1, 2, 3 Llegó el amor

Capítulo 18 ¿Quién es el ángel?

Daria :

<Amor sin palabras, eso es lo que siento ahora, no lo puedo describir, la luz plena amenaza con llegar a lo mas profundo de mi oscura alma y sin miedo la afronto . Alegre, serena, incapaz de despertar de este sueño acogedor con fragancia inexplicable, sonrío, respiro su aliento y mi vida  estalla al darme cuenta que estoy a punto de besar la felicidad...>

—¿Qué haces Dária? —me pregunta Lusiana desde el chat del Whatsapp.

Yo— aquí escribiendo " pensamientos del alma " antes de que la inspiración me abandone.

Un segundo, se preguntarán qué es eso que estoy escribiendo, pues "pensamientos del alma" es como un mini blogs en el que escribo pensamientos al azar que se me cruzan por la mente cuando estoy  feliz y también cuando estoy triste lo que en ese caso escribo un poco diferente como lo siguiente :

"¿Cuán amarga es mi vida que se empeña una y otra vez con hacer de mi cuerpo un espectro?, mientras una enredadera de espinas me envuelve lentamente haciendo imposible mi movilidad hago presente mi última esperanza, ¿acaso será suficiente, alcanzará para poder seguir viviendo y burlar la soledad? No lo se, pero desde mi interior sigo intentando, no me detengo y digo con sigilo : yo quiero, yo puedo, yo lo logro. En un grito desesperado por obtener la libertad"


Ella —¿y esta vez por qué estas inspirada? —me pregunta ella.

Yo— porque León me sorprendió hoy en clases con un vídeo y se me declaró frente a todos.

Ella —ho que tierno es ese chico.

Yo —si, y mi madre me pidió que lo invitara a cenar hoy. Te puedes imaginar cómo estoy de nerviosa, por eso estaba escribiendo para ver si me distraigo un poco.

Ella —me imagino y mas como es tú madre que le encanta hacer preguntas.

Otra vez Lusiana habla como si conociera a mi madre, muchas veces hago a un lado esa sensación pero en estos momentos la curiosidad es mas fuerte. De inmediato tecleo lo siguiente :

Yo —¿y cómo sabes que mi madre es así?.

El chat aparece por un minuto en *escribiendo*  hasta que responde —me lo mencionaste hace algún  tiempo.

Dejo de escribir un momento intentando recordar en qué momento le hablé sobre eso pero no lo recuerdo y lo ignoro.

Yo —ok, estoy media loca y olvido las cosas a veces. ¿Sabes?, si estuvieras aquí aunque sea me ayudarías a elegir qué ponerme esta noche.


Ella —venga ya, pronto estaré ahí contigo y seremos grandes amigas, veras que si.

A mi mente vienen varios recuerdos de Sheilah y Liuva. Antes éramos tan amigas que si hace 5 años me hubiesen dicho que íbamos a estar como estamos ahora me hubiera reído creyendo que sería imposible. Nuestra amistad era una de las cosas mas importantes de mi vida y todo desapareció. Al parecer los momentos buenos se viven una sola vez hasta que todo cambia y se transforma en recuerdos.

Yo —eso espero.

Ella —bueno te dejo me tengo que desconectar.

Yo —ok hasta luego.

Ella —si luego me cuentas con todo detalle como te fue en la cena con León.

Yo —si.

Lusiana se desconecta y hago lo mismo. Me recuesto en la cama mientras observo la luz nítida de la lámpara que hay en el techo y empiezo a pensar en  León. En todo lo qué he vivido luego de su llegada a mi vida. Él fue un ángel enviado para salvarme de la agonía que era mi vida, es como si hubiera apretado un interruptor que está liberando cosas buenas para mi vida, desde que llegó hasta mi madre ha cambiado y al parecer todo está en una perfecta calma .  A veces hasta me asusta pensar en que algo me pueda despertar de este hermoso sueño.
       
                              

Leon :

—¿Dónde está mi camisa azúl?...¡ Por dios yo creo que la perdí en la mudanza ! —le grito a mi hermano que está junto a mí ayudándome a elegir la ropa que debo ponerme para ir a la casa de Dária.

—¿Y tiene que ser justo esa camisa?, a ver prueba con esta. —me lanza una camisa morada y negra, me la pruebo, me miro al espejo que hay al lado de mi cama y le digo mirándolo por el reflejo. —¿me queda bien?

Me observa minuciosamente y levantando el pulgar de la mano derecha me responde —súper.

—Si te gusta a ti no la llevaré, no quiero parecer un niño de 12 años. —pone los ojos en blanco y me lanza un bufido —no te enfades es que no quiero parecer un niño, ni muy formal y mucho menos un niño rico de papá y mamá. 

Me lanzo a la cama con las manos en la cabeza y grito dramáticamente —¡ no se que ponerme maldita sea !. —Alonso empieza a reír a carcajadas y saca la camisa azul y me la lanza.

—Me encanta verte sufrir cuando no tienes todo bajo control.

—¿Todo este tiempo la tuviste tú? —le doy una mirada de odio fingido —te salvas porque tengo que irme porque sino te las verías conmigo.

Al cabo de unos segundos salgo de casa con un pantalón negro y la camisa azul. 

En la salida me Intersecta mi padre. —ten llevale esto a la madre de tu novia, esto siempre funciona . —tomo de sus manos una caja envuelta en papel de regalo dorado y lo inspecciono.

—¿Qué es? 

—Chocolates, estoy seguro de que le van a gustar —me quedo viendo el regalo en un silencio incómodo y añade —recuerda que ella te invitó a cenar a su casa, debes de tener un gesto agradable con ella en agradecimiento por la invitación.

—Mm..,¿gracias? —intento ser amable pero mi voz sale en tono de pregunta y para remediarlo le doy un abrazo y me marcho. 

Me subo al auto con mi chofer y alrededor de 30 minutos después llego a la casa de Dária y toco el timbre. Me abre una señora sonriente que por su uniforme supongo que debe de ser la empleada. 
Me dice con una sonrisa torcida.—Adelante, Dária debe de estar al bajar de su habitación y la señora está en la cocina.

Al entrar me quedo un poco asombrado al ver lo inmensa que es la casa de Dária llena de cuadros abstractos y una decoración un poco excéntrica que hace que me sienta fuera de lugar pero todo eso desaparece cuando veo a Dária bajar por las escaleras. En un abrir y serrar de ojos siento mi pulso acelerarse. Es como si esta fuera la escena de una película de los 80 donde la protagonista baja las escaleras despacio sin perder el equilibrio ni la elegancia. Trae un vestido negro ajustado a su estilo y su cabello morado está hecho un peinado hacia arriba que hace que se vea muy elegante.




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