Capítulo 3:
Imagine en todo momento que el trato hacia mi seria mucho mas frívolo, pues según mi padre, ellos odiaban a mamá, era una de las razones por la cual no me permitía visitarlos. Pero estando aquí, creo que todo aquello fue totalmente errado y falso. Mi abuela me guio hasta el segundo piso, un cuarto de color vino bastante amplio sería el que usaría ese día. Deje mis cosas sobre la cama, y aprovechando que aun era temprano, me aliste para salir, quizás podría conocer uno de esos famosos clubes nocturnos, el aislamiento no ha sido impedimento para informarme sobre el mundo de los humanos.
Salí de casa, ansioso corrí hacia mi auto para comenzar a conducir hacia la zona céntrica de la ciudad en donde esperaba encontrar lo que estoy buscando. Al llegar aparque el auto en una de las tantas calles contiguas “Vamos Jun que tan difícil puede ser, eres un hombre lobo, nada va a lastimarte” ya totalmente decidido baje para iniciar mi caminar hacia aquel club. Las miradas no tardaron en hacerse presentes, creo que mi bonita cara llama la atención. Me detuve en un lugar, las personas entraban y salían sin parar, creo que aquí estará perfecto. Apenas entre mis oídos comenzaron a zumbar, aquel ruido era jodidamente insoportable, supongo que me acostumbrare pasado un rato. Avance hasta la barra pidiendo una cerveza para ambientarme a ese lugar. Por todos lados veía un montón de chicas bonitas, que al parecer piensan lo mismo que yo.
Me jalo de a camisa llevándome hacia el medio de la pista de baile, con algo de torpeza intente moverme al ritmo de ella, y bueno, soy bastante rápido para aprender cosas nuevas, así que poco tarde en hacerlo bien. La gire dejando su espalda pegada contra mi pecho, lograba sentir el calor de su cuerpo contra el mío, esa sensación de placer comenzaba a recorrer mi cuerpo, y las ansías por devorarla se estaban apoderando de mi. Cerré los ojos intentando controlar mis emociones, una vez que lo conseguí lleve mis manos hacia sus caderas. Continuamos así por un rato antes de dejarla bailando sola e ir por otra copa. Y así pase algunas horas, bailando en todo momento con distintas chicas que se acercaban. Me quede quieto al escuchar unos gritos provenientes de arriba, creo que es la zona vip, o así la llaman. Como pude llegue gasta arriba viendo una escena para nada agradable.
Sin que nadie se diera cuenta, salimos de ese club en dirección a mi auto, aquella chica continuaba asustada, era bastante complicado controlar sus emociones, estaba alterada y no es para menos, estaba a punto de ser ultrajada por todos esos cerdos. Seré un animal, pero tengo modales, y respeto a las mujeres. Eso me enseñaron. La acomode en el asiento del copiloto dando la vuelta para poder conducir, aunque no sabia bien hacia donde ir.
Intentaba persuadirla, pero era una chica complicada, su mente estaba llena de recuerdos sobre lo ocurrido. Suspire un poco antes de descubrir por mi cuenta su domicilio. Detuve el auto afuera de su hogar, y como era de esperarse estaba con preguntas, a las cuales claro no iba a responder.
Aquella no había sido la mejor forma de celebrar mi cumpleaños. Saque mi teléfono encendiendo este, de inmediato comenzó a sonar, mensajes y llamadas perdidas por parte de mi padre. Se supone que debía estar en casa hace unas cuantas horas, y yo sigo aquí dando vueltas por la cuidad. Apague nuevamente mi teléfono, no tenia intención alguna de contestar las llamadas de mi padre, exigiéndome volver, a un lugar donde se que no podre ser feliz jamás. Espere a que esa chica ingresara a su casa. Era muy temprano para ir a molestar a mis abuelos, así que me fui hacia un mirador en donde me acomode para dormir.