11:11 Tierra

Capitulo VII Un día con mis pensamientos

Al llegar a la casa de la jefa, ella nos recibió muy desconcertada, estaba desorientada y soñolienta, Hilal y yo le explicamos lo que había pasado en las últimas horas en el trabajo y en la ciudad. Ella parecía sorprendida por los hechos, no comprendía del todo lo que había ocurrido. Después de un rato nos despedimos de ella para que pudiera descansar. Ella se quedó más tranquila y lamentó no poder llevarnos a casa, pero no era necesario que lo hiciera ya que se encontraba muy débil y nos preocupaba que regresara sola, así que decidimos buscar un taxi que nos llevara. El frio seguía presente en el ambiente, no cedía, la noche estaba helada, el viento corría pacíficamente y las calles estaban desiertas. No encontramos un taxi que nos llevara a casa, tuvimos que caminar varios kilómetros, el trayecto era cansado, el frio llegaba hasta la médula, mi rostro se estaba congelando, mi cuerpo temblaba sin parar y mis manos tomaron un color azul, tal como mi jefa después de ser atacada por Hadha.
-Hilal esto no es normal- Khasuba se preocupó por mi aspecto.

-Lo sé no es normal, los abrigos debían cubrirla del frio- mi amiga se veía tensa y desconcertada.

-Deberíamos volar para llegar más rápido- Hilal no respondió y bajó la cabeza en señal de desacuerdo con el príncipe.
-No soporto el frio, mi cuerpo ya no me responde- me desvanecí y caí al suelo, pero aún seguía consiente de lo que me rodeaba.
Khasuba me tomó en sus brazos y luego me colocó en su espalda con ayuda de Hilal y siguieron caminando, solamente teníamos una hora para llegar y Hilal no podía utilizar su magia para volar hasta recuperarse, el frio seguía dañando mi cuerpo, sentía como si mil agujas pincharan cada una de mis terminaciones nerviosas, podía percibir como cada célula se paralizaba, escuchaba cada vez más lentos los latidos de mi corazón, los ojos se me cerraban solos, eran tan pesados como rocas, mi cuerpo estaba pesado y no podía moverlo. La desesperación inundaba mis pensamientos, no podía creer que todo había terminado. A lo lejos escuchaba la vozde Khasuba y de Hilal, ambos buscaban una solución desesperados, ellos temían lo peor para mí.

-Khasuba ¿estás bien?- Hilal se preocupaba por Khasuba, ya que tenía varios minutos caminando conmigo en su espalda y no decía nada.
-No te preocupes, llegaremos a tiempo. Nun no va a morir congelada- el príncipe tenía mucha determinación y seguridad con lo que estaba haciendo.
Por fin llegamos a casa con unos minutos de ventaja, Hilal prendió la calefacción a toda potencia, me quitó los abrigos y me llevaron a la cama, me cubrieron con todos los edredones que teníamos en casa, tapizaron las ventanas con periódico para que no se colara el frio por ellas. Hilal estaba preparando un té caliente par que me lo tomara. Mi cuerpo aún no respondía, seguía de color azul, no podía moverlo y mis ojos no me respondían, los latidos de mi corazón los escuchaba directamente en mis oídos.
-¡Padre! ¡Padre! Respóndeme maldición, escúchame por una vez en tu vida- Khasuba elevó el tono de su voz y quería hacer contacto con su padre. Nadie respondía a su llamado.
-¿Qué estás haciendo? ¿Te has vuelto loco?- Hilal se veía preocupada y molesta.

-¿Tu qué crees?- la voz de Khasuba empezaba a quebrarse.

-Pero no es necesario llegar a esos extremos. Encontraremos la forma de ayudar a Nun- Hilal trataba de animarlo, al parecer Khasuba quería hacer algo muy drástico.
-No veo otra forma. La magia helada es una de las más poderosas. Recuerda que ésta impide que los seres del inframundo asciendan a la tierra. Un ser humano no es rival para este tipo de conjuros y mucho menos a los hechos por el rey. Estamos hablando de magia pura, no es una copia como la de la dominación. El rey tiene el poder para matarla o salvarla- no entendía la plática que estaban teniendo, ellos no sabían que yo los podía escuchar, así que utilizaban términos que yo desconocía por completo.
-Si haces eso, ya no podrás ver a Nun y yo tendré que dejarla sola, sus recuerdos serán borrados. El rey no se tocara el corazón para castigarla- la conversación era muy seria.
-Lo sé, pero el rey deberá cumplir ciertas cosas. No le entregare a Nun, no quiero que se altere su vida, quiero que tenga una vida buena- las lágrimas de Khasuba tocaron mi rostro congelado, eran una tibia brisa y me hacían sentir tranquila.

El guía de Khasuba llegó por él, el portal no se cerró como siempre, el guía le explicó a Khasuba que su padre quería hablar con él, Hilal y el guía salieron de la habitación. Estábamos solos y yo no podía hacer nada, me preocupaba el tema de conversación, ya que Hilal se veía muy preocupada con el tema. La determinación de Khasuba me tranquilizaba un poco, pero el tono de Hilal me llenaba de angustia.
-Khasuba, me desobedeciste, atentaste contra el reino, tu madre está preocupada por ti. La lista de crímenes es muy larga. ¿Entiendes lo qué pasa?- una voz fuerte y clara se escuchaba.
-Lo se padre, pero no me arrepiento. Este viaje me ha enseñado mucho sobre los humanos- Khasuba tomó mi mano, su calidez era tan agradable y confortante.
-Tú no tienes por qué convivir con ellos, eres un príncipe. El reino te espera, pronto serás el rey. Parece que no te interesa el futuro de tu mundo- el rey estaba molesto con Khasuba, realmente había roto muchas reglas de su mundo por mi culpa.
-Si me importa y más de lo que crees. Pero sin los humanos las divinidades seriamos nada.Tehas puesto a pensar qué pasaría si los humanos, terminan por ceder ante los seres del inframundo y se corrompen por completo. Las divinidades y tu reino desaparecerían, nos convertiríamos en su alimento, estaríamos obligados a permanecer bajo su yugo. Éste y todos los mundos desaparecerían sin los sentimientos y sueños de los humanos. Recuerda que ellos son los que te hacen fuerte y te alimentan. Lo entiendo padre, ahora entiendo tu posición en este mundo y valoro lo que haces para mantener el equilibrio, pero tú ¿entiendes lo que pienso yo?
-Tehas vuelto débil, convivir con seres inferiores a ti te volvió frágil de espíritu, tu magia no sirve en ese mundo, estas a merced de mi poder y la humana que proteges tanto está a punto de morir- el rey tenia acorralado a Khasuba y yo no podía hacer nada.
-Eso no es verdad.Tengo un báculo que responde a mi magia y no temo en usarlo contra quien sea. No permitiré que dañen a Nun. Por eso quiero hacer un trato contigo- ahí estaba ese tono preocupante de desesperación, Khasuba seguía llorando y apretando mi mano, como si no quisiera soltarme.
-Te escucho hijo mío- al rey parecía interesarle lo que Khasuba tenía que ofrecerle.




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