#1 Criada por el vampiro.

Capítulo 56

—Un gusto al fin conocerte Shayla Astor — un joven de melena castaña se acerca a mí y me estira su mano, miro unos segundos a Dante, el cual se encuentra distraído observando su móvil, al final, sin dudarlo mucho tomo su mano — mi nombre es Jack Ferrer — no es del tipo de joven que va por ahí sonriéndole a medio mundo, de hecho, hasta imaginármelo con una sonrisa me causa un poco de miedo.

Como ya he dicho, tiene el cabello castaño claro bien peinado hacia arriba, sus ojos azules son demasiado oscuros y tenebrosos, tiene la mandíbula un poco cuadrada, su piel es bastante clara, él debe estar midiendo alrededor de un metro ochenta y ocho, cabe decir que me deja muy abajo.

—Esta de aquí es mi pareja — eso quiere decir que es su alma — Sara Dunne.

—Hola — me sonríe mostrando sus dientes, cabe mencionar que su dentadura no es tan perfecta como la de su pareja, puesto que sus dientes delanteros, las paletas, las tiene un poco grande, pero eso no quiere decir que son feos, de hecho, me sorprende los blancos que están. Su cabello es de un rubio hermoso el cual le llaga por debajo de sus pechos, los cuales se ven que son grandes, sus ojos son de un color azul hermoso, no tan fríos como lo de su compañero. Ella también tiene la piel bastante clara, pero hermosa, no tiene imperfección alguna. Ella es más baja que el chico a su lado, el cual la tiene sujetada desde la cintura como si tuviera miedo de que se vaya a ir a alguna parte, debe medir alrededor de un metro setenta y siete. Sigue siendo más alta que yo.

—Un gusto — le devuelvo la sonrisa.

Me siento un poco incomoda y me acerco al cuerpo de Peter buscando protección. Dante se da cuenta de ello, lo cual causa que levante una de sus cejas en modo de interrogación.

—Estos de aquí son mis compañeros… — Jack señala a la pareja que se encuentra un poco más atrás, los cuales se acercan al percatarse de que es momento de que se presenten.

—Yo soy Enzo Chaplin — sonríe de medio lado, pero, aun así, se nota que no es de los que van por ahí riéndose con todos. Se parece mucho a su amigo y a la vez es muy diferente a Daniel con Álvaro.

Enzo tiene el cabello rubio platino, hermoso y sedoso, él no lo trae bien peinado, de hecho, se nota que solo se lo ha mojado un poco para luego pasar su mano por ahí. De esa misma manera se arregla Gabriel su melena rubia. Sus ojos también son azules ¿Qué acaso la mayoría de los vampiros tienen los ojos de este color? ¿Usan lentes de contactos? ¿Es lo que adquieren por haber sido convertidos por dante? Aunque si fuera por esto mismo, deberían tener los ojos grises ¿no? Bueno no importa, eso no es lo importante en estos momentos. Vuelvo a prestarle atención al chico y me percato de que tiene un pendiente en la oreja izquierda. Eso es nuevo. No hay muchos vampiros que tengan cosas tan modernas. El chico me pasa con ganas, he incluso es mucho más alto que sus compañeros. Vaya ¡dame un poco de estatura socio! Yo creo que mide un metro noventa o hasta me atrevería a decir que tres centímetros más ¿se imaginan a su pobre madre pariéndolo? Debe haber sido una tarea difícil, pues estoy segura que desde pequeño, de edad, era grande, de porte.

—Un gusto — sonrió un poco, él no me ha ofrecido su mano como su compañero.

—Esta de aquí es mi esposa Perla Chaplin — la toma de sus hombros y la acerca hasta mí.

La chica sonríe nerviosa y me besa la mejilla. Su cabello es de un color castaño oscuro y no lo tiene tan largo como su compañera, de hecho, apenas les llega a los pechos. Tiene unas curvas demasiado notables, de hecho, se puede decir que su cuerpo es mucho más atractivo que el de Ashy. Su verde mirada deja en evidencia que ella es un poco más tímida que los demás, claramente ella es más reservada. Su blanco rostro no lleva una pisca de maquillaje, debe medir alrededor de un metro setenta y ocho, demasiado chica al lado de su pareja, aunque teniendo en cuenta el porte de Enzo, todos quedamos chicos a su lado.

—Tú debes ser Peter ¿no? — Jack lo observa con atención.

—Lo soy — el hombre a mi lado se endereza un poco, pero solo llega a alcanzar la altura de Jack ya que ambos miden parecido. Yo sospecho que ni fusionándonos ambos alcanzamos a Enzo.

Ya con las presentaciones listas, con Peter nos disculpamos y subimos a toda velocidad hasta la biblioteca. Tenemos cosas que hacer nosotros dos.

—Bien, aquí en la lista salen donde podemos encontrarlos a todos, hasta hay un número de teléfono — Peter deja la carpeta en la mesa, yo me aproximo a su lado con un destacador y la otra lista.

—Tenemos que eliminar a los que ya están con el anciano — y comienzo a hacerlo. Al final queda una hoja completa con quince nombres.

—¿Sand Dencer? — levanto una de mis cejas y me llevo el plumón a mis labios.

—¿Lo conoces?

—Su nombre me suena.

Tomo mi móvil y marco el número que ahí sale. Al cuarto pitido, él contesta.

—¿Sí?

—¡Hola Sand! — sonrío emocionada, yo conozco esta voz.

—¿Shayla?

—Vaya, me alegra saber que reconoces mi voz — rio — teniendo en cuenta que jamás hemos hablado ni nada de eso.




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