12 lobos. La historia de Jun.

Capítulo 12

Capítulo 12:

 

  • Así esta mejor. Tus pensamientos, que sean para ti. Aunque creo que entre todos los telepatas, eres el único capaz de bloquear su mente.
  • Ya te dije, soy diferente.

 

Aquella chica, tenía sus ojos puestos en mi en todo momento. Siendo sincero, llegaba a ser intimidante y bastante molesto. Me sentía como un bicho raro siendo observado de esa manera tan fija, como si me estuviese estudiando.

 

El ambiente comenzó a volverse mas animado, mis ojos se abrieron de golpe al notar como aquellas chicas comenzaban a quitarse sus prendas, quedando todas desnuda, jamás había visto a una chica desnuda. Cerré mis ojos al notar como comenzaban a tocarse y joder, a tener sexo entre todos como si fuese lo mas normal del mundo, creo que esto pasa siempre aquí. Mis ojos se abrieron solo al sentir un peso sobre mis piernas, al abrirlos, una de las gemelas estaba frente a mi contoneando sus caderas sobre mi pelvis, por otro lado su hermana jugueteaba con mi oído, metiendo su lengua dentro de esto. Ahora mi cuerpo estaba totalmente petrificado ¿Qué se supone que debo hacer? Jamás había estado en una situación así.

  • E…esperen.
  • Sh lobito, relájate.-Susurro Kara quien se apodero de mis labios.

 

Por inercia, pose mis manos sobre el desnudo cuerpo de Kara, masajeando con mis manos uno de sus senos. Se suponía que tendría mi primera vez con Na Hee, pero el aroma del cuerpo ajeno y el de su hermana estaban inundando mis fosas nasales, era un aroma adictivo que calaba cada uno de mis poros haciéndome perder el control de mi mismo. Mi mano libre la lleve hacia la intimidad de Leira, introduciendo un par de mis dedos en su húmedo interior escuchando de inmediato un sutil jadeo contra mi oído. Juntas me pusieron de pie ayudándome a desprenderme de mis prendas hasta dejarme completamente desnudo. Ambas quedaron de rodillas frente a mi comenzando a atender mi falo que se mantenía semi erecto, y claro no paso mucho para tener una prominente erección. La boca de aquellas chicas se sentía de maravilla. Continuaron así por un rato atendiéndome, hasta que una de ellas apoyo su cuerpo contra la pared, dejando su trasero alzado. Sin dudar mas, tome con mi mano mi erección, apoyando esta contra la entrada de Kara antes de embestirla con algo de agresividad. Estaba fuera de mis sentidos, mis pensamientos estaba confusos y mi cuerpo estaba fuera de mi control, como si no fuese yo. Aun así lo estaba disfrutando, este lugar comienza a gustarme.

 

 

Nos mantuvimos así por un rato, disfrutando de caricias y toqueteos descarados. Una de las mejores noches de mi vida. Desperté tirado en el piso, cubierto con una gruesa manta, junto a mi se mantenían las gemelas, ambas abrazadas a mi cuerpo. Aquella imagen era agradable de ver. Por el resto de aquella casa, parejas descansaban por todos lados. Con cuidado tome asiento viendo de reojo hacia afuera, el día se mantenía nublado, pero agradable. No tenía ganas de moverme, así que solo volvía a recostarme encontrándome con los ojos abiertos de Leira. Nos quedamos viendo por un momento antes de volver a besarnos, esta vez un beso mas cálido y romántico, a diferencia de los pasionales que nos habíamos dado durante la noche.

  • Para ser un lobezno, eres bastante atrevido.
  • Es la primera vez que hago algo así.
  • No se nota, porque te mueves como todo un experto. Kara y yo podemos acostumbrarnos a tenerte entre nuestras piernas.
  • La idea no es mala.

 

 

 




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