1. Te Casas Conmigo, Mi Querida Rival? A x K

Capitulo XVIII

¿Qué es este sentimiento?

Salí a pasear, estaba tan emocionada porque por fin conocería el lugar donde nací, de donde siempre a sido toda mi familia. De la emoción, Salí tal y como soy, además nadie me conoce, además, en esta gran regata que sucede cada año en Garland, como me dijo mi madre, es tan grande que e inclusive llegan los turistas, esa es mi excusa, total nadie que me vea hoy, me verá de nuevo así, sino será de mi otra forma. Quiero disfrutar por última vez, como soy en realidad.

Estaba tan emocionada, que no me fijé que alguien no me quitaba la mirada de encima, ¿Quién sabe desde que rato? Hasta que me sentí incómoda, lo vi de reojo y pude ver ahí a un chico castaño, de ojos color negro, de alto 168 cm, de buen porte, guapo y puede que coqueto. Me di cuenta que se acercaba hacia mí, quizás con la intención de charlar, pero no debía entablar amistad de esta manera, me fui antes de que se me acercara.

Luego mi celular comienza a sonar, era mamá, ya tenía 20 llamadas perdidas de ella, ¡cielos! ¿cómo no pude escucharlas?, ¡ahora sin, conoceré a la madre enojona!, de nada servía contestar, si no me iba a escuchar, y más furiosa se va aponer cuando le diga como Salí, entre ella y yo no hay secretos.

Me apresuré a caminar, para pasar al baño y cambiarme de ropa de chica a la del chico. Pero antes de que yo llegara al lugar donde debía ir, me choqué con alguien, pero que torpe soy, caí sentada, y un ¡ouch! Logré decir.

Rápidamente me puse de pie, y entonces proseguí a decir: ¡mil, disculpa!, ¡no me fijé!, por parte de él, no escuche nada, ni siquiera una disculpa o un enojo, solo se quedó ahí de pie sin decir nada. Ahora que lo veo bien es un chico muy apuesto, buen mozo como diría antes, alto como de 175 cm, de cabello marrón, ondulado, los cuales resaltaban esos ojos grandes y expresivos color azules, y que decir, tenía unos labios carnosos. Volví a mirarlo y me encantó sus ojos, quería preguntarle quien era, hasta que me acordé que eso no podía ser, yo ya no dije mas y me marché, dándole una esbozada sonrisa a él.

Aun podía sentir mi corazón acelerado, y no era por el hecho de casi llegar corriendo para mi casa, el motivo era otro, o mejor dicho él, ese chico de mirada azul, aun lo podía recordar, lástima que no pueda hablarle, ya que no se quien sea, y aunque se dé la casualidad de volverlo a ver, será imposible que yo me acerque en plan amoroso, pues hoy es mi último día como chica.

Y si me preguntará, al llegar encontré a una madre más que enojada, preocupada. Mi madre me dijo que como era nueva ahí, me pudo a ver pasado algo, en casa solo nos encontrábamos ella y yo, las servidumbres no estaban, porque el tío Damon les dijo que nosotras llegábamos mañana. Durante nuestra ausencia la que cuidaba la casa era la nana, que también la conocería mañana, ya que había salido por cuestiones familiares.

Le conté a mi madre lo que me pasó, y le pregunté ¿Qué es este sentimiento?, nunca lo había sentido antes, ni siquiera con mi novio. Ella solo me dijo que eso solo sucede una vez en la vida, y se llama amor a primera vista.

Me dio una sonrisa y un abrazo, que lamentaba que yo no viviera una vida normal, luego ella se fue a su habitación. Pues mañana ya todos sabrían de nuestra llegada, que iría a la escuela como el chico Aike.

Yo también me fui a mi habitación, pero no podía dormir, es que solo mis pensamientos estaban puestos en ese chico, por cierto, que fuera lo que, me dijo mi madre, es también verdad que, no soy una joven normal, ya que, en mis hombros, está el deber de dar por finalizado la guerra de nuestras familias, con los Anderson.

Si, se lo contara a mi mejor amiga, seguro que Elina me preguntaría todo, como nos conocimos, que tan duro me a pegado el flechazo, pero agregando que sabe parte de mi verdad, me estaría también regañando, porque yo ya no puedo estar coqueteando o flirteando con cualquier chico, ya que estoy comprometida. Que yo no soy así, que no me deje tentar, por muy buenísimo que esté el chaval, al recordar a mi amiga en lo que puede decirme y sus gestos, me ha hecho reír.

Y si se lo planteo a los mellizos, estos también me darán su punto de vista, claro que ellos me apoyan, y más que nunca estarán ahí para apoyarme, que cuento con su apoyo, pase lo que pase, ellos me consideran una hermana, o como dice ellos somos los trillizos, aunque tu seas hija de nuestra tía, creo que el sentimiento es mutuo, pues al ser hija única, yo también los veo de esa manera.

De echo tenemos nuestros apodos, que son el sol, la luna y la noche. Nos describimos por el color de nuestros cabellos, porque el sol es Dylan, la luna es Dina y la noche soy yo (Aike). Aunque si fueran por el del color de nuestros ojos, entonces cambiaríamos papeles, quedando así: Dylan la noche, Dina el sol y yo (Aike) la luna.




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