1, 2, 3 Llegó el amor

Capítulo 25 De verdad, ella sufrió demasiado..

Leon :

La voz de la madre de Dária llega a mis oídos y le digo de inmediato —no, yo la dejé esta mañana frente a su casa, ¿no llegó? —guarda silencio y continúo —a lo mejor fue a ver a Lusiana a la casa de sus abuelos o a la casa de Liuva.

—Lusiana no contesta el teléfono y Liuva me dijo que no sabe nada de ella desde anoche cuando se despidieron en la fiesta. Ya no se que hacer, estoy muy asustada, no se si ella te contó que hace unos días vio a su padre.

—Si, ella me dijo, yo voy ahora mismo a salir a buscarla, me avisas si aparece.

—Si igual tú a mí, de todas formas voy a llamar a la policía. —siento como mi corazón se pone a mil y me siento mal solo de pensar en Dária corriendo peligro...

         
                         

             ******

Lusiana :

  No puedo dejar de pensar en que llegó el día, es hoy, hoy todo llegará a su fin. Por fin terminará mi sufrimiento. En una hora le llegará el video a Dária.

A mi mente llegan mis amigas, se que ellas al principio no lo entenderán pero este es el destino que escogí . Al menos tengo el derecho de elegir cómo terminará esta historia ya que no tuve el poder de elegir como comenzó.

Voy  por el mismo sitio en donde un día caminé sin saber lo que me esperaba mas adelante. Me siento muy sola. Mientras camino recuerdo cada detalle de ese amanecer inolvidable, cuando el papá de Dária me arrastró hacia el mismo callejón al que voy, cuando me miró de esa forma espantosa y me robó toda la ilusión que tenía de la vida. 
Mi corazón late muy fuerte pero aparto ese día de mi mente y empiezo a recordar todo lo buen. Me niego a que lo último que recuerde en mi vida sea ese trágico día. Tomo aire y a mi mente vienen mis 14 años inolvidables con mis padres, los días con mis amigas  divirtiéndonos y soñando inocentemente con un futuro prometedor. ¿Quién lo diría?, ¿quién diría que iba a tener una vida tan corta?. Por fin llego al lugar, al mismo callejón. Paso por encima de unas cajas y me siento detrás de unos tanques de basura.
Miro a mi alrededor y suspiro. Aquí empezó todo y aquí terminará, justo como lo planee desde hace meses, a esta hora mi venganza está lista y me voy en paz porque a pesar de todo en algún momento fui feliz.

Tomo las pastillas de mi bolsillo, me las echo a la boca y me acuesto mientras miro al cielo y pienso en todas las personas que fueron parte de mi vida y que por fin dejarán de sufrir por mi causa... 


Daria : 

Siento el ruido de un carro, abro los ojos despacio, miro hacia arriba y me doy cuenta de que en realidad voy en un auto, <<¿qué hago aquí?>>.

Por un instante recuerdo el día anterior, la fiesta y creo que voy con León a algún sitio pero de pronto recuerdo cuando iba a entrar esta mañana a mi casa y alguien me durmió con un pañuelo en la nariz.

Aterrada pongo el teléfono en GPS y le mando la ubicación a León para que me rastree. En ese mismo instante veo esa mirada que aún reconozco en el espejo retrovisor y me dice :

—Hija mía ya despertaste, me impresiona lo mucho que has cambiado, estas preciosa y muy grande. 

Me levanto y me siento sin apartar los ojos de él.

—¿Qué estoy haciendo aquí?, ¿a donde me llevas?.

Estoy muy asustada y mi corazón late tan fuerte como si hubiera corrido un maratón.

—Estuvimos mucho tiempo separados hija mía, por fin estaremos juntos, como antes y nadie nos va a separar de nuevo, te lo prometo.

Al ver que me ignora intento abrir las puertas de la parte trasera del auto pero están con el seguro puesto.

—Dejame salir, ¿a donde me llevas?.

—Vamos a salir del país, ya todo está preparado. Hay un amigo mio esperándonos en el aeropuerto con nuestros pasaportes falsos listos.

—¿Qué?, ¿por qué haces esto?, —le doy varios golpes a la puerta que está a mi lado —dejame salir, la policía te va a atrapar.

—No Dária, me voy a escapar como lo he hecho siempre y estaremos juntos, te va a encantar mi casa, seremos muy felices ahí.

—Maldita sea, ya destruiste muchas vidas, dejame en paz. Dejaste de ser mi padre el día que violaste a mi mejor amiga. —se queda en silencio y le grito —¡ di algo, al menos justifícate !. Aunque sea di que no fue tu intención o que estas arrepentido pero di algo. —Continúa sin hablar y le sigo diciendo —Ya veo que eres la peor persona que he conocido, te odio, ojalá no fueras mi padre...      

         
Leon :

Veo el mensaje de Dária. Juan que me estaba ayudando en su búsqueda me lleva de inmediato al lugar que indica el GPS.

—Conduce mas rápido por favor, ya estamos llegando.

—¿Te diste cuenta?, Dária va demasiado rápido, la llevan en un carro. —me dice Juan mientras mira el celular.

—No debí dejarla sola, tenía que haber esperado a que entrara a su casa,  —me froto el rostro con frustración —todo esto es mi culpa.

—Deja de pensar en eso y llama a su madre, dile que llame a la policía.

Un miedo recorre mi cuerpo al escuchar a mi amigo hablar sobre la policía, por fin caigo en la cuenta de que su padre es muy peligroso y puede llegar a hacerle daño.

—Lo tenemos, —grita Juan con los ojos pegados a la carretera —es uno de esos dos autos de enfrente nuestro. 

Los miro pero no la veo hasta que la logro ver a través del cristal de la parte de atrás de una ventanilla.

—Va en el auto azul, ya la vi.

—¿Ahora qué hacemos?. —me dice Juan aterrado.

—Hay que obligarlo a parar, trata de sacarlo de la carretera.

La voz de mi amigo sale en un chillido —¿estás loco?.

—Solo ponte al lado del auto —grito irritado.

Juan se le acerca, lo logro ver, es un hombre de pelo negro, su mirada está pegada a la carretera y le grito con la ventanilla abajo. —¡ frena, suelta a Dária !.




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