Aquel hombre caminaba a paso firme hacia su habitación, aún sentía esa extraña sensación de que algo malo pasaría, abrió la puerta encontrando a su esposa terminado de ponerse la armadura de aquella vestimenta, ella volteó a verlo y con una sonrisa se acercó a él para dar un tierno y casto peso en los labios
—Atlana, ¿Tienes que ir? —le pregunto con angustia
Ella sonríe cálidamente mientras acaricia su mejilla con amor, mira directa a sus ojos para volverse a besar pero está ves un beso apasionado que demuestre lo mucho que se aman
—Todo estará bien —el posa sus manos en su rostro —, te amo
—No vayas —la detiene cuando intenta irse —, por favor...
Ella solo nego mientras limpiaba las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos, el la estrecho contra su cuerpo mientras acariciaba dulcemente su cabello
—Tengo razón —ella se tenso —, algo malo pasara, ¿Verdad?
Ella alzó su rostro para mirarlo a los ojos con lágrimas mojando sus mejillas, llevo sus manos hacia su cuello mientras se quitaba el collar, cuando lo tuvo en sus mano acaricio aquel dije en forma de cruz
—Yo no conocí a mi madre —susurra sin apartar la mirada de aquel collar —yo soy la hija bastarda del rey de los Hechiceros, mi madre era una sacerdotisa, un día que mi padre fue mal herido por el clan de los demonios, vagaba por el bosque con una herida profunda en su pierna derecha y una en su hombro izquierdo, cuando la debilidad le ganó por la sangre que había derramado, cayó sobre la tierra inconsciente
»Mi padre confundido despertó en un lugar distinto dónde había caído, era una cabaña humilde, lentamente se levanto examinado el lugar cuando de repente la puerta se abrió dejando ver la figura de una mujer
—Veo que ya ha despertado —dio sin mirarlo, poniendo un cuenco con comida en la mesa —, me alegro mucho, lleva 3 días inconsciente
Cuando sus miradas quedaron conectadas algo dentro de el se removió, dejándolo sin aire, ante sus ojos la mujer más hermosa estaba enfrente de sus ojos al ver su sonrisa quedó cautivado por la mujer de cabellos negros que a sus ojos era como una ninfa
—Come, tienes que recuperar fuerzas —estendio el cuenco hacia el
Con el tiempo se fueron enamorado, el se olvidó de quién era y a ella no le importó pregunta vivieron su vida como una pareja hasta que un día la verdad llegó a mi madre, el era el rey de los Hechiceros y estaba casado, tenía una familia, su esposa e hijo lo esperaban, mi madre sintió morir, no lo soporto y se alejo de el escondiendo que en su vientre me llevaba, ella murió poco tiempo de darme a luz, no sin antes colocarme este collar, huérfana vagaba por el bosque hasta que un niño me ayudó me llevo a su clan, cuando me presento ante su rey fue donde me di cuenta, el rey era mi padre y aquel niño era mi hermano, el al ver el dije supo quién era y crecí como uno de ellos, hasta ese día
—Mi padre siempre me habló del gran amor que le tenía a mi madre —le colocó en el cuello aquel collar —, y siempre quise encontrará una amor como el suyo, y te encontré, gracias por salvarme y darme está familia maravillosa
—Mami —grito su hija acercándose a ellos —, ya estoy lista ¿Nos vamos ya?
—Si mí amor vamos —cargo en sus brazos a su hija y salió de la casa, derramando lágrimas
—!Atlana¡ —grito su esposo, corriendo hacia ellas —, por favor regresa a salvó
Cuando iba a contestar el atrapó su boca mientras el aire soplaba meneando la copa de los árboles dejando caer los pétalos de las flores sobre ellos

—Vuelve a mi —le susurro al separarse
Tomo de la mano a su hija, mientras caminaban hacia el reino que hace mucho llamo hogar, con lágrimas en los ojos se paró enfrente de aquella entrada, miro a su hija con una gran sonrisa y dió paso hacia la aldea, todo mundo salía a verla y empezaban a murmurar sobre ellas
—Atlana, querida —dijo Orcos al verla cerca del castillo
—Orcos, ¿Dónde está mi padre? —prgunto mientras su hija se escondía atrás de ella
—Te está esperando querida hermana —esas últimas palabras salieron cargadas de desprecio
Al entrar con sus hija al castillo para encontrar a su padre postrado en aquella cama debatiéndose en la vida y la muerte, dónde claramente la muerte llevaba demasiada ventaja, se acercó hacia aquel hombre que le dió la vida, quiso contener las lágrimas pero no pudo era más fuerte que ella, vivió tanto años alejada de su padre que ahora se lamentaba, acaricio su brazo haciendo que el abriera los ojos
—Hola papá —le sonrió —, estoy aquí, he vuelto
—No.. Atlana _susurro —, debes irte... No puedes estar aquí huye antes de que sea tardé
Ella solo nego
—No padre, he venido a presentarle a su nieta —hizo un gesto con su mano para que su hija se acercará —. Ella es Morgana, tu nieta, saluda a tu abuelo hija
—Hola abuelo —dijo Morgana mientras su abuelo acariciaba su mejilla
—Es idéntica a tu madre —miro a Atlana —tiene los mismos ojos que ella. Tienes que huir —tomo la mano de su hija —, es una trampa
Y cuando dijo eso claramente se escuchó como el metal de las armaduras se oían y las fuertes pidas se escuchaba al rededor de toda la casa
—Mamá —susurro Morgana
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Editado: 17.02.2021