Jane
Fui a mi habitación para arreglarme.
Los padres de Luke eran adinerados y muy anticuados, la verdad es que me quedé parada observando el placard con el ceño fruncido sin saber que ponerme, nada estaba a la clase de estatus social que ellos poseían; jamás podría encontrar algo adecuado para ir allí, sinceramente no tenía la clase de ropa elegante que se debía llevar a esta clase de eventos, cierro fuertemente la puerta del placard blanco, sin nada en mis manos.
Salgo de la habitación con la frente en alto negando con la cabeza varias veces comenzando a buscar a Rory. Rory era una de los demonios más extraños y de esas que se preocupan por su aspecto y si no tienen maquillaje, yo creo que ella me ayudará con éste problema, bueno es la clase de problema que ella sabe resolver.
Comienzo a caminar lentamente mirando mis pies, las zapatillas que llevaba seguramente la harían gritar del susto. Al llegar a la puerta de su habitación muerdo mi labio inferior dudando si golpear era la mejor idea o no, cierro mis ojos por sólo unos pocos segundos y golpeó abriendo mis ojos rápidamente, ya que ella ya había abierto la puerta, se había quedado completamente estupefacta al verme y más con mi pinta, seguramente la ropa que llevaba no era la de la época actual; aún solía vestirme como los años ochenta. Me gustaba mucho más aquella ropa y aquella onda.
— ¿Jane?, ¿Qué haces aquí?, Oye... Esta no es la habitación de Max ni de Luke, sólo digo… —Dijo ella con una pequeña sonrisa en su rostro que me mostraba un poco más de tranquilidad.
—Rory... Cállate, necesito tú ayuda. Eres muy buena con la moda y esas cosas, tengo una fiesta elegante y en mi placard no hay nada adecuado para ella —La miro a los ojos y siento como me empuja hacia adentro de su habitación.
—Estas en el mejor lugar, Jane. Y dime ¿Qué planeas hacerte en el cabello?, ¿Qué maquillaje utilizarás?, Oye... ¿Ya pensaste en los zapatos?, Supongo que por como me estas mirando no tienes ni idea de lo que te estoy hablando... Bueno, déjame todo a mí —Cada vez que algo salía de la boca de Rory la miraba casi como si estuviera hablando en chino o algo así.
—Okay... —Dije, la verdad es que no estaba nada convencida con lo que ella me había dicho.
Rory siempre llevaba maquillaje por todos lados, su rostro era completamente arreglado con su maquillaje, siempre usaba unos diminutos vestidos apretados al cuerpo y tacones altos que sabía que yo jamás podría ponerme.
Al ver que ella me sienta en la silla de su habitación me comienzo a alterar debo admitir que tenía muchos nervios de ver los resultados de esta locura, jamás hubiera pasado por mi cabeza dejarla hacer esto, pero ahora me era muy importante que todo se lleve a cabo y rápidamente ya que tengo tiempo determinado y ese tiempo está llegando lentamente a su fin y eso me comienza a preocupar mucho más de lo que ya me encontraba.
Ella comenzó a aplicar algo extraño por mi rostro, era algo que se sentía cremoso y realmente asqueroso, ya comenzaba a sentir la pesadez de mi rostro; se sentía duro y raro, pero preferí no decir nada y dejar que ella siga con lo suyo. Luego empecé a sentir tirones en mi entrecejo, aquella sensación era horrenda y dolorosa, era realmente dolorosa. Dios, ¿Qué rayos me estaba haciendo?, pensé. Fruncí el ceño al sentir como aplicaba algo sobre mis párpados, era algo que no se sentía tan mal; esa cosa extraña me daba un poco de cosquillas, hizo que miré hacia arriba para que ella me aplique delineador líquido en mis ojos, aquello no me gusto para nada, es más sentía que aquel líquido se estaba esparciendo por mis ojos, mejor dicho por mis parpados.
Ella se dio cuenta que ya no soportaba más, entonces me aplicó un brillo labial rosado, era algo no tan llamativo y por fin era una cosa con la que estaba de acuerdo para que me apliqué. Se levantó acercándose a su ropero, me levanté y me quedé completamente impresionada al ver todos los vestidos que tenía, había como millones, ella se decidió por uno.
Negué varias veces al ver que era un vestido corto negro con encaje, era demasiado sexy, y yo necesitaba no lucir así, sólo necesitaba estar presentable. Ella rodó sus ojos y agarró un vestido azul brilloso perfecto, era largo con piedras en el escote, era realmente hermoso. Abrí mi boca sin lograr decir ni una sola palabra, creo que se dio cuenta que me había gustado el atuendo ya que en un dos por tres ya lo tenía puesto. Me alegraba por un lado que se haya dado cuenta que me gustaba, ya que si no lo hacía dudo mucho que llevará puesto aquel vestido en éste preciso instante.