12 cartas a la muerte

10. Hypocre-city

Es el veneno del alma, agresor del honor, este fenómeno que se adentra de tu cabeza solo para liberarte, pero en cambio de no actuar como uno debería.

Aquí en esta ciudad infestada de furia y mentiras, donde las almas más perversas coexisten con la vida, junto a las almas bienaventuradas, sin estás saber de su estatus; Van y vienen, viven juntas, se aman juntas y se odian juntas y mueren.

El mundo se llena de estas ciudades, para esparcir su miseria y yo me encontraba en una de esas y quizás sea una de las peores, donde se corrían las cabezas sin cuerpo por el suelo, degolladas en la guillotina, del más siervo a la misma realeza probó el acero de aquella máquina. Ciudad donde la peor enfermedad proliferó y así acabando con la mitad de nosotros, ahora, en tiempos presentes, donde hermanos se matan a gente inocente por sus libros sagrados.

Estas ciudades sin duda sacan lo peor de alma de un ser, sea humano o animal y lo envía a lo oscuro de la maldad disfrazada en hipocresía, ¡Malditos sean! Pero la pregunta del estos dos últimos milenios es esta, ¿Quién nos salvará?, Pues cuando tú lucero me habéis dicho que aquellos en los pisos superiores siempre tuvieron las puertas cerradas, me preguntó, ¿qué es la vida? Es una fase del alma para prepararnos para el frío tormento eterno, ¿En serio es la parte buena de nuestra existencia? Pero rápidamente llegue a la conclusión solo divagaba ya que el propósito de uno siempre va a será amar y cuando mi alma llegó a mi infierno en vida se tornó en paraíso de manera instantánea y supe que la vida se nos dio para mantener vivo ese sentimiento lo más posible medio a una ciudad completa de hipocresía.

Aquel sentimiento que sentí era como si sintiera el calor más grande y viniera una brisa invernal al rescate, como si sintiera el dolor más grande y con un beso no sintiese nada; La cura a todos mis males y salvadora de mi ser, mi alma hermosa, ¿Yo seré lo mismo para ella? Seguramente, una pregunta muy importante pero irrelevante para mí ya que lo importante es que está conmigo.

Aunque mi alma estuviese conmigo aun así somos vulnerables ya que es la convicción la que te lleva por el camino, te hace saber cuál es el correcto y cuál es el erróneo.

Una de las cosas que aprendí en mi vida fue a distinguir el bien del mal, puesto que no es como formalmente nos dicen, algunas cosas son buenas en nuestros ojos y malas para los otros, hay que saber distinguir lo realmente bueno de lo malo, con la ayuda de mi alma, en mi corazón pude descifrar esto, lo bueno es lo que solo es positivo para el mundo y por ende lo malo es lo contrario, un día estábamos en aquella asquerosa ciudad de los pecados, fuimos a una tienda a comprar unas frutas yo tome unas manzanas y ella un melón ya que lo ama, cuando un alma perturbada entro a asaltar el establecimiento, sometiendo al dueño y llevándose con él una bolsa con muchas frutas, nada de dinero, el alma trata de hacer la huida, cuando un oficial le dispara en cinco ocasiones por la espalda, acabando con él y enviándolo al frío, de allí tuve una revelación y pude ver los últimos momento del alma en vida, lamentado el haber hecho ese robó, solo para dar de comer a sus hijos que padecían, una mala elección pero a mis ojos fue buena, ¿Debió actuar de otra manera? Claro está ya que con palabras hubiese cumplido su cometido que era alimentar a sus hijos, pero terminó en tus dominios.”

— Tu manera de ver la ciudad y sus facetas en muy vaga, pero con tu estadía acá ya no te importará, te permito seguir con tu obra poeta.

— Tu solo dices, pero el que hace soy yo.

 




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