1. Te Casas Conmigo, Mi Querida Rival? A x K

Capitulo XXX

Scarlett y sus sentimientos.

Cierta castaña de mirada verde no podía estar en paz consigo misma, ya no sabía cómo poder ocultar y fingir que todo estaba bien, ya no quería seguir dando excusas tontas y evitando estar a sola y charlar como antes solía con su prima. Porque si se sentía la peor de las basuras, era por causa de sus sentimientos, y esos era algo que bien sabía no podía llegar a expresárselo a él, ya que no era cualquier chico del cual había puestos sus ojos, era “él” futuro novio, corrección prometido, mejor dicho, futuro esposo de su prima Kai. Y ella mejor que nadie sabía la situación del porqué estos estaban desde tiempos atrás comprometidos, pero como también tenía en claro que ninguno de los dos se amaba, solo era un contrato en donde se beneficiaba los dos, y que por culpa de sus tontos antepasados, era que ellos se ven obligados a cumplir tal barbaridad, si las cosas fueran diferente, entonces si tendría la oportunidad de ser libre de confesar sus sentimientos y tal vez ser correspondida. Pero no puede, ya que “él” es prohibido, y está traicionando a su sangre, a su prima, pero es que no pudo evitarlo, no es tan sencillo como solo decir no debo quererte y ¡zas!, sacarte de mis pensamientos, de mi corazón, porque en el corazón no se manda.

 

Es duro y cruel amar a alguien que no te va a pertenecer ahora y nunca.

 

 

Si alguien me hubiera preguntado, Scarlette Wilson a ti te va a gustar el prometido de tu prima, yo hubiera contestado, ¿Qué locura es esa?, ¡para nada!, eso es algo que no se debe preguntar, yo no soy de esas, que traiciona a una amiga, más a un pariente sangre de tu sangre, pero ahora no podrían ni mirar a la cara a la persona que me pregunte o ni siquiera responder sin sentirme avergonzada.

 

Yo no lo planee o siquiera se me cruzó por la cabeza en fijarme en “él”. De hecho, regresando desde el principio de su llegada al colegio, ni siquiera lo tomaba en cuenta, para mí solo era mi compañero de clases, el prometido de mi prima, el primo de los mellizos, aquel chico que hizo cambios significativos en la chica White que era tímida, mi rival también, pero que yo ni en cuenta de lo que hiciera.

 

Y yo era feliz como siempre, o incluso más feliz, pues desde que llegó mi prima me alegré en gran manera, desde su llegada me propuse que ella no solo sería mi mejor amiga, mi prima, sino también mi hermana, a quien ya le en fallado, por eso siempre la incluía en el grupo de mis amigas, no me gustaba cuando ella se alejaba y prefería ser invisible, eso me ponía triste, por eso siempre ideaba planes con las chicas para que Kai, pudiera estar a gusto, al principio ponía excusas, pero luego fue cediendo poco a poco, que  ilógico es la vida ahora soy yo la busca excusas.

 

No me despegaba de ella, a veces las chicas decían que era un poco chiclosa, que la dejara respirar, que la dejara que poco a poco ella sola se fuera integrando, que no la ahogara, entonces seguí sus consejos y fui dejando de ser un poco sofocante, en verdad las chicas tenían razón, mi prima sola fue dándose su tiempo y paso a paso ella se fue integrando a nuestro grupo. Cuan feliz y dichosa era en ese momento.

 

Pero todo tuvo que cambiar con lo ocurrido ese día, yo con mi torpeza, salía del baño e iba yo distraída pues estaba pensando en algún plan de salida de chicas, cuando entonces me choqué con alguien, yo iba a caer de eso era lo más seguro, pero no sucedió, porque fui atrapada en los brazos de alguien, supuse que era de la misma persona con quien choqué.

 

Y mi curiosidad me llevó de mi mirada verde a la de aquel chico que me sostenía, nuestras miradas se cruzaron, el verde contra aquella mirada platinada, yo solo me sentí perdida en esa mirada que me hizo sentir que flotaba por los aires, todo alrededor no existía, solo éramos él y yo, nunca en mi vida sentí esa sensación tan misteriosa, estaba tan quieta sin decir nada, pude sentir como el calor subía por mis mejillas y sin temor a equivocarme se tornaban rojas.

 

La verdad no sé qué era lo que me preguntaba o decía, no podía dejar de verle, me ayudó a que quedara de pie.

 

¡No es cierto!, ¡pero que rayos! – él soltó de repente.

 

Escuché un ruido ¡crac!, y fue cuando pude regresar a la realidad, Volteé mi mirar al suelo, porque así estaba él, y justo debajo de mi pie derecho, estaban hecho añicos, estaban rotos sus gafas. ¡perdón!, yo te compro otras, ¡aunque creo que no las necesitas!, dije aun con mis mejillas ruborizadas, ¡disculpa!, yo este… no me hagas caso, ¡digo si!, te voy a comprar tus gafas, ahora me sentía totalmente nerviosa, no fue mi intención romper tus gafas.

 

- ¡no te preocupes!, claro que no fue tu intención, además, también fue mi culpa. Pero entonces él me regaló una pequeña sonrisa, y podía sentir mis mejillas arder. -Es mejor irnos, o el profesor nos va a regañar.

 

Si, ¡tienes razón!, Aike – dije

 

Yo aun iba con las mejillas coloradas, y nosotros comenzamos a caminar junto rumbo al salón. Solo en mis pensamientos estaban sus ojos, llegamos al salón y pude ver que mi prima nos vio entrar juntos, me acerqué con las chicas, lo bueno que no me interrogaron ni nada. La verdad no se ya ni cual era el hilo de la charla, yo estaba sumergida en mis propios pensamientos, como el de lo sucedido unos minutos antes, como es que esos ojos son opacados por esas feas gafas, debería mostrarlos, se ve tan bien, ¡No!, si a mí me encantaron entonces a las demás chicas también, es mejor tal son las cosas, nadie sabrá que maravillosos ojos se ocultan detrás de esas horrendas gafas, solo yo tuve esa maravillosa dicha .Después todo se volvió un caos, Salí de mis pensamientos y no sé, pero parece que Aike estaba metido en problemas y era con el pleitista del salón, Cormac.




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