Las cosas en casa han estado tranquilas, mas de lo normal, mi padre por fin acepto dejarme en paz, aunque en el fondo aun me mantiene vigilado, las ventajas de leer la mente, enterarme de lo que esta pasando por su cabeza. Pero al menos ya me esta dando mi espacio, eso es algo bueno pues las discusiones han disminuido considerablemente. Bueno ahora ya se mantiene mas ocupado, mi madre hace todo lo posible por mantenerlo alejado de mi y de su constante sobre protección que sinceramente ya me tenía enfermo de los nervios.
Había pasado gran parte del día tendido en el techo de la casa, tan solo disfrutando de la briza fresca que pasaba por entre los arboles, el día estaba agradable para pasar el tiempo haciendo nada. Mis ojos se abrieron de golpe al sentir un aroma familiar en el aire, un aroma dulce con una mezcla de flores silvestres. A mi mente de inmediato llego la imagen de las mellizas que conocí durante mi escapada. Intente concentrarme intentando descubrir la procedencia de aquel aroma, unos kilómetros al norte. Un grito de ayuda llego a mi mente, la voz de Kara pidiendo auxilio logro provocar un escalofrió en todo mi ser y sin dudarlo salte desde el tejado cambiando mi forma de inmediato para correr hacia donde ellas se encontraban, tras de mi, uno de mis tíos, Chanyeol quien al parecer hacia estado invadiendo mi mente, pues no tardo en enterarse de que estaba pasando. Recorrimos el bosque por un rato hasta encontrarnos con Kara y Leira mal heridas tendidas entre unas rocas, cuidándose mutuamente, a pesar de estar mal, sus manos se mantenían firmes, el lazo entre ambas es mas fuerte de lo que imaginaba. Retome mi forma humana quedando de rodillas junto a ellas.
Ahora me siento un tanto confundido, no entiendo la razón de este ataque sin provocación. De igual forma cargue a Kara entre mis brazos corriendo lo mas rápido posible a casa, necesitan ayuda con suma urgencia y un lugar en donde estar a salvo y claro. No existe lugar mas seguro que nuestra casa. O al menos eso creo, si los malditos chupa sangre están organizando ataques, debemos estar mas atentos que nunca, no quiero arriesgar nada ni mucho menos poner en riesgo a las personas que amo.
Al llegar a casa, dejamos a ambas en manos de mi Tío Lay, nadie mejor que el para salvar la vida de ambas.