Sintió sus labios presos a su boca, las manos alzando la tela del vestido, sintió el calor de su mano acariciando su pantorrilla mientras sus labios se posaban en su mandíbula repartiendo pequeños besos hasta su cuello
—No... —susurro entre jadeos
Pero el seguía subiendo su mano hasta su muslo apretándolo delicadamente, cuando iba a tomar sus labios otra vez, Morgana salió del embrujo que los envolvía apartando lo, le dió una bofetada, con la respiración agitada salió de ahí dejándolo sumido en sus pensamientos
Camino. Camino sin rumbo, si saber a dónde iba exactamente, en su mente solo una pregunta se fórmula ¿Por qué? ¿Por qué dejó que la besara?, Por qué no pudo detener las sensaciones que le producían las caricias de aquel hombre. ¡Era un total extraño!, Pero a su mente y su cuerpo al aparecer no le importaba eso, paso sus dedos sobre sus labios como si así pudiera recrear aquel momento
—Morgana —escucho su nombre y algo de removió pensando que era el
Volteo viendo enfrente de el aquella figura de aquel hombre que la miraba con una sonrisa mientras iba a su encuentro
—Me tenías preocupado —la estrecho en sus brazos —. ¿Dónde te habías metido?, Me preocupe cuando no llegaste ayer
—Alejandro... —dijo en un susurró, mientras la culpabilidad la embargaba
—Estaba tan preocupado por no saber de tí —la tomo por su rostro —, me alegra que estés bien
—Alejandro... —volvio a llamarlo —, nececito... —un nudo se instaló en su garganta y las lágrimas amenazaban por salir
No podía decirle. No, y menos cuando el a estado para ella todo el tiempo, ella sabía que decirle que ya no lo vería le rompería el corazón pero no podía jugar con el de esa manera. Y todo por culpa de aquel hombre que le está robando su paz — aunque la culpa no era de el sino de ella — pero aún así, no importaba de quién era la culpa ella sabía perfectamente lo que tenía que hacer
—Alejando yo...
—Así, que tú eres Alejandro —dijo una voz a sus espaldas haciendo que los presentes voltearon a verlo
—¿Quien eres tú?
—Baltazar, ¿Que haces aquí? —hablo pero el la ignoro
—La pregunta es ¿Quien eres? —su mirada se torno un poco oscura
—Yo soy un vendedor de té —dijo seguro
—¿Seguro que eso eres? —lo miro —, algo de ti te delata
Baltazar empezó a hacer una bola de fuego, y al percatarse Morgana se pudo enfrente de el
—No, por favor —el bajo la vista a sus ojos claros —, por favor no lo hagas
—El no es lo que tú crees que es —le dijo seguro
Bruja... Bruja... Bruja
Escucho en su mente, cada vez más fuerte se removió por el dolor,mientras lleva sus manos hasta su cabeza
—¡Ah! —grito —. ¡Basta!
—Morgana, ¿Que te ocurre? —le pregunto Baltazar mientras Alejandro se quedaba quieto observando
—¡Basta! —lagrimas salían —. ¡Sal de mi cabeza!
Dijo para salir corriendo, sin saber dónde se dirija, ella solo quería que el dolor y las voces pararán
—Morgana —grito para salir tras el
[...]
En las montañas
Era todo oscuro, solo las luz de las velas hacían que el lugar tuviera luz suficiente para lograr apreciar la figura de aquella persona, sus manos era lo único que se lograba apreciar ya que todo su cuerpo y su rostro lo cubría aquella capa
—Corre
Paso sus manos por la bola de cristal, dónde se mostraba la imagen de Morgana corriendo sin rumbo
—Corre mientras puedas —susurro —, siempre te encontraré
Se levantó de aquella mesa para ir hacia aquel libro paso sus uñas sobre la inscripción de aquella pasta
"Vivilio ton Nekrós" (libro de los muertos)
—Ahora es momento —susurro para ella
[...]
Morgana cansada caminaba con la mirada perdida, hasta que los ojos negros y preocupados de Baltazar se posaron en ella, el corrió a su encuentro justo antes de que se desvaneciera en sus brazos
—Morgana
La cargo hasta adentrarse a la cabaña, la colocó en su cama preocupado fue a la cosina para poder buscar agua y un paño, regreso hasta ella para luego pasarlo por si frente
—Vuelve —paso el paño por su rostro —, por favor no me dejes
—Es tu momento muere bruja, tu lo mataste, mataste al hombre que amabas
—No yo no lo hice
—Claro que si, la sangre en tus manos, esa es la sangre de él —alza sus manos y ve que las tiene cubiertas de sangre y voltea a su lado está el cuerpo sin vida dé Baltazar
—No, Baltazar despierta, Baltazar
—Tú lo mataste... Tú lo mataste
—¡No! —grito incorporándose
—Morgana —ella volteo a verla
—Baltazar —sin más se tiró en sus brazos estrechando lo
—Tranquila, ya pasó —le dijo mientras acariciaba su cabello
—No, tienes que irte —el nego —Baltazar, tienes que irte alejarte de mí solo si te vas podrás seguir con vida
—No me iré —la tomo por el rostro —, no lo haré
—Si no te vas tú —se levanto —, la que se va soy yo
Solo con incorporarse un poco su cuerpo le falló, así que tuvo que apoyarse en la pared
—Morgana, no puedes moverte estás muy débil —la tomo en brazos llevándola hasta la cama —, descansa y si después de recuperarte quieres que me vaya lo haré
No espero su respuesta y salió de aquella habitación y cuando desdobló aquella carta de sus manos escucho una voz atrás de el
—Aun no es el momento joven príncipe —el volteo encontrándose con aquella mujer
—¿Que puedo hacer? —nego —, además ella no necesita de mi, correrá más peligro estando a mi lado, no puedo protegerla ni siquiera pude proteger...
—Tu destino ya está escrito —sonrio —; solo es cuestión de esperar, solo si continúan juntos podrán los dos descubrir toda la verdad
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Editado: 17.02.2021