Jane
Ese sujeto, era él, el hombre del bar, el del parque. Mi ceño se frunció inmediatamente por ésta locura y lo miré directamente hacia sus ojos marrones, aquellos hermosos ojos marrones, ojos oscuros que dejaban ver mucho más de lo que él quería que observen los demás.
Él sabía con claridad que podía ver más allá de su cuerpo, su gracia… esa oscura y fría gracia que ocultaba mucho, demasiado. Me miro de igual manera y una sonrisa ladina levemente se fue formando sobre sus labios de una manera única que jamás había visto en toda mi larga vida, aún no entendía que estaba sucediendo así que comencé a retroceder con cuidado para lograr salir de allí hasta que choque contra uno de los bancos de lo que parecía ser una gran iglesia abandonada y tomé asiento viéndolo fijamente ya que un poco de miedo invadió mi cuerpo completamente.
No podía quitar mis ojos de los suyos y él no podía dejar de verme tanto como yo a él, era realmente extraño, una sensación demasiado extraña que jamás había sentido en toda mi larga vida, ladeó un poco mi rostro al comenzar a oír gritos devastadores de otro sector de aquel gran lugar. Me levanté rápidamente en un abrir y cerrar de ojos y caminé hacia donde oía éstos, estaban todos los de la academia mirándome fijamente mientras empezaban a gritar mi nombre. En ese momento supe que lo que ellos esperaban era una hermosa lucha contra aquel ángel. No me agrada para nada la situación, es más me parece demasiado doloroso aquello que estaba viviendo en éste preciso instante.
No quería luchar, no era el tiempo y no tenía manera de contradecir o decir que no quería hacer tal cosa. Mi corazón latía a mil por hora, aquella sensación no era agradable. No me gustaba para nada la situación y lo peor era que me estaba muriendo de miedo por dentro, era bastante claro que si no moría por la lucha moriría por el miedo que sentía en éste preciso instante de mi vida. Vida que ya no soportaba, vida de miedo y terror, una vida llena de melancolía y de dolor. No estaba dispuesta hacer nada, no quería morir, no quería nada malo en mi vida, pero al parecer era un gran imán de problemas. Yo no estoy segura de que él supiera aquello, pero sé que a él claramente no lo importara aquello.
Él va a atacar, él me va a matar sin dudar ni preguntar algo, él se hará cargo de mi y acabará con mi vida, con mis problemas y aquellas cosas diminutas que me siguen sin dudar por todo mi camino. Un camino mágico, un camino doloroso del que quería salir y no podía, un camino de todo lo que puedas imaginar y hasta lo imposible de cualquier mundo que no logres creer que existe. Tengo miedo de pensar que hay personas que sufren tanto como yo o hasta sufrir mucho más de lo que yo podría imaginar y hasta soportar. No lograría imaginar a una persona, a un humano en mi situación. No soy capaz de pensar como un simple humano, no soy capaz de llegar a vivir como uno y tener aquellos problemas humanos.
—Vamos a luchar, el que gane se queda con el hermoso libro —Dijo tranquilamente. Pero sabía que él estaba también asustado por la situación.
—No... Ese libro es de la familia Rose.
Él niega varias veces y luego frunce el ceño al ver que la barrera anti demonios es destrozada por otro ángel, debo admitir que no sólo el sujeto estaba confundido por lo sucedido. El otro ángel se refiere al sujeto con el nombre de Lionel, y este que corresponde a ese nombre niega rotundamente detenerse ante su ataque, por alguna razón Lionel quiere y tiene el libro en su poder, ¿Qué oculta ese libro?, ¿Por qué todos lo desean tanto?. Como la barrera ya estaba destruida todos los demonios que él había encerrado y torturado ahora se volverían en su contra, y así fue. No paso más de dos segundos que todos comenzaron a atacar, veo como Luke trata de salir arrastrándose por el suelo así que corrí a socorrerlo.
Él me vio a los ojos con una pequeña sonrisa en su rostro y con mi ayuda logro ponerse de pie, comenzamos a caminar directamente hacia la academia, fue bastante fácil llegar ya que esta iglesia abandonada estaba en el mismo edificio.
Lo recosté en su cama y traté de curar sus heridas, la voz de una mujer comenzó a retumbar por toda la academia, deducir que era la madre de Luke era bastante sencillo. Entro directamente hacia la habitación y me lanzo contra la pared, en sus ojos podía ver el odio que tenía hacia mí, debo admitir que no comprendía muchas de las cosas que últimamente estaban sucediendo.