1. Te Casas Conmigo, Mi Querida Rival? A x K

Capitulo XXIII

¡Algo que no debía pasar!

Ya había pasado cinco meses, desde nuestra llegada a Garland, ya solo un mes nos separaba para el gran día que, tanto tiempo se esperaba. Las cosas marchaban bien, todo fue tranquilo, nunca crucé palabra con kai, ni tampoco tuvimos problema.

Mayormente me la pasaba con los mellizos, en el salón de clase, todos se llevaban bien, por fin hice que Stella me hablara, me fui ganando su confianza, ella ya me platicaba más que otras veces. También, para que ella no estuviera sola, me juntaba con ella, si, para algunos era raro, pues pensaban que entre ella y yo había algo, pero fue ella misma, la que dejó en claro las cosas, en donde solo éramos amigo o si había algo entre nosotros, ese era nuestro problema, creo que eso fue lo más que le oyeron decir a Stella, durante todo el tiempo que la conocían, ya que todos se quedaron perplejos ese día.

Esa vez pensé, que Kai, tomaría esa situación para ventaja de ella, pero no pasó nada malo.

Ella siempre estaba con su grupo de amigas, y siempre acompañada de su prima Scarlett, esa chica sí que era muy alegre, se diría que era el alma del salón, tal vez también sería mi amiga, en ocasiones oía como hablaba de moda, y muchas cosas que, me recordaban a mi juntos a mis amigas y más con las ocurrencias de Elina. En ese grupito destacaba Elton, este siempre a la moda igual, me caía bien.

A veces se me acercaba, y me preguntaba si alguna chica tenía ganado mi corazón o algún chico.  Que cuando quisiera cambiar de gustos, él estaba disponible, le dije que lo tendría en cuenta.

Creí que, hoy sería un día común como siempre, pero algo pasó, ¡Algo que no debía pasar!

Me levanté para ir al baño, si, ¡ese era el problema que no me gustaba!, tenía que ser cuidadoso, porque la manera en cómo hace las chicas es diferente a como lo hace los chicos, hasta ahora no había pasado nada malo.

Cuando salí del baño, me dirigía de nuevo para el salón, no me percaté que, una chica castaña iba pasando, entonces nos chocamos, entonces ella se iba a caer, y por puro reflejos la logré sostener entre mis brazos, lo bueno que tuve la fuerza para sostenerla, y pude ver de quien se trataba, era nada menos que, alguien que conocía, ella de 167 cm de alta, castaña, de cabellos rizado, el cual le llegaba hasta el nivel de la clavícula, y de ojos color verde.

Me sentí apenado y le pregunté, si se encontraba bien, le pedí disculpas, pero esta solo me miraba atenta y quieta sin decir nada, solo me miraba y vi como sus mejillas se tornaban rojas. Entonces lo que pasó por mi mente es, ¿no creo que?, la ayudé a que quedara de pie, escuché un ruido ¡crac!, y me toqué la cara, efectivamente las gafas no estaban. Volteé mi mirar al suelo, ahí justo debajo del pie derecho de Scarlett, estaban hecho añicos, estaban rotos.

¡No es cierto!, ¡pero que rayos! – solo solté de repente.

-Eso hizo despertar a Scarlett, luego también miró al suelo, y vio las gafas rota - ¡perdón!, yo te compro otras, ¡aunque creo que no las necesitas! – dijo la chica aun con las mejillas ruborizadas – ¡disculpa!, yo este… no me hagas caso, ¡digo si!, te voy a comprar tus gafas -la chica ahora parecía nerviosa – no fue mi intención romper tus gafas.

-Ya ni lamentar era bueno - ¡no te preocupes!, claro que no fue tu intención, además, también fue mi culpa – la miré y para hacerla sentir bien le regalo una pequeña sonrisa, cosa que no debí hacer – es mejor irnos, o el profesor nos va a regañar.

Si, ¡tienes razón!, Aike – dijo scarlett.

- aunque ella aun iba con las mejillas coloradas, ellos comenzaron a caminar junto rumbo al salón-

-Iba con mi mirada todo el tiempo hacia el suelo, no quiero entrar y que las demás compañeras me vean, o voy a ocasionarme mas problema, para esto dejé mi celular en la mesa. Entramos al salón casi juntos, yo me dirijo a mi mesa, al llegar tomo mi celular y comienzo a guardar mis cosas, Stella leía como siempre un libro, pero se dio cuenta que yo recogía mis cosas-

¿Pasa algo, Aike? – dijo ella.

No, solo que no me siento bien, mejor me voy a mi casa – dije sí apartar la mirada de mi mochila.

¡ah!, espero y te mejores – dijo la chica con un tono preocupado.

¡Gracias! si no te preocupes, voy a estar bien, ¡adiós! ¡nos vemos mañana entonces! – dije y me di la vuelta, pero mi mala suerte empeoró, cuando me choqué contra Cormac Williams.

Este tomaba un batido de chocolate, y eso lo supieron todos, ya que este se derramó en su camisa cuando fue golpeado accidentalmente por alguien. Esta simple acción, hizo que todos guardaran silenció, y prestaran atención a lo que sucedería entre Cormac y Aike. Y mas porque el profesor no había llegado aún, por eso todos charlaban antes de lo sucedido.




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