12 lobos. La historia de Jun.

Capítulo 11

Capitulo 11

 

Termine de comer, y me levante para ir hacia el gran comedor. Deje que Na Hee descansará, de seguro, apenas ha dormido durante estos días. Mis piernas estaban pesadas, como si tuviera dos grandes pesas atadas en mis pies, me siento bastante débil. El silencio en casa es incomodo, demasiado incomodo para mi gusto. Al llegar a la sala la reacción que esperaba por parte de mi padre fue la acertada. Una bofetada contra rostro, haciéndome voltear hacia un costado, de mi labio inferior un hilo de tibia sangre bajo hasta mi mentón y de mis ojos algunas lagrimas que lograron erizarme la piel. Esperaba su enojo, pero que me golpeará, jamás. Es la primera vez que me pone una mano encima.

  • Yo.-Dije con la voz algo temblorosa.-
  • No se te ocurra abrir la boca y dar malditas escusas ¿Sabes la angustia que nos hiciste pasar? Tu mocoso.-Alzo nuevamente su mano para volver a golpearme, pero fue detenido por mi tío Kris.-
  • Basta Kai.
  • No te metas Kris.
  • Si me meto, Jun es mi sobrino. Cometió un error, pero ese error nos salvo la vida a todos. Deberías de estar agradecido.
  • Te perdimos, tuvimos que recurrir a brujería para traerte de nuevo a la vida Jun.
  • ¿Ah? Pero solo perdí el conocimiento. Yo.
  • Estuviste muerto un par de horas.-Comento mi tío Su Ho quien avanzó hacia mi.-
  • ¿Dónde esta mi madre?
  • Fue a cazar.-Dijo mi padre quien se alejo sin siquiera verme a la cara. Ese rechazo, duele mucho mas que un golpe en el rostro.-
  • Yo, lo siento. Solo quería salvar a mi familia. Perdón.

 

No podía continuar en ese lugar. Me di la media vuelta, comencé a correr cambiando mi forma mientras lo hacia. No tengo idea de donde iré, solo se que no deseo estar en casa en ese momento. Continué corriendo por horas, sin darme cuenta, llegue hasta un barranco, cerca del mar, podía sentir la brisa marina contra mi rostro, y ese fuerte olor a sal inundando mis fosas nasales. Cambie mi forma quedando sentado en aquel lugar, viendo como el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, ese lado humado que mantenía siempre oculto, en ese momento estaba saliendo a flote haciéndome sentir débil e indefenso.

 

Aun me cuesta creer que estuve muerto, que perdí la vida ¿Pero que recibí a cambio? Un simple gracias bastaba. A lo lejos percibí un aroma desconocido, aunque similar al de los lobos. Tal vez otra manada. Gire, y tras de mi una pareja de lobos, quienes cambiaron a su forma humana, dos chicas, de cabellos platinados, pálidas, con un rostro angelical, pero intimidante.

  • ¿Quién eres? – Cuestiono una de ellas.-
  • Me llamo Jun, vengo de una manada del Sur.
  • Con razón olía a cachorro. Soy Leira, y ella mi melliza, Kara ¿Qué haces tan lejos de tu manada?
  • Escape.
  • ¿Escapaste?
  • Salve la vida de mi familia, pero al parecer no estuvo bien la forma en como lo hice.
  • Pobre cachorro.
  • No soy un cachorro.-Reí un poco por su comentario.-
  • Lo eres. Apenas tienes algunos años, nosotras, cumpliremos 250 pronto.-Dijo Leira manteniendo una sonrisa sobre sus labios.-
  • Bueno en ese caso. Si. Supongo que lo soy.
  • Ven, vamos a nuestro hogar. Estas tierras de noche, son peligrosas para un joven lobo como tu.-Antes de aceptar su oferta leí sus pensamientos, para asegurarme de que no fuera una trampa, o planearan algo mas, pero al contrario, no había nada, solo buenas intenciones. Eso espero.

 

Me puse de pie comenzando a caminar tras ellas, quienes en todo momento se mantenían de la mano. Creo que el lazo entre ambas es bastante fuerte. Pasado un rato llegamos a una enorme cabaña, logre sentir al menos unos veinte lobos mas por todo el lugar. Apenas puse un pie en el lugar las miradas sobre mi no tardaron en hacerse presentes.

  • ¿Este quien es? –Cuestiono un chico alto, bastante fornido.-
  • Tranquilo Tony.-Lo calmo Kara.- Es un invitado, es uno de nosotros. va a quedarse aquí esta noche.
  • Bueno. Anda niño, ponte cómodo.-Me dio un ligero golpe sobre el hombro.-
  • Gracias.

 

El ambiente era de fiesta, tal vez una celebración, o quizás siempre son así en este lugar. Camine por la sala principal, tomando asiento en un sofá algo alejado, con mi cabeza apoyada contra la pared, pensando en todo momento en las palabras que mi padre decía, y en ese golpe. Los decepcioné. Mi madre, ella, no puedo ni imaginar como reacciono, ah ¿De verdad estuve muerto? Aun me cuesta creerlo, además los recuerdos de aquel día solo llegan hasta el momento en que me desplomé, después de eso, solo me dormí.

  • Demasiados pensamientos para una mente tan joven.-Gire la mirada hacia una chica de cabellos castaños bastante delgada, sus ojos pequeños y brillantes.- Eres un chico bastante interesante, mitad lobo, mitad humano, con habilidades que muchos desearían tener.-Comento mientras caminaba a mi alrededor.- Soy Heiz por cierto.
  • Soy diferente, herede las habilidades de varios de mi familia y otras que desarrolle con el tiempo.
  • Lo note, al igual que tu, puedo leer las mentes. Muchos de aquí lo hacen, así que no pienses demasiado…-Al escuchar aquello bloquee mi mente para evitar que mis pensamientos fueran escuchados.-




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