1. Oscuros: el libro prohibido

Capítulo 30

 

Luke

 

 

Las palabras de Jane seguían guardadas en mi corazón y sabía que jamás se borrarían de mi, “Jamás te dejaré, no podría hacerlo aunque quisiera”.

Debo admitir que esas simples palabras me reconfortan cada una noche que paso sin estar a su lado. Recuerdo sin cesar sus palabras para que la vida me sea mucho más fácil y que nada me resulté tan mal como en realidad suceda.

Extraño mucho como sus brazos pequeños y delicados me rodeaban con cuidado y me atrapaban en un cálido y tierno abrazo, esos abrazos, esas caricias y toda ella me eran especiales. Pero todo aquello se desvanece lentamente en un abrir y cerrar de ojos, y por esa razón todo me llega al interior de una manera diferente, mucho más dolorosa.
Estaba pensando en sus palabras hasta que mis pensamientos quedan en segundo plano al sentir la suave y delicada piel de Jane abrazándome con fuerza, puedo sentir en mi piel como sus labios dibujan una hermosa sonrisa en ese perfecto rostro, todo su rostro era completamente hermoso pero... Pero esos ojos, esos hermosos ojos color café, ese marrón oscuro que parecía tal café me volvían realmente loco.
Sería capaz de hacer cualquier cosa para ver por siempre esa sonrisa que mis ojos estaban deleitando, no puedo evitar pensar que un abrazo ya no me es suficiente, pero realmente mi cuerpo así lo siente. No me gusta pensar eso, pero es lo que mi mente piensa al sentir sus pequeños y delicados brazos apretujándome contra ella. No lo soportaba, ya no.
Hago que me suelte, en ese momento puedo ver la confusión en su mirada pero en tan sólo unos pocos segundos baja su rostro observando el hormigón del suelo, no puedo evitar llevar mi dedo pulgar hacia su mentón para levantar éste y que sus ojos cafés impacten con los míos, mis ojos azules que sé que tanto le gustan. Ella me mira con cuidado y una sonrisa ladina se dibuja en aquel hermoso rostro que ella poseía.
Puedo sentir como lentamente su rostro se acerca al mío, su fresco aliento de menta impacta sobre mis fosas nasales dilatadas por aquella fragancia tan peculiar, ladeo mi rostro para evitar chocar contra su cabeza y mis labios se separan para en ese preciso instante de sentir como estos chocan, los movimientos de nuestros labios son lentos y la verdad es que quiero sentir más pero no sé cómo reaccionará. Mi lengua roza su labio inferior y en ese momento puedo sentir como lentamente ambas lenguas chocan, nuestras lenguas chocan, se enredan, se desenredan y comienzan a jugar lento, parecía una tortura… pero era realmente agradable.
Mis manos se dirigen hacia su cadera apretando ésta con fuerza, siento como se sube a mí regazo y sus manos aprietan mis hombros haciendo que lentamente me separé de aquella boca, mis ojos estaban posados sobre sus labios que se encontraban completamente hinchados por la acción pasada.

 

—Luke... —Susurra casi inaudible sobre mis labios y deja caer su cabeza sobre mi hombro. Sus brazos me estrechan fuertemente y siento como sus manos acarician mi espalda con delicadeza, lo que produce una gran sonrisa en mi rostro—. Jamás te dejaré —Musitó sobre mi oído para luego dejar un cálido beso sobre mi lóbulo.

 

Me tenso rápidamente al oír y sentir sus labios en aquella zona particular.

 

—Jamás... Por favor, no sé que haría sin ti —Dije abrazándola con fuerza.

 

Puedo sentir como nuestros cuerpos se tranquilizan provocando que todo lo anterior sea dejado atrás por tan sólo esos hermosos abrazos que ya estaba acostumbrado a recibir cotidianamente por ella, claramente sólo ella me daba cariño. Un cariño que me gustaría que en algún momento crezca aún más.
La suelto y la siento sobre la cama, me recuesto a su lado y cierro los ojos.

 

—Duerme bien, cariño —Dije para luego tratar de descansar tan sólo un tiempo.

 

Jane, no dice ni una sola palabra y pierdo el conocimiento, realmente me había quedado completamente dormido. Lo cual me resultaba extraño.
Me sobresalto al sentir una fría mano sobre mi abdomen bajo, trago saliva sonoramente y llevo mi mano a la de ella tomándola para quitarla de mi remera.

 

— ¿Qué haces? —Preguntó Jane tratando de bajar la mano aún más.

—La pregunta correcta aquí sería: ¿Qué haces tú? —Dije y negué tomando asiento.

— ¿Por qué me quitaste? Siempre me quitas —Dijo ella haciendo que suelte su mano y se levanta de la cama—. Eres muy aburrido y predecible, Luke Harper Rose —Me miro a los ojos con una mirada de picardía.

 




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