La luz de los rayos del sol se colaban por la ventana de aquella habitación, una mujer terminaba de escribir sobre aquel trozo de papel aquellas palabras mientras una lágrima caía sobre ella, sentía su corazón derrumbarse en mil pedazos por el destino que los dioses habían forjado para su pequeña, miro por la ventana recordando cuando apenas la tenía en sus brazos, tan pequeña y frágil, volvió a mirar aquella hoja de papel.
Se fuerte mi pequeña, siempre cuidare de ti y de toda tu descendencia.
Al terminar aquellas palabras dobló la hoja, se dirijo al baúl que tenía guardado, dejándola dentro de el, antes de cerrar pudo ver lo que fue su antigua vida, era lo que siempre le recordaría quien era y de dónde venía, tomo aquella corona en sus mano y delineó los detalles perdiéndose en sus recuerdos
-Es traicionó -su hermano se levantó dando un golpe a la mesa -. Nos ha traicionado y merece la muerte
-Yo jamás he traicionado a mi clan -se levanta apoyando sus manos sobre la mesa para poder mirárlo directamente a los ojos -, lo único que hice fue prevenir una guerra con el clan de las hadas, en estos momentos no podemos tener un enfrentamiento con ellas, y tener al hijo del rey como rehén sería desatar la guerra -ella mira a su padre -yo solo he evitado que masacre a nuestro clan
-¡Miente! -grita su hermano
-¡Mami! -la voz de su hija la hizo reaccionar, y cerrar ese baúl junto con sus recuerdos
-Hey, princesa -dice ella mientras la abraza -, ¿Qué andas haciendo?
-Mira mami -le muestra lo que atrapó -; es una mariposa, ¿Quieres ir conmigo y atrapar mariposas?
-No mía amor, a las mariposas haya que dejarlas libres -camina con ella hasta el bosque -, para que ellas vuelvan a ti sin temor, y puedas volver a ver sus nítidos colores
Ella libero aquella mariposas, y vieron como volaba alto sobre la copa de los árboles, en eso muchas mariposas sobrevolaron junto a ellas, la niña solo pudo reír mientras corría atrás de ellas, ella siguió sus pasos pero de repente desapareció de su campo de visión, y al no verla, un mal presentimiento se instalo en ella
-¡Morgana! -empezo a gritar mientras corría por el bosque buscándola
Hasta que escucho su voz, pero no estaba sola, no, había un hombre junto a ella, cuando ella pudo reconocer al hombre el miedo se instalo más fuerte, se acercó a ellos y apartó a la niña de el escondiendo la atrás de ella
-Hola, Atlana -dice el hombre serio -, a pasado tanto tiempo
-¿Qué haces aqui Orcos? -dice aún cubriendo a su hija atrás de su cuerpo
-Digamos que vine, a ver a una persona especial para mí -la mira y una sonrisa sale de sus labios -. Me dije: Orcos, ¿Por qué nos vas a visitar a tu queridísima Atlana?, Y aquí estoy
-¿Ahora soy tu persona especial? -vio como a él se le borraba la sonrisa del rostro
-Siempre lo has sido -le dice sin titubear -, y eso lo sabes
-Por lo que pasó, me hace dudar -el frunce el seño
-Eso es algo de lo que no voy a discutir contigo -mira a la niña -. El rey quiere verte
-Atlana -llega su esposo a su lado, mira a Orcos y otra vez a su esposa
-Enrique -toma a su hija en brazos y se la entrega -llevate, Morgana a la casa
-Pero, ¿Y tú? -dice sin apartar la vista de Orcos
-Yo estaré bien, anda -acaricia el cabello de su hija -, enseguida voy
Solo ve a su hija irse junto a su esposo, para después confrontar a Orcos, que la mira con una sonrisa
-¿Por qué la alejaste? -camina al rededor de ella -¿A caso me tienes miedo? -Acaricia su cabello -, ¿Crees que le haría daño? -ella lo mira
-Si pudiste pedir mi muerte -ve como el vuelve a apretar la mandíbula -, bien puedes hacerle daño a mi hija
-El rey quiere verte -cambia de tema -, y quiere ver a tu hija también
-Dejo de ser mi rey -lo miro -, desde que me exilio, ¿Y ahora quiere verme? -niega para darse la vuelta para irse
-El se está muriendo -vio como ella detiene su paso -. Y lo único que quiere es verte, te estará esperando mañana en el valle, antes de la atardecer
Con esas palabras, se fue dejándola con un gran vacío dentro de ella
-¡Miente! -grita su hermano -padre, ella cometió traición -la mira -y merece la muerte
-¡Basta! -dice su padre -. Ya he tomado una decisión -mira a sus hijos para después mirar al consejo -La princesa Atlana, a cometido un error y será... -miro a su hija -, exiliada de este clan, desde ahora ya no tiene poder ni voto sobre estás tierras
-¡Padre! -gritaron los dos hermanos al mismo tiempo
-He dado una orden -dice sin más para después irse de aquella sala
Atlana camino hasta su casa, y solo entrar a su casa pudo ver a su esposo esperándola, una sonrisa se instalo en sus labios
-Atlana -corrio a abrazar a su esposa -. Me tenías preocupado, ¿Estás bien?
-Tranquilo, estoy bien -acaricia su rostro -, ¿Y Morgana?
-Está descansando _entran a su casa _. ¿Te encontró?
-Sabíamos que esto pasaría -se sientan en el sillón -, tanto tú cómo yo sabemos quién soy y de quién soy hija
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Editado: 17.02.2021