por unos segundos me quedo pensando, la manera en la que mi vida va tomando sentido, Juan se ha convertido en un excelente amigo ahora solo falta que Dária vuelva conmigo y todo tome su curso.

Después de una hora por fin suena el timbre y todos salen de prisa incluyendo a Dária, recojo mis libros y en un minuto estoy en el lugar acordado. 

Por fin la veo, está sentada en un muro observado la piscina que está  frente a ella. Me siento a su lado, cruzamos miradas y es ella la que  empieza a hablar.

—A veces quisiera tener alas y volar muy lejos donde nadie me conozca pero caigo en la dura realidad de que no podría dejar a mi madre sola, aunque se que esa es una excusa de mi mente para que no cometa semejante locura pues de todas formas mi madre vive de viaje y no le he hecho falta para nada. —hace una breve pausa pero mantiene esa expresión de que necesita seguir hablando y yo guardo silencio. —cuando supe lo que mi padre le hizo a Sheilah sufrí mucho, lo mas duro fue darme cuenta de que puede que estuviera a punto de hacerme todo eso a mí y no me había dado cuenta. Tengo un trauma, un miedo, ni se como llamarlo pero recuerdo, ¿sabes? la mirada perdida de mi amiga después de ser violada, su rostro no reflejaba ningún sentimiento, era como si aquella chica llena de vida hubiera desaparecido, por eso tengo miedo a veces, no de ti, —lágrimas caen sin miedo por su delicado rostro y se me parte el corazón al escucharla hablar —tengo miedo de mí, de que a lo mejor todo fue culpa mía. Puse en peligro a mi amiga y me ha costado mucho superar todo eso. Me centré tanto en adaptarme a vivir aislada de todos que cuando llegaste a mi vida todos esos miedos salieron a la luz.

Baja la mirada y se queda perdida en sus pensamientos y al final empiezo a hablar. —Por mas que intente entender todo lo que has vivido no puedo hacerlo, solo tú sabes lo que sientes pero, ¿te digo qué puedo hacer por ti? —asiente —puedo acompañarte en todo momento, déjame dibujar estrellas en la oscuridad de tu cielo apagado para observarlas juntos mientras estoy a tu lado. Quiero hacerte feliz Dária, es lo único que te pido, permíteme estar a tu lado en cada momento triste o feliz que tengas —no dice nada pero su silencio no quiere decir que no me dejará estar a su lado de nuevo y eso me da esperanza. —¿quiéres ir conmigo por ahí?, a caminar y despejar la mente? —le pregunto extendiendo mi mano derecha para que la tome.

—¿Y las clases que faltan?.

—Qué importa la escuela, ahora mismo necesitamos salir.

Toma mi mano, se baja del muro de una vez y nos abrazamos unos segundos hasta que nos marchamos de la escuela.

                                

 

Daria :

Si tuviera una amiga de esas que chillan de alegría al enterarse que su amiga volvió con el chico que ama ahora mismo la llamaría y le diría —! volví con león ! —y ella gritaría histérica como quien acaba de ganar la lotería : —¡ haaaaaaa quiero detalleeeees !. 

Lamentablemente no tengo una amiga así y me tengo que tragar esta alegría que siento ahora que voy con León caminando por la calle cogidos de la mano como en esas películas de amor que tanto le gustaban a Sheilah. Tomamos un taxi y nos vamos a una dirección que le dijo León al taxista y en media hora llegamos al sitio que me quiere enseñar.

Al llegar me quedo callada, no entiendo muy bien lo que me quiere mostrar. Es un lugar completamente desierto, no hay ni una sola casa cerca.




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