Ingresamos al interior de la casa, adentro el ambiente era de risas, bastante grato a simple vista. Mi madre y mi padre estaban en un rincón de la sala, aferrados, con tanta fuerza, que podrían romperse el uno al otro. Ver a mi padre así de felices después de tanto tiempo, me llenaba de gozo. Mi mente, se mantenía conectada con la de mi tío, intercambiando pensamientos. Mas por lo que lograba percibir a los lejos. No tengo ni la menor idea de lo que se esta acercando, espero no sea algo malo. Solo percibo leves sonidos y el aroma se me es familia.
Y como era de esperarse, en poco tiempo una horda de vampiros se encontraban afuera de nuestro hogar, al menos unos 100 de ellos, listos para atacar en cualquier momento. Previo a que ellos llegaran a atacar, lleve a Na Hee hacia el sótano en donde estaba aquel cuarto. Creo que la historia se esta repitiendo, pero esta vez no se si saldrán las cosas bien. Hice mi metamorfosis mientras corría hacia la salida. Al igual que mis tíos y mi madre quienes estaban ya listos para la lucha. Me mantuve atrás, cerrando mis ojos para poder iniciar con el ataque. Me concentre en aquel grupo de chupa sangres. Antes de atacar un grupo de diez vampiros aparecieron frente a nosotros, reconocí a aquel chico, Jackson, y a su acompañante, la misma chica que estaba en la cueva.
Sin previo aviso uno de los vampiros se lanzó sobre mi madre, quien de un solo golpe lo lanzo de regreso con su manada. Es hora de comenzar. Cerré los ojos concentrándome en el grupo frente a nosotros, cada uno de ellos fijos en mi mente. Mis garras se enterraron en la húmeda tierra al sentir como cada uno de ellos comenzaba a paralizarle, al lograr dejarlos quietos a todos, le indique a mi tío ChanYeol quien fue el primero en lanzarle sobre ellos comenzando a destrozar sus fríos e inmóviles cuerpos. Y como era de esperarse, no aguante demasiado, caí desplomado sobre el césped, completamente inconsciente sin tener idea alguna de lo que acontecía con aquella lucha.
Mis ojos se abrieron de golpe, me encontraba en mi cuarto, Na Hee dormida a un lado mío. Mi corazón latía a mil por hora ¿Fue todo un sueño? Espero que si. La puerta del dormitorio se abrió, mi tío Lu, cargando una bandeja con algunos alimentos. En su rostro, se notaba un toque de nostalgia.