1. Te Casas Conmigo, Mi Querida Rival? A x K

Capítulo XXV

 

Todo da un giro inesperado. (parte 1)

Salimos del salón mis primos y yo, nos dirigimos a la enfermería, me atendió una señora ya mayor, luego me dijo que tenía que vendarme el hombro, eso sí que sería un gran problema, los mellizos solo le dijeron que me diera algo de tomar que ayudara a bajar el dolor, que me llevarían al hospital o la Dra., Morton se encargaría, eso pareció ofender a la señora y me dio una pastilla antiinflamatoria. Salimos de ahí, pero nos encontramos con una castaña de mirada verde, esta estaba apenada, pero prosiguió a decir algo.

-En verdad lo siento mucho Aike, todo fue por mi culpa, si yo no …

Entonces por un impulso, coloqué mi mano izquierda en su hombro, quería hacerla sentir en confianza y menos culpable, entonces la miré y le dije – ¡no te preocupes!, ¡cuántas veces te tienes que disculpar?, yo ya te perdoné y te disculpé desde la primera vez, ¡esto no es tu culpa!, ¡no te sientas mal!, lo que pasó fue algo en lo que tú eres inocente, además ya sabemos cómo es nuestro compañero Cormac, este prefiere solucionar todo a golpes antes que aceptar una disculpa o incluso darla – le di una pequeña sonrisa y pude notar como se le ruborizaban sus mejillas – olvida lo de las gafas, ya ves que todo se ha solucionado, espero que ya dejemos esto por la paz, ya no es necesario que me compres otras, yo tengo unas de repuestos en mi casa, ¡entonces nos vemos luego Scarlett! – me doy la vuelta, le hago una señal a los mellizos que no dejaban de mirarme, y comenzamos a caminar.

Fuera del colegio…

¡Estas loca!, la viste a los ojos y sin tus gafas, sabes lo que significa p-r-o-b-l-e-m-a-s dijo Dina.

- ¡Guau! eso fue genial, eres todo un don juan primita – dijo Dylan

-Que genial ni que ocho cuartos, ¿por qué lo hiciste Aike? ¿en qué pensabas?, ¡es todo por hoy!, siento que me va a dar algo.

-No exageres hermanita, deja que Aike nos explique, y porfa desde el comienzo, ¡porque tengo dudas!, como el nocaut que le hiciste a Cormac, ¡eso fue magnífico, genial e increíble!

Bueno está bien, primero ella ya me había visto sin las gafas, ella me las rompió, ¡fue un accidente!, nos chocamos, la logré sostener y me vio sin las gafas, cuando me percaté fue cuando la vi ponerse roja, la solté para buscar las gafas, pero ella accidentalmente las aplastó, se disculpó, hasta incluso dijo que me compraría otras, cuando entramos al salón, comencé a guardar mis cosas e irme, cuando…

¿Por qué no nos llamaste por teléfono?, ¡hubiéramos llevados tus cosas, te hubiéramos ayudado!, ¿que no confías en nosotros? – dijo Dina.

¡Cierto! te hubiéramos ahorrado la bronca, pero pensándolo bien, no hubiera visto caer al tonto de Cormac – dijo Dylan muy feliz.

Si me dejan terminar quizás me entienda – logré decir y continué mi relato – el celular lo dejé en la mesa, por eso no pude pedirles ayuda, cuando giré me choque con Cormac, me disculpé, pero también seguí mi camino a la puerta, creó que eso hizo cabrearlo más.

-No te separes de tu celular, para evitar posibles problemas ¡salé!

-Si eso también, pero así es Cormac, le gusta los pleitos – dijo Dylan.

- ¡Gracias! en verdad les agradezco su ayuda, aunque por mi culpa ibas a romper las reglas Dylan.

-Y mi cara, no ves que de esto vivo.

Los tres nos comenzamos a reír, ese mi primo y sus ocurrencias.

Oye sí que tuviste suerte Aike, sino no estaríamos aquí tan feliz riendo, al contrario, tu serias el que estuviera en la enfermería, y lo peor que eres ¡ya sabes! – dijo mi prima.

-Si es verdad, esa hermosa carita sería totalmente golpeada y sin piedad.

-No la animes hermanito.

- ¿Qué? tu empezaste a desanimarla primero, y el malo soy yo.

Suerte o no, quien sabe – logré decir.

Llegamos a mi casa, los mellizos le pidieron disculpas a mi madre, porque fallaron en cuidarme, le explicaron todo a mi mamá.

Otra vez Aike, es la cuarta vez que te metes en problemas – dijo mi madre, pero luego se acercó a mi muy preocupada.

¡La cuarta vez! – dijeron al mismo tiempo los mellizos.

Si, y ahora que excusa tiene jovencito – dijo mi madre pareciendo enfadada, pero la verdad estaba aterrada de que algo me pasara.

Fue un accidente y me disculpé, pero Cormac no acepta las disculpas y prefiere pelear, no tuve opción – la miré con ojitos de perrito triste.




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