1. Oscuros: el libro prohibido

Capítulo 29

 

Jane

 

 

—Espera —Susurró Luke sobre mis labios de una manera que no logro superar aún.

— ¿Qué sucede? —Quedé obligada a preguntar por su actitud, una actitud algo fría y distante por nuestras acciones que se ven detenidas en tan sólo un pequeño suspiro.

—Suficiente, Jane —Me bajá de su regazo con el ceño fruncido.

 

Mi ceño se frunce aún más que el suyo por su actitud, una actitud que no esperaba y mucho menos en un momento como en el que nos encontrábamos. Simplemente pensé que eso no sería posible, pero me llevé una gran sorpresa al notar que todo es posible. Por eso motivo camino lentamente hacia la puerta de su habitación, me sentí realmente mal por lo sucedido, realmente no comprendía que acababa de suceder, me sentía completamente sucia y una estúpida frente a la situación. Me sentía como una Jimin, esa palabra… mejor dicho aquel adjetivo calificativo me veía completamente perfecto para la situación. El diccionario de los demonios tenía definido a una persona Jimin como un demonio sucio, un demonio que sólo busca del placer de una situación en particular por su propio beneficio.
Siento como me tomó de la cintura con fuerza, una fuerza que no podría catalogar y mucho menos en palabras para expresar en éste preciso instante, me doy vuelta con delicadeza para empujarlo con fuerza, no con la misma fuerza que él utilizo pero con fuerza, lo pegó a la pared negando varias veces con mi cabeza. Lo suficiente como para dejar claro que no quería pelear con él, ni con nadie. No podía disfrutar de tal acción y mucho menos con mi mejor amigo en todo el mundo entero.

 

— ¿Qué demonios te pasa por la cabeza? —Pregunté.

—Jane... ¡Bájame! —Sube su tono de voz claramente para que pueda oír con deleite aquel tono que él posee.

 

Niego varias veces mirando directamente sus ojos con una sonrisa en mi rostro, una sonrisa de superioridad y de “Yo haré lo que quiera, cuando quiera". Sus ojos se vuelven completamente azules como un pequeño acto reflejo de su cuerpo, por alguna razón logra con deleite y tranquilidad pegarme a la pared de enfrente, jadeo levemente al sentir el fuerte impacto con ésta. No comprendía como un tan sólo unos pequeños segundo esto se había dado vuelta y ahora yo era la victima de la situación.

 

— ¡Luke! —Subo mi voz.

— ¡Jane! —Despega una de sus manos de la pared y comienza a acercarme.

—No, detente —Musito mirando hacia atrás tratando de volver a la pared donde estaba anteriormente.

 

Me encontraba en un gran conflicto interno del que con claridad sería demasiado complicado resolver. Me veía en una situación en la que podría correr y no volver, pero él era mi mejor amigo y por lo tanto debía quedarme a su lado, al menos por ahora. Debo hacer una pausa sentimental y tomar el toro por las astas para lograr ser yo quien maneje la situación.

 

—No, no me pienso detener... Tú empezaste esto y lo terminarás —Dijo él acercarme aún más.

 

Me apega a su cuerpo, puedo sentir aquel cuerpo tonificado que él posee y miro esos hermosos ojos azules mientras niego levemente tratando de despegarme de su cuerpo, claramente no lo logré aunque lo quería, pero no podía dejar que ésta locura se lleve a cabo. No podía suceder nada, no ahora… nunca.

 

—Luke... Por favor, déjame —Musito sobre su oído.

 

Él simplemente niega.

 

—Da gracias que no te pegue de espalda, eso sería... Interesante —Dice.

 

Lo despegó de la pared y caemos al suelo.

 

—Muchas gracias —Dice él al caer.

— ¡Jane! —Exclama la voz de mi hermano.

 

Se oye con claridad aquello. Lo que produce un pequeño corte de la realidad.

 

—Es Max...

 

Abrimos la puerta con una sonrisa amplia.

Como si nada de lo anterior hubiera sucedido.




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