#1 Reluminium el rey de la oscuridad

Aldana

La luz reflejaba sobre el cielo claro, iluminando con sus rayos el rostro de Morgana que estaba acostada en aquella cama. Lentamente abrió los ojos para incorporarse, tocó su hombro y vio la venda una sonrisa se instaló en sus labios para luego voltear a ver hacia el sillón donde se encontraba su amado con su hijo sobre su pecho durmiendo plácidamente mientras el tenía su mano sobre su cuerpecito. Lentamente se levantó de aquella cama  para quitarle a su hijo

—Deberías estar descansando —hablo con los ojos cerrados antes de que ella pudiera acercarse

—Estoy bien —sonrió mientras trataba de cargar a su hijo

—Tu herida —ella negó —recuéstate y te lo paso con cuidado

—Estoy bien Baltasar

Al ver que Baltasar no le iba a dar a su hijo antes de que se sentara, con resignación se acomodó en la cama

—Te cuidado, tu brazo

—Estoy bien —sonrió sin apartar la vista de su hijo —, mi herida está totalmente curada

—Mi padre te hirió con su espada y sus poderes... —negó —, ¿Como puedes estar bien? La magia de un demonio es muy poderosa

—Recupere mis poderes —lo miro —, soy muy fuerte

—¿Recuperaste...? ¿Como...? —soltó un suspiro

—Soy la destinada Baltasar, soy fuerte por que se me asignó la bendición de traer al mundo a un ser tan poderoso —acarició el rostro de su hijo —, traer a Reluminium

—¿Reluminium? ¿El que...? —ella asintió

—Es a quien debemos proteger

—¿Por que siento que me estás ocultando algo?

—Baltasar... Aldana

Antes de que ella pudiera continuar la puerta y las ventanas se abrieron por una fuerte viento, Baltasar trató de cubrir a su mujer y su hijo pero en un segundo Morgana estaba de pie a unos centímetros de la puerta, volteó hacia la cama que descansaba su hijo lo tomó en sus brazos antes de volver a ver a Morgana

En eso una persona apareció enfrente de Morgana con una capa negra se quedaron viendo directamente a los ojos

—Vete —hablo Morgana con los ojos totalmente verdes mientras de sus manos salían bolas de fuego del mismo color

Aquella persona sonrió macabra mente mientras que sus ojos se tornaban rojos inyectados de sangre

—Al menos déjame conocerlo —hablo con voz distorsionada —, y saludar a un viejo conocido

—Vete —le repitió —, antes que se me olvide los lazos de sangre que nos une

—Eres igual que tu madre —negó borrando su sonrisa —, y terminarás igual que ella

—¡Vete!

—Baltasar —hablo con su antigua voz haciendo que el voltear a verlo —, ayúdame

Morgana en un segundo apareció al lado de él, mientras le tocaba el hombro él la vio negar. Pero Baltasar volvió a mirar hacia aquella persona

Le entrego su bebé a Morgana antes de acercarse a ella

—¿Aldana?

—Baltasar —por un momento sus ojos se volvieron claros sin rastro de sangre

—Me mentiste —le dijo Baltasar —. Siempre me has mentido

—No es lo que tú te estás imagino —negó —. Lo hice por ti

—Me has mentido —sus ojos se tornaron totalmente oscuros —, Te burlaste de mi

—¡Lo hice por ti! —gritó —, para salvarte

—No sabes cuanto te detesto

En eso su mirada se volvió totalmente roja mientras fuego negro desprendía de sus puños. Morgana apareció empujándola al mismo tiempo que el fuego la golpeaba haciendo que escupir sangre

—¡Esto no se quedará así! —miro a Morgana —, Aléjate de él si no lo haces lo vas a matar. ¡Tu causara su muerte!

Desapareció mientras Morgana volvía a su apariencia normal

—¿Estas bien? —acaricio su mejilla mientras el negó

—¿Tu lo sabías? —ella asintió

—Lo descubrí cuando recuperé mis poderes

—¿Me ha mentido todo este tiempo?

—No, ella fue herida gravemente por tu padre y le dijo que si volvía a ti. Acabaría contigo —arrullo a su hijo entre sus brazos —. Llego mal herida hasta un arroyo negro de las aguas vino aquella corona, le susurró palabras hasta convencerla que la usara, pero esa corona estaba maldita, tiene que darle su sangre para que ella siga viviendo atraves de aquel objeto

Aldana llegó hasta su cueva, con las pocas energías que le quedaban. Cayó al suelo expulsando sangre de su boca mientras se arrastraba hasta aquel libro

—Dóse mou to froúrio tou kakoú kai káne ti thelisí sou gia ména (Dame la fortaleza del mal y haz tu voluntad por mí)

Cayo inconsciente, mientras el viento soltaba con fuerza, haciendo que las aguas del arroyo se tornaron rojas totalmente para después volverse totalmente negras. Aldana fue levantada por los aires antes de gritar de dolor, abriendo los ojos en totalidad rojos

Morgana estaba alimentando a su hijo cuando su hijo de la nada abrió sus ojos en una tonalidad entre rojo y verdes. Los de ella se volvieron totalmente verdes

—¿Que pasa Morgana? —pregunto preocupado Baltasar

—Se avecinan problemas —lo mira —, tienes que volver al reino de los demonios y reclamar el trono

—¿Por que?

—Es el lugar que por derecho te toca —sonrío para ver a Reluminium —, y es el lugar donde pertenece nuestro hijo

—Bien, partiremos mañana

Ella asintió. Al caer en atardecer  y ver dormir a Baltasar y a su hijo sonrió antes de que sus ojos se volvieran totalmente verdes,  la sonrisa desapareciera de su rostro y en un segundo apareció en lo profundo del bosque

—Se que estas aquí

Solo tuvo como respuesta unas fuertes risas

—¡Muéstrate!

—¿Me temes? —apareció frente de ella y ella vio sus ojos llenos de sangre

—Aldana —trato de acercarse pero ella desapareció —, ¡¿Que has escucho?!

—¡Todo es tu culpa!

Morgana la busco con la mirada pero se  escabulló entre los árboles rápidamente

—No debes vivir, me robaste mi vida —sintio la hoja de la espada atravesar costado —. ¡Muere!

Llevo sus manos hasta la herida, tomando la espada y jalando la para quitarla de su cuerpo

—¿Por qué haces esto? —le pregunto Morgana

—¡Me robaste mi vida!

—¡No era tu desatino! —gritó




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