En las tierras del rey demonio
El frío de la noche traspasan los poros de la piel, pero eso era lo que menos se sentía en ese momento en aquellas tierras, la batalla había comenzado dando paso a la masacre, los guardias del rey demonio se defendían mientras protegían a su rey, que luchaba contra su propia sangre, solo el ruido del frío metal se escuchaba mientras una mujer de negro observaba a sus esclavos que solo tenían en mente acatar sus órdenes, sin importar sus vidas, se podía ver la sonrisa malévola que brotaba de los labios de aquella mujer
—¡Calibius! —grito el rey, mientras sus espaldas estaban en alto una junto a la otra evitando el ataque —. Para esto, somos tu familia no ves que solo te está utilizando
—¡Basta! —grito volviendo a atacarlo —; no hay marcha atrás, conquistaremos estás tierras, y yo gobernaré junto con mi reina, pero primero me desare de ustedes
el rey contraatacó, esquivando aquella espada, le pido a los dioses que este día nunca llegará, pero una vez más no lo habían escuchando, y lo que más le preocupaba era el destino de su hijo, solo esperaba que tanto su esposa e hijo estubieran lejos de aquella masacre, volteó a ver a su pueblo, su gente, miro los cuerpos sin vida de aquellas personas que le seguian, en eso un punzante dolor se instalo en su lado derecho debajo de las costillas, volteó a ver a su hermano que alzaba su espada, una gota de sangre, recorrió la hoja de esta hasta llegar a la empuñadura dónde se encuentra el logo, aquel logo de su reino, llevo su mano hasta la herida, sintiendo la sangre cubrir su mano, solo sonrió desconcertando a su hermano, empiezo a reírse como si hubiera perdido la razón, la furia incremento en Calibius, que alzo su espalda dispuesto a atacarlo, cuando de la nada y sin que nadie lo tocará salió volando hasta estrellarse contra los muros del castillo
La mujer que pensó que al final había ganado, busco con la mirada a la persona que había impedido su triunfo, encontrándose con la persona, era ella, la reina, la miro con malicia pero fue reemplazada por sorpresa, para luego ver odio puro, al reconocer al que estaba a su lado, la reina a empezo a mover sus manos una sobre la otra, sacando de ellas una bola de fuego verde, lanzando la a los esclavos
—¡Bruja! —grito llamando su atención —. No lo lograrás
Pero la bruja solo sonrió para dirigir su mirada hacia el rey que con trabajo se mantenía en pie tratando de defenderse, la reina siguió su mirada y nego mientras corría hacia el rey, pero no pudo llegar a tiempo para evitar que una bola de fuego negro atravesará su cuerpo cayendo de rodillas sobre el suelo
—¡Baltazar! —grito su esposa mientras corría hacia el
Al llegar a el trato de ayudarle, pero el poco a poco perdía sus fuerzas quedando arrodillado, frente de ella
—Baltazar, por favor mírame —le pedía con lágrimas mientras se ponía a su altura —, mi amor por favor mírame
—Te amo —le dijo mirando sus ojos mientras ella lloraba —, te veré en nuestra siguiente vida
—No, Baltazar —lo abraza —; no me dejes —voltea a ver al hombre parado justo enfrente de ellos sin hacer nada, mueve su mano, cambiando su perspectiva, haciendo que el vea a otras personas

El hombre se quedó congelado, no podía moverse, no era la reina, no, era su hermana junto a su esposo a quien veía, iba acercarse, pero aquella voz se la impidió
—No hay nada que hacer por nosotros —dice con lágrimas —, protege a Reluminim
«Cuídalo, y ayúdalo a recuperar lo que le pertenece por derecho»
Con esas palabras el se alejo con su gente dándole la espalda, con aquellas palabras resonando en sus mente, mientras la bruja se acercaba a paso lento hacia los reyes, los miro y al ver al hombre sintió dolor al igual que coraje
—Te lo dije —la mira con rabia —. Te dije que tú causaría su muerte, debiste alejarte de el cuando te lo advertí
—Jamás lograrás lo que te propones —le dice y la bruja nada más aprieta su mandíbula —, los dioses ya han decidido tu futuro
La risa de la bruja se escucha por todos los rincones del reino
—Está es mi destino —señala el reino —, y los dioses no me lo dieron, yo lo forjé
—No, solo lo has sellado —la mira —, ahora vive con las consecuencias
—¡Maldita bruja! —le grita mientras la apunta con su daga
—No, yo no soy una bruja _la voltea a ver —. Tú si, a comparación de tí, yo soy algo que tú nunca podrás ser, Una Hechicera
La bruja grito mientras una luz oscura salía de su cuerpo envolviendo la, para dispararla hacia la reina, quería oírla gritar que se retorsiera de dolor pero ni un ruido salió de su garganta, la vio consumirse por el fuego con una sonrisa, sin dejar de abrazar a su esposo, vio el reino ahora todo era de ella, camino hacia el bosque mientras una corona negra aparecía sobre su cabeza, se empezo a reír, se reía con todas sus fuerzas para que todos los reinos supieran que ella había ganado y ahora ella era la reina , sus esclavos iban atrás de ella siguiéndola mientras que aquel hombre miraba el imponente castillo, mientras voces se metían en su cabeza atormentando lo
Las piezas de ajedrez ya se habían movido, mientras ella pensaba que el juego había acabado, sin imaginar que apenas empezaba, pero como todas historia necesitaba ser contada, está no será la excepción
La historia que los dioses habían escrito, de una amor que lucho hasta la muerte, pero el destino ya estaba marcado
La profecía, ya se había escrito sobre sangre solo era cuestión de tiempo para que naciera aquel ser tan poderoso como los mismos dioses
Es momento de conocer la profecía...
Hola mis queridos lectores, aquí está otra vez la historia de Reluminim, espero que sea de su agrado y si es así no olviden déjamelo en los comentarios, les mando muchos besos y abrazos a distancia ❤️🥰
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Editado: 17.02.2021