#1 Criada por el vampiro.

Capítulo 47

Pov’s Dante.

He llamado a Breck, me ha dicho que se han marchado del palacio en el mismo instante en el que deje de hablar con Álvaro esta mañana. El joven se ha percatado de que algo le estaba ocurriendo al ambiente, asique siguió sus instintos y saco a la familia de aquel lugar. Breck se escuchaba destrozado, supongo que ha debido llorar bastante por la muerte de su padre ¿Quién no lo haría después de todo?

—¿Ya te sientes mejor? — Daniel se acomodó en el sillón y se me queda viendo — ¿Qué ocurre?

—¿Qué es ese olor Dante?

—Se mas especifico.

—Huele a pudrición, también un olor que es como una especie de lobo y a humano.

Me giro con la silla y me quedo observando el paisaje que se aprecia desde la gran ventana de mi oficina. No me tardo mucho en empezar a contarle todo lo que nos ha pasado esta última semana, o un poco más, los aliados que hicimos y a los que perdimos. También le menciono lo que seguro va a ocurrir dentro de poco tiempo más. Al terminar, Daniel se pone de pies y se acerca a mí, me giro para verlo, este se arrodilla en el suelo en modo de sumisión.

—Dante, entiendo cada una de las cosas que me has dicho y he sacado por conclusión propia de que tu vida corre peligro, al igual que la de los demás — tiene sus parpados bien cerrados — es por eso mismo que me ofrezco de voluntario para luchar a tu lado. No me dejes de lado en esto. Para este motivo en por el cual yo existo, para dar mi vida por la tuya.

—No quiero que la des.

—Bien, entonces déjame luchar a tu lado, como lo hacíamos hace noventa años atrás.

—Por el momento, no necesito que me ayudes en la mansión Daniel — dejo mi mano en su hombro y él al fin levanta la mirada — quiero que cuides a la familia de humanos junto a Álvaro, cuando sea el momento de luchar, te llamare.

Este al fin se pone de pies, me hace un movimiento de cabeza y se dispone a marcharse, pero alguien golpea la puerta. El cuerpo de Daniel se rige rápidamente y se pone en modo de ataque.

—Adelante.

La puerta se abre lentamente y nos permite ver a Peter, el cual se queda viendo con cautela a mi compañero, pues este no le quita la mirada de encima.

—Peter… — me pongo de pies para acercarme a él, lo invito a entrar y le señalo con mi mano al joven de castaño cabello — él es Daniel Cox, un fiel compañero e increíble soldado.

Ambos hombres se saludan. Por más joven que se ve el chico de cabello castaño, pasa la edad de Peter por mucho. Daniel solo es menor que yo por siete años. Él tiene ciento dos años de vida.

—Bien, cuéntame cómo ha estado eso allá abajo.

Peter toma asiento y comienza a contarme cada detalle de lo que ha sucedido con el encuentro que ha tenido con la loba de Shayla. Luce agotado.

—Mañana repetiré los mismos pasos que he hecho hoy. Si seguimos así, dentro de unos cuantos días ella se encontrara bien y volverá a ser la misma de siempre.

—¿Cuántos días más o menos?

—Dos.

—¿Dos? — Daniel interfiere en la conversación — ¿estas completamente seguro de que solo en dos días más podrá hacer que ella regrese a ser la misma de siempre? — claramente él no lo cree, tampoco lo intenta disimular.

—¿No crees que puedo ser capaz?

—Ha acertado.

Daniel nunca ha sido de esos jóvenes que guardan silencio durante mucho tiempo, si alguien dice algo que a él no le parece, se lo va a hacer saber. Conmigo es diferente, pero eso no quiere decir que no me ha corregido unas cuantas veces. Parece ser que ha Peter no le había tocado hace tiempo alguien que desconfiara de sus capacidades.

—Soy un alpha Daniel — en sus marrones ojos se puede apreciar el brillo de emoción, ese mismo que invade la mirada de Gabriel cuando se encuentra diciéndole cosas hirientes a las personas — y eso ella lo tiene más que claro. Su loba se ha vuelto salvaje, ha perdido toda la razón y se está comportando como el animal que en algún momento fue, pero lo bueno de eso es que ella sabe a quién debe respetar y temer, en ese caso, soy yo. Lara sabe muy bien que yo soy el líder de su manada, por ende, será mucho más sencillo lograr que regrese a ser la de siempre — se acomoda mejor en el asiento, me gusta verlo así, hablando como el alpha que es — no dudes de que lo lograre.

—¿Solo dos días?

—Y ella estará como siempre.

Y ellos, como si yo no me encontrara aquí, se dan la mano cerrando una especie de trato que han hecho sin que yo me percatara de ello. Me pongo de pies, ellos se me quedan viendo unos segundos, me disculpo y me marcho. Me ha entrado un extraño deseo de ir a ver a Shayla, de saber cómo se encuentra. No sé a qué ha venido, pero no siento que sea algo malo, es solo el deseo de verla.

—¡Señor! — Aine me detiene justo en el momento en el que me disponía a abrir la puerta — un joven busca a Shayla en la entrada.

Confundido por eso, cambio de dirección y me dirijo a la puerta principal de la mansión. En ella, se encuentra un joven de más o menos la edad de la loba, por el olor que desprende sé que es un hombre lobo, pero su cuerpo débil y delgado no parece el de sus compañeros lobunos.




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