Capítulo XXVIII

¿Celos yo? ¡Por favor!

Las cosas están cambiando y la verdad que no tengo idea de cómo es que todo ahora gira en torno a ese chico, si me refiero a ese azabache que antes no le tenían en cuenta y ahora desde ese día, y me refiero de la pelea con Cormac, si le agregamos su pasado que fue inevitablemente investigado por Elton, y lo de que ya es amigo de Cormac por a verlo ayudado contra los del grupo de Anthony Murphy el hermano de Natasha, claro está dejó en claro que los problemas de su hermano son de él, y ella no tiene vela en ese entierro, y es que ahora Aike pasó de ser invisible a todo un chico popular.

Ya pasó una semana desde aquel alboroto y un poco de calma por fin se puede disfrutar en el salón de clases, en todo el colegio ya la fama del “puño de hierro” es todo conocido y leyenda, le tienen respeto y ley al chico Tremblay.

Las clases transcurría normal, las típicas platicas triviales se daban en cada grupo, los chicos el tema del deporte no podía faltar e incluso querían que cierto azabache se uniera a su equipo, pero este amablemente se disculpó pero que el deporte y él no se llevan muy bien, eso provocó unas risas de muchos por decir esas palabras, pero aun así aceptaron su decisión como el también que aun podía ser incluido si cambiaba de opinión.

Por otra parte, las chicas no se quedaban atrás, pues sus temas de realizar cosas en donde todas puedan estar juntas, y con las ocurrencias de Elton no se pueden quedar más sin emocionar.

Después de las charlas matutinas  e iniciar las clases en cuanto el profesor entra al salón, esperar con emoción los recesos para seguir continuando esas charlas pendientes, todo transcurre con algo de rapidez, la verdad que si se necesitaban tiempos extras para seguir con sus motívales platicas, es por eso que necesitaban un tiempo de salida en grupo, los chicos se veían siempre más, bueno aquellos que pertenecían al equipo de deporte pues tenían que entrenar, en cambio las chicas no se veían sino hasta el día siguiente. Ah Elton se le ocurrió la brillante idea de que el equipo deberían de tener su porra para ser animados y las chicas esa idea les encantó por lo cual ya estaban en decidir quienes van a estar en el equipo de porra, que porras y la música, en los horarios de entrenar y todo.

Era la hora de la salida, las chicas se habían quedado que para mañana, dar los nombres aquellas que estuvieran interesadas en ser parte de la porra, y si tenían ideas que las expusieran y ver que tal. Y como siempre cada quien tomó su rumbo para sus respectivos hogares, claro que ese día algo muy peculiar iba a suceder en donde los involucrados serian cuatro personas.

***

-Oye Kai, hoy me toca entrenamiento y pues te tendrás que ir sola, espero que te vayas con cuidado eh.

-Si, no te preocupes, ni que fuera la primera vez que me toca irme sola, ya otras veces te has quedado a entrenar y me ido sola, ¿o acaso se te olvida que puedo defenderme?

-Si es cierto, ¡Je, Je, ¡Je!, pero es que antes te ibas con tu prima, y ahora pues ya no, por eso me preocupo.

-Deja las preocupaciones, que no me va a pasar nada.

Ok, entonces nos vemos al rato – comienza a caminar en dirección contraria y agitando la mano.

-Oye espera, mi libreta no me la regresaste, la necesito para terminar el ejercicio.

¡Ah!, - se detiene y con una pequeña mueca de disculpa en su rostro, mientras se toca la cabeza – me vas a matar, pero la olvidé en el salón en la mesa, puedes creerme.

Eso de ti ya no me sorprende – con mirada de quererlo matar – te juro que si tuviera rayos láser ya te hubiera pulverizado, ¿pues que esperas, ve a buscarla?, o esperas que venga solita.

Oye no seas mala, de hecho, ya voy tarde con los chicos, por favor ve tú – con mirada de súplica.

¿Que ahora resulta que la mala soy yo?, en que momento pasé hacer la mala, cuando déjame recordarte que tú me pediste copia de los ejercicios porque no le entendiste y todavía que te doy la copia y se te olvida a ti la libreta ¿la mala soy yo? – de manera irritada- no pues si que los patos les tiran a las escopetas.

Ya bájale dos rayitas, si que ser chica pega duro, ¿no estas en tus días? – mirada confusa.

No me hagas ir hasta a ti y darte unos zapes – señalando su puño derecho y ya más irritada – ¡ahora ve por mi libreta!

¡Por favor mil disculpas!, hazme ese gran favor, ¡te juro que no lo vuelvo hacer!, pero los chicos me van a matar si llego tarde – mirando su reloj y exaltándose un poco - ¡mierda!, ya es tarde, por favor por los viejos tiempo sí.