A la mañana siguiente y así tal como el mayor de los hermanos había ordenado, los doce hermanos incluyendo a la chica ya se encontraban reunidos en el gran salón atentos a las primeras palabras del alfa. El ambiente estaba más tenso que nunca, el silencio era tan incomodo que podía cortarse con una espada. Él silencio era tal que podían escucharse los latidos de cada uno de los presentes. Lograba sentirse un frio en el aire que provocaba escalofríos a cualquiera o al menos a la rubia. No era para menos, estaba a punto de ser juzgada por todos ellos. El rostro de todos reflejaba distintas emociones. La joven tomo asiento en medio del salón, frente a ella otra silla que sería usada por cada uno de los hermanos a medida que fuesen votando. Ahora se sentía como una criminal rodeada por toda la ley. Lista para el peor interrogatorio de su vida.
Iré primero. — André avanzo tomando asiento frente a la rubia viéndole de forma fija a los ojos. Su porte elegante, una de sus largas piernas cruzadas sobre la otra, su sedoso cabello negro peinado hacia atrás dejando ver su frente amplia con una pequeña cicatriz en la parte superior, bueno no tan pequeña ya que le llegaba casi al ojo, sus labios de un tono rosa oscuro con un par de lunares en la comisura, gruesos, barbilla afilada y nariz puntiaguda y claro esos ojos rojos cubiertos por largas pestañas que le daban una mirada bastante atractiva. André era la descripción de perfección masculina, se podría decir que, de todos los hermanos, él era el dueño de los rasgos más bellos. André había sido bendecido con bellos rasgos dignos de un modelo de alta costura, bueno eso último era algo exagerado, pero sí era atractivo. — Seré el primero en dar mi voto. Corresponde como el mayor. Bueno Amelie, mi voto es para que te quedes. — El voto del mayor de los hermanos tomo por sorpresa al resto, pues no esperaban que tales palabras salieran de la boca del líder, en la mente de todos esperaban un rotundo no. — Eres una gran chica, por lo que he visto hasta ahora. Además, mi hermano, creo que se enamoró de ti, sería cruel de mi parte alejarte de su lado. — Dicho eso se puso de pie, las mejillas de la chica estaban coloradas por la vergüenza, seguido August tomo asiento.
Por donde empiezo, ah quédate. Quiero que te quedes a pesar de que siento que tendremos que cambiar muchos de nuestros hábitos por tu causa. — Realizo una mueca de desagrado de tan solo pensar en eso, aunque su expresión cambio de inmediato por una sonrisa sincera. — En fin, eres agradable, una buena chica y bueno gracias por ayudar a nuestro hermano, eso compensa tu falta de modales, aunque imagino que de dónde vienes es normal actuar así de imprudente en este tipo de situaciones.
Philiph, tu turno. Antes de que August continúe hablando tonterías. En serio, después de siglos sigo sin entender cómo puedes ser tan exasperante. — Ordeno André, quien mantenía una pequeña sonrisa en sus labios por cada una de las palabras dicha por uno de los mellizos, llevando al mismo tiempo un par de sus dedos hacia su frente. —
Esto va a ser divertido, bueno niña tonta. — Philiph era alguien de temer, la expresión de su rostro causaba escalofríos a cualquiera que estuviese frente a él, tenía unas cejas pobladas que le daban esa apariencia grotesca, pero era atractivo a la vez, su piel morena hacía que sus ojos verdes resaltaran más y esos hoyuelos que se formaban en las comisuras de sus labios le daban un toque sensual. Aun así, le parecía una criatura repulsiva— Me da igual si te quedas o no. No me agradas, yo no te agrado, me importa un real carajo si te soy sincero. – Dijo mientras jugaba con los anillos en sus largos dedos. — pero ten en cuenta algo, si te quedas aquí apenas te descuides caerás en mis garras. — Curvo sus labios hacia un costado enseñando una sonrisa diabólica. — Serás mi presa y devorare tu cuerpo lentamente, te torturare, quiero que sufras y…
Philiph, ya cierra la boca. Por piedad, cállate. — Ordeno el mayor. — Y tu Dante contrólate. — Al ser interrumpido solo guiño uno de sus ojos terminando por apartarse de aquella silla. – lo lamento.
Todos dieron su voto, solo Logan y Robert habían votado en contra dando sus razones, no confiaban en ella y no era sorpresa, pues ambos eran desconfiados por naturaleza, incluso desconfiaban de sus propios hermanos. Por eso preferían que esta se fuera del lugar, no querían a una humana en sus dominios. Muchos tenían el presentimiento de que el tenerla en su casa podía causarle problemas en el futuro.
Llegó el turno de Caleb, quien se mantenía solo en un rincón, escuchando atento las palabras de cada uno de sus hermanos, riendo para sí mismo en más de una ocasión por los comentarios que estos hacían con respecto a la chica.
Caleb, te toca. – André apoyo una de sus manos sobre los hombros del menor. — Y por favor, hermano más te vale que intentes comportarte. — Dijo André dando un apretón.
Voy. — Tomo asiento frente a la chica, viendo a esta de forma fija. Por alguna razón sus ojos no estaban rojos como de costumbre, esta vez había un tono azul claro en ellos. Amelie no había visto ojos más hermosos en su vida. La mirada de Caleb era diferente a la que estaba acostumbrada, esa mirada llena de odio y desprecio, sus ojos ahora reflejaban paz. Absoluta paz. — Sabes bien que te detesto, eres una humana de lo más insoportable. Pero, no puedo dejar que te vayas y la razón. – Se quedo en silencio un momento inclinándose hacia ella. Lo suficientemente cerca para poder sentir su cálida respiración. — bueno te amo, sí sé que suena raro porque al mismo te odio como no tienes idea. Se que tú le perteneces a Dante, pero eso no quita que tenga estos sentimientos hacia tu persona. Aunque me duela verte de la mano con él, que tus besos solo sean para él, no me importa, porque tendré la dicha de poder ver tu rostro a diario, me conformo con eso.
¿Cómo puedes decir que me amas? – Dijo con molestia. — Eres un descarado, lo único que has hecho a diario desde que despertaron es faltarme el respeto, me insultas como quieres, me humillas y más. No me interesa esos supuestos sentimientos que tienes hacia mi ¿Crees que soy estúpida? ¿Crees que de un día a otro creeré que significo algo para ti? Estas realmente loco si crees que nos vamos a hacer cercanos por tu supuesto amor. Como has dicho yo le pertenezco a Dante, soy solo de él y te pediría que no te acercaras, si puedes mantente lo más alejado de mí, es mas no quiero verte la cara. — En el rostro del moreno se reflejaba la rabia, ahora era ella quien odiaba con todo su ser al chico, sentía esas ganas de partir su cara. Aunque sabía bien que no le haría nada, ni un solo rasguño le dejaría en el rostro— Y a todos los que quieren que me quede, muchas gracias en verdad estoy agradecida con todos ustedes. Y si me disculpan he de retirarme a descansar. Con su permiso.
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