#1 Criada por el vampiro.

Capítulo 26

—Ya hemos llegado — anuncia la hermosa joven de cabello castaño a la misma vez que le da una leve mirada al joven a su lado, Gabriel por otra parte se encuentra atento a cualquier vecino de la chica, pues supone que si alguien la ve así, lo más probable es que no se lo tomen del todo bien, está prácticamente desnuda — yo voy a entrar primero, quiero asegurarme de que no hay nadie en la casa, luego vendré a buscarte ¿has entendido? — Da unos pasos hacia delante — si es que llega a ver alguien, yo los distraeré y tu entraras por esa ventana. Procura que nadie te vea — la señala, es ahí donde se encuentra el despacho del hombre.

La chica sigue su camino hasta entrar a la casa por la puerta trasera, Gabriel ha comenzado a sospechar de aquella loba castaña no tiene un muy bien olfato, pues sabría desde aquí si es que la casa está vacía o no.

—¡Llegue! — anuncia Amira ya dentro de su hogar, nadie le responde, asique comienza a revisar la primera planta de la casa para estar completamente segura de que no hay nadie.

“Volvemos para la cena. Cuídate”

Como de costumbre, la joven rueda sus ojos cansada y se acerca a la ventana para hacerle una señal al vampiro, pero este no se encuentra en donde debería, arruga la nota y la lanza al basurero cuando un ruido proveniente de la parte de arriba provoca que se ponga en alerta. Sube lentamente los escalones, hasta que el olor del vampiro la llena por completo. Deja que un suspiro de alivio salga de sus labios y sigue el rastro hasta el despacho de su padre, pero antes de que ella pueda abrirla, esta se abre de golpe causando que pegue un bote en su puesto del susto que se ha llevado.

—Ya los he encontrado — Gabriel le muestra la carpeta de color marrón que acaba de encontrar en uno de los cajones de un gran mueble en la oficina.

Los dos están muy cerca, demasiado para el gusto de la chica. Su corazón late deprisa y no solo por el susto que se ha llevado. Deja su verdosa mirada en la de su compañero, él chico tiene unos rasgos finos y de cerca se puede apreciar más su atractivo. Alguien bota un vaso en la cocina, causando que el hechizo que causa Gabriel, sin darse cuenta, en Amira se rompa. Ella se pasa una de sus manos por su cabello y se aleja intentado disimular lo que ha provocado dentro de su cuerpo el tenerlo tan cerca.

—¿Qué ha sido eso? — el chico, incomodo ante la situación, se acerca a la escalera y finge curiosidad de lo que ocurre en la parte de abajo de la casa.

—Nada de lo que haya que preocuparse — Amira mira sus manos unos segundos — es el gato de mi madre que siempre se encuentra destruyendo las cosas de la casa.

Claramente Gabriel ya estaba enterado de que el causante de aquel ruido en la cocina fue un gato, pues su olfato se lo ha dejado en claro antes de que aquello sucediera, pero sintió que debía comportarse como un ignorante, para que así el ambiente volviera a ser como antes, pero claramente no ha funcionado, ya que se ha hecho más tenso que antes.

—¿Me puedes esperar? — el chico gira rápidamente su cabeza en dirección a la joven.

—¿Cómo?

—Necesito ir a buscar algo de ropa — señala la puerta de su habitación —, pues no me apetece estar con una manta por los hombros en la mansión de Dante. Me da frio.

Gabriel asiente con la cabeza y ella con una sonrisa forzada da pasos firmes hasta su cuarto cerrando la puerta a su paso. El chico se pasa una de sus manos por su rostro y decide esperar a la loba en la parte de abajo de la casa. En el living, una fotografía llama toda su atención, en ella se puede ver una sonriente Amira de unos cuatro años aproximadamente, de pequeña sus ojos eran más llamativos de lo que lo son ahora.

En la planta de arriba, Amira se encuentra buscando ropa en su armario y luego pasa a guardarla toda en una mochila negra con la que suele salir de vez en cuando. De reojo, observa una fotografía, una en donde sale con sus padres y hermano mayor. Su verdadera familia. Le gustaría volver a estar en los brazos de su madre y recibir elogio de su padre.

—Ya estoy lista — anuncia la chica mientras deja su móvil en la mochila y la cierra.

El rubio se la queda viendo sin que ella se percate de ello. Amira aun lleva la manta en sus hombros, lo que provoca que Gabriel no piense con mucha claridad ¿Quién podría hacerlo después de todo? ¡Solo lleva puesta su ropa interior!

—Vamos — la voz del joven sale más ronca y dura de lo que él se imaginó.

La castaña se convierte en loba, dejando en el suelo la manta y su mochila, Gabriel se apresura en tomar ambas de las cosas antes de que ella lo haga. Amira lo observa con sus amarillentos ojos y niega con la cabeza cuando él solo le sonríe de medio lado. Salen de la casa sin que nadie los vea y corren en dirección a la mansión, la cual queda bastante lejos.

En la mansión, Dante se encuentra nervioso caminando de un lado a otro en su despacho. Aine entra con una copa llena de sangre, la cual él rechaza rápidamente, no le apetece alimentarse en estos momentos.

—Señor — la mujer busca la mirada de su amo, cuando este deja que lo haga, puede ver el sufrimiento en sus grises ojos — debe ingerir un poco de sangre — le muestra la copa.




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