Jimin y yo nos conocimos en una fiesta, mientras tú ibas a buscar alcohol para los dos. Se deslizó, presentándose casualmente y sonriendo de una manera que me puso nervioso. Empezar a conversar con él fue fácil, tan fácil que ni siquiera me di cuenta de su coqueteo casi demasiado obvio. Hacía pequeñas cosas, como tocar nuestros meñiques sobre la mesa o incluso poner su mano en mi brazo.
"Sígueme."
Estar de acuerdo fue mi primer error esa noche, y ni mucho menos el último.
Me llevó al dormitorio y, antes de que me diera cuenta, sus labios estaban contra los míos. En lugar de empujarlo, golpearlo o escapar, dejé mi bebida y le devolví el beso. Ni siquiera entraste en mi cerebro una vez; todo en lo que podía pensar era en lo suaves que eran los labios de Jimin.
No tenía sentimientos por él, nunca los tuve y nunca los tendré. Pero la negligencia que sentí de ti en esa área últimamente me llevó a hacer algo que no podía perdonarme.
Posiblemente la peor parte de todo el asunto fue no decírtelo. Verte reír con Jimin, tu mejor amigo, sin saber que había sido parte del mayor acto de traición. Dejándote tocar mi cuerpo sin decirte que alguien más había hecho lo mismo. Se sentía como un pecado, como si la mentira me fuera a tragar por completo, pero no me atreví a decírtelo.
Y finalmente, te fuiste y yo no tuve que hacerlo.
Por alguna extraña razón, eso no lo hizo mejor. Sabía que lo habíamos hecho. Jimin sabía que lo hicimos. Pero tú, nunca lo descubrirías, no sabrías la verdad y yo nunca recibiría el castigo que tanto merecía.
Me gusta pensar que me gritarías. Grítame, llámame apodos, dime que me odias. Si te lo dijera, me gustaría pensar que me tratarías como merezco ser tratado después de lo que hice. Pero conociéndote, nunca lo harías. Me abrazarías y me besarías. Dime que me amas. Nunca fuiste alguien que guarda rencor, pero yo lo soy. No puedo perdonarme por eso, por esa hora de borrachera en la que dejé que alguien que no eras tú vagara por mi cuerpo.
Soy un idiota, Taehyung. Cometí tantos errores. Fui deshonesto, mentí, engañé, rompí mis promesas, nos lastimé.
Nunca te merecí, nunca en un millón de años.
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Razón 4; No puedo seguir odiándome así