100% Fresa (trilogía Agridulce Libro #1)

Capítulo 2

Rachelle iba de camino a su casa.

Reflexionó de nuevo lo que le dijeron sus amigas, ella sabía que tenían razón. Se enamora demasiado rápido. Vio el reloj y marcaban las 21:00 PM.

<<Es temprano>> pensó.

Sus padres deben estar despiertos y no quería que la sometieran a preguntas.

<<Debí de quedarme con Rox>>  se arrepintió.

En ese instante se le ocurrió una idea.

―Señor, lléveme a Mirror.


 


 

Mirror era una discoteca que frecuentaba mucho con las chicas. A ellas les gustaba porque era grande, el ambiente era muy bueno y el barman realizaba shows.

Ella se encontraba en la barra, era su tercer Martini.

Todo el mundo parecía alegre, la única que estaba en la barra era ella. Todos estaban en la pista.

―¿Bailamos?

Rachelle se dio la vuelta y casi se cae al ver al hombre que tenía en frente. Era alto, increíblemente alto, su piel era morena, su cuerpo era puro musculo, llevaba una camisa negra manga larga y unos vaqueros negros. Tenía un corte bajo.

Él era de esos hombres que Rachelle se mantenía alejada, no eran de su tipo. A ella le gustaban los hombres sencillos y sensibles; que no dieran miedo.

Si no hubiese estado ebria le hubiese dicho "No gracias".

―Claro que no, los hombres como tu son un peligro inminente―le dijo y al decir esto, se dio la vuelta en su asiento.

El hombre en cuestión se sentó a su lado y apoyó un codo en la barra.

―¿Qué estás tomando?―le preguntó

―Yo compro mi propio trago, gracias.

―No te lo iba a comprar, solo se ve delicioso y lo quiero.

Ella le tiró una mirada asesina.

―Martini

Él miró al barman―Un Martini y lo cargas a la cuenta de ella

―Enseguida.

―¡Oye!―le gritó ella

―¿Qué quieres decir con que los hombres como yo son un peligro inminente?

―Mírate eso es obvio.

El barman le trajo el Martini y él le dio un sorbo.

―Le mienten a las mujeres―le dijo ella―Juegan con nosotras ¿Acaso no tienen sentimientos?

―Creo que no debes generalizar

Ella se echó a reír―Según tu eres la excepción

Él le mostró su mano y ella vio el anillo en su dedo.

―Estoy casado, tengo dos hijos y toda mujer que se atraviese en mi camino sabe a qué a tenerse

―¿Y eso te hace un buen hombre?

―No, pero soy sincero―Él le tendió la mano―Tonny Anderson.

―Rachelle Rice.

―¿Te pasó algo con algún chico y por eso estás condenando a todos?

Ella miró su bebida ¿Qué había de malo desahogarse con un extraño? De igual forma no lo volvería a ver.

―Es que... creo que tengo un problema en particular.

―¿Cuál?

Ella lo miró―Me enamoró muy rápido ¿Sabes? Y no sé cómo controlar eso. He tenido muchísimos problemas por eso. Verás nunca he tenido una relación realmente duradera en toda mi vida y creo que es mi culpa. Primero fue el idiota de Andrew, lo conocí en la universidad me escribía a diario cartas y me recitaba poesía, me enamoré pero solo quería llevarme a la cama y lo hizo; luego me dejó al rato.

>>Luego vino Harold en mis prácticas, me dijo que era la mujer más hermosa que había visto en su vida y a los cinco minutos ya lo estaba besando, te juro que no sé cómo pasó y esa misma noche le telefoneé a una amiga y me dijo que tenía mujer y una niña; a las dos semanas fue Víctor, tenía mujer y yo lo sabía pero él me dijo que la dejaría y nunca lo hizo y hace poco tuve una cita a ciegas y no te imaginas lo qué pasó, teníamos todo en común y hoy íbamos a cenar y llegó. Con su novia. Habían regresado. Entonces, explícame Tony ¿Por qué soy así? ¿Qué hay de malo conmigo que no me pueden tomar en serio?

Rachelle notó que este se estaba retorciendo tratando de aguantar la risa.

―Esto es simplemente perfecto, te estás riendo

Él no pudo aguantar uña soltó una carcajada.

―Lo siento cariño... es que no puedo creer... no es de ti que me rio...

Ella lo miró con cara de poco amigos y se tomó el trago de un tirón. Esta llamó al Barman.

―Otro―Le pidió

―Enseguida Señorita

―¿Cuántos años tienes?―le preguntó Tony de repente

―Veintisiete

―¿Laboras?

Ella asintió―En Box R

―¿La revista?―Ella asintió―Por supuesto, por eso pensé que te había visto antes, eres una de las socias ¿No es así?

―No contestaré esa pregunta sin la presencia de mi abogado

Él se echó a reír―Hay algo que no logro entender. Eres una mujer hermosa, económicamente independiente y con un futuro por delante, las mujeres como feministas y empoderarlas huyen prácticamente del compromiso

―¡Yo no! Quiero casarme y tener muchos hijos

―Y eso no está mal, es solo que si te replanteas no has podido tener nunca una relación estable ¿En verdad crees estar lista para el matrimonio cuando no tienes ni una sola base? Y por lo que veo, eres tú la que está buscando aquella relación, forzando las cosas ¿Por qué no dejas que todo fluya? La persona indicada vendrá y por estar buscándola cuando llegue a tu puerta, no va a encontrarte

A ella se le llenaron los ojos de lágrimas.

―Pero... ya tengo veintisiete años, me va a dejar el tren

―¿Y eso que? Tomas un taxi y ya está

Rachelle lo miró con la boca abierta mientras se limpiaba una lágrima.

―¿Quieres que sea el chofer de ese taxi?―le preguntó él mientras se tomaba la bebida que le había traído el barman a ella.

Era peligroso. Ella no era de salir con hombres negros, sabía lo traicioneros que podían ser los de su raza, no obstante no entendía exactamente cuál era la proposición de este.

―Si

Él dejó la copa en la mesa y le tendió la mano; ella la miró con desconfianza, pero terminó aceptándola. Tony la arrastró hacia la pista de baile, las personas a su alrededor bailaban y saltaban al son de la música electrónica.

Ellos hicieron lo mismo y dejaron que sus cuerpos se dejaran llevar por la melodía. Duraron un buen rato así, luego Tony la tomó por la cintura y la colocó a espaldas de él. Su cuerpo sintió aquel torso duro y lleno de músculos, por esa razón Rachelle siempre había preferido a los hombres delgados y pocos fornidos.




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