#1 Reluminium el rey de la oscuridad

Tu destino

La neblina se esparcía por todo el lugar, mientras ella volteaba par poder reconocer aquel lugar pero era inútil estaba rodeada por la nada. Jamás había sentido tanto miedo y paz al mismo tiempo como ahora. Paz por eje no había dolor y sufrimiento, pero sentía miedo por si sentía esa paz era por que no logro sobrevivir y eso significaba que no vería a su hijo nunca más y mucho menos a Baltasar. Una lágrima resbaló por su mejilla

—Morgana —escucho la dulce voz de su madre —, Morgana por aquí

Volteo hacia donde provenía la voz encontrando a su madre con una gran sonrisa mientras le entendía los brazos para que ella se acurrucada en su pecho

—Mamá

Corrió a su encuentro mientras lloraba, su madre acariciaba su pelo mientras la abrazaba

—Ma‐mamá —sollozo —, mi bebé. No lo conocí ni tuve la oportunidad de tenerlo en mis brazos

—No es así hija mía —la separo de ella mientras limpiaba sus lágrimas —, podrás estrecharle entre tus brazos. Y verlo crecer

—¿Pero como? Si estoy muerta

—No es así —negó —, solo estas inconsciente. Es momento que conozcas la verdad

—¿Que verdad?

—La de tu destino

Llantos, desolación, fuego, muerte eso es lo que se escuchaba en la aldea, soldados matando inocente mientras que la luna se torna roja por su sangre. Un llanto fuerte se escuchó en toda la aldea, los soldados dejaron de matar y un hombre, ya mayor con una corona, negra como la noche misma se abría paso entre los soldados y la gente

—Ya ha nacido

Esas palabras fueron la detonación para la masacre, ellos acabaron con la aldea, no quedó ni una persona viva, hasta los bebés fueron eliminados

—Ese niño no debía nacer, el será quien derrota nuestro mundo, hay que ir por el —dice y los soldados gritan al unísono aceptando su orden mientras alzan sus espadas bañadas en sangre —. Hay que acabar con el, mantenlo y a la madre también

—¡Padre!

Baltasar estaba frente de su padre, viendo al ser que le dio la vida y que debía amarlo sin importarle nada

—Detente padre

—¿Que crees que estas haciendo? —dijo con enojo —. Soy tu rey, y me debes respeto, ¿Donde esta?

Vio como Baltasar negaba mientras apretaba en su mano la empuñadura de su espada

—¡¿Donde esta?! —grito —. ¿Donde está esa bruja?

—¡Ella no es ninguna bruja! —grito —, ella es una Hechicera y es mi mujer. Si tu te atreves a dar un paso más encontrando de ella o mi hijo me olvidaré de nuestro lazo de sangre

—¡Esto no puede ser! —lo apuntaba con su espada —. ¡Mi propio hijo se revela ante mi por una bruja! ¡Matelos!

Clarisa estaba abrazando al bebé que dormía tranquilamente en sus brazos sin notar aquel resplandor que brotaba de aquella rosa. Una esencia verde envolvía el cuerpo de Morgana que está aún inconsciente en aquella cama. En eso la rosa se rompió en mil pedazos al momento que Morgana abría los ojos con un destello verde. Lentamente se incorporó de aquella cama, en eso Clarisa escuchó el llanto del bebé antes de escuchar la voz de Morgana

—Clarisa —le sonrió —, déjame verlo

Ella con una sonrisa le entrego al bebé que calmó su llanto en cuanto su madre lo tuvo entre sus brazos

—Mi bebé —beso su coronilla —, mi pequeño Reluminium 

Clarisa la miraba con una sonrisa. Morgana alzaba la vista hacia ella

—¿Y Baltasar?

—Fue a combatir al ejército que esta atacando a la aldea

Morgana dejó a su hijo acostado en su cama para levantarse

—¿Puedes cuidar de él?

—¿A donde vas?

—Baltasar necesitará ayuda

Salió de aquella habitación para ir hacia la habitación de sus padres y agarrar aquel retrato donde sus padre estaban junto al lago. Sonrió antes de darle vuelta para abrir una compuerta secreta, sacando una llave

Se acercó a ese cofre mientras decía aquellas palabras

—Anoíxte tis pýles plimmýras kai afíste ta krymména mystiká na eínai gnostá (abre las puertas y deja que se conozcan los secretos ocultos)

En eso una luz azul recorrió el baúl antes de desaparecer. Ella se acerco y abrió la cerradura dejando ver aquella armadura que ella conocía perfectamente. Se la colocó antes de salir al encuentro de su esposo. Lo vio luchando con su propio padre

—¡Arquímedes! —grito Morgana antes de arrojarlo por los aires

El saco sangre de su boca

—Maldita bruja —dijo cuando se levanto

El se levanto corriendo con su espada en alto apuntando a ella. Mientras Baltasar trataba de ir a su ayuda pero los guardias lo rodearon y el temor se hizo presente al ver a su padre cerca de Morgana

En eso ella hizo con magia una espada para contraatacar a Arquímedes. La lucha empezó dejando que el ruido de las espadas fuera la única melodía. Mientras que Morgana se mantenía sin ningún rasguño Arquímedes estaba ya herido en su brazo derecho

—Tienes que rendirte

—Jamás —movió su espada rosando el brazo de ella haciendo un leve corte

—Tu destino ya está escrito —sonrió —, y has llegado a el por tu propia cuenta

—No, yo forjó mi futuro —esquivó el ataque de ella —, y no voy a ceder mi trono

La pelea se hizo más drástica, mientras Baltasar acababa con los últimos que impedían el paso hacia su mujer. Cuando por fin pudo salir corrió hasta Morgana pero no llegó a tiempo y vio como la espalda de ella atravesó el cuerpo de su padre, al mismo tiempo que el atravesó su hombro

—¡Morgana! —grito mientras corría hacia ella

—Estoy bien —le hizo saber antes de caer al suelo

—¡Morgana, mírame! —la vio sonreír

—Tranquilo, este no es mi fin —dijo con voz pesada —, aún no es momento. Todavía no he cumplido con mi destino

Dijo aquellas palabras antes de desmayarse entre los brazos de su esposo

—¡Morgana! —la movió

En eso una luz azul hizo que cerrara los ojos y vio a aquella mujer con una sonrisa

—Tranquilo Baltasar, ella está bien —sonrió —. Aún no es momento departir




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.